El día después

Todos los detalles tras el robo de la beba de 3 años en Guaymallén

Ayer por la tarde, un ladrón golpeó a Natalia Fredes y se llevó el auto en el que estaba su hija. Hoy, desde una clínica, la mamá relata su experiencia y abre la puerta para conocer al "ángel de la guarda" que la ayudó a reencontrarse con la pequeña. La historia completa, en esta nota.

Facundo García
Facundo García martes, 20 de abril de 2021 · 17:00 hs
Todos los detalles tras el robo de la beba de 3 años en Guaymallén
Natalia conversó con este diario desde una clínica

Ayer por la tarde hubo un operativo cerrojo y hasta se convocó al helicóptero de la Policía: un ladrón se había robado un auto con una bebé de 3 años adentro. La madre, Natalia Fredes (29), tenía una fuerte herida en la cabeza pero no quería que la atendieran hasta recuperar a su pequeña. Y hoy, el día después, la mujer conversó con MDZ para desandar la historia completa de su búsqueda. 

"Eran las 19.30. Yo estaba estacionada en la puerta de mi casa, sobre calle Martín Rodríguez (Las Cañas, Guaymallén), para irme junto a mis hijos de 8 y 3 años. Los chicos ya estaban arriba del coche y me volví a buscar plata para la nafta. A lo lejos vi que venía caminando un chico, hablando por celular", inicia el relato Natalia.

Habla desde una cama de la Clínica Esperanza, donde está internada con tres puntos de sutura y un hematoma en la cabeza. Y repasa cada instante de la que probablemente haya sido la tarde más difícil de su vida: cuando el sujeto se le acercó, le preguntó por una dirección.

Al ver que Natalia gritaba, el ladrón le quiso disparar

"Yo ya tenía un pie adentro del auto -sigue Natalia-; pero de repente él empezó a atacarme e incluso cuando vio que yo empezaba a gritar sacó un arma y me gatilló. Por suerte no le salió el tiro".

"Me arrastró 15 metros"

En el forcejeo, las llaves y el teléfono de la joven cayeron dentro del Volkswagen Fox donde estaban los dos niños. El ladrón empezó a golpear a Natalia en la cabeza, mientras ella seguía pidiendo ayuda

—Cuando vi que este flaco arrancaba el auto yo sabía que mi beba estaba adentro, dormidita. Me aferré al coche y él aceleró mientras yo le gritaba 'dame a mi hija'

El delincuente apretó el acelerador a fondo, la mamá perdió el equilibrio y cayó sobre el asfalto. Natalia suspira: "Me salía mucha sangre de la cabeza pero yo ni lo sentía. Mi hijo de 8 años, en eso, había conseguido salir del auto y llamar a mi mamá, que a su vez llamó a la policía".

La muchacha estaba tan nerviosa, que intentaron medicarla para que pudiera hacer la denuncia. Eran las 19.30 y la noche empezaba a caer sobre el Gran Mendoza.

La herida que le causó a Natalia uno de los golpes que le dio el delincuente.

Pero el arte cura

Los efectivos de Guaymallén se movilizaron inmediatamente. Hasta se solicitó la colaboración del helicóptero Halcón I. Y a unas siete cuadras del lugar donde se produjo el robo, empezaba a tejerse la segunda parte de la trama. 

¿Casualidad? Julieta iba a un curso de astrología cuando notó que a un costado de la calle había una beba llorando desconsolada

Julieta Losada (27) venía en su bicicleta eléctrica tras completar un día bastante agitado. "Para pagar el alquiler una hace mil cosas", sonríe ella, que además de vincularse con las artes -como la música y la danza- tiene varios empleos.

Es más: después de completar su trabajo como niñera, se había ido a repartir invitaciones para escuchar el nuevo disco de su amiga Luli Interllige, cuyo título cae como una broma cósmica en esta nota: Lo Insondable. El velo se rompe.

Juli venía de repartir invitaciones para escuchar el disco "Lo insondable", de Luli Interllige (foto).

A la jornada de Julieta le quedaba una última posta, un curso de astrología con el que se enganchó hace tiempo. "Ayer justo nos tocaba analizar Júpiter. Allá iba yo en la bici, tranquila porque me sobraban 15 minutos antes de que empezara la reunión, cuando vi a una nena llorando sobre el puente de una casa", recapitula. 

De hecho, el ladrón se había fugado en el auto pero dejó a la beba de 3 años en la calle. Y ahí estaba. "Lloraba desconsoladamente, casi en la esquina. Era una cachorrita. Yo me le acerqué y le dije cuál era mi nombre y que la iba a ayudar. Ella me miró, como midiéndome, y enseguida me abrazó", recuerda Juli.

La mujer le preguntó qué había pasado, pero la beba no entendía mucho. En parte, porque cuando el ladrón atacó a su madre ella estaba dormida.

"Yo le conté que cuido a otros bebés y le canté canciones"

"Entonces yo le conté que cuido a otros bebés, y le empecé a cantar canciones de Marta Gómez, que le gustaron. Se tranquilizó. Fuimos a una plaza, le di un poquito de agua y enseguida algún vecino se comunicó con la Policía, porque no sabíamos de dónde había salido toda esta situación".

Por teléfono, los efectivos pidieron que les describieran cómo era la pequeña perdida. Natalia, la mamá, estaba del otro lado de la línea. Al saber que podía ser su niña, volvió a vivir. "La mamá llegó a los dos minutos. Sólo me abrazaba y me agradecía", cierra Julieta. 

No hubo tiros en esta historia policial. No salieron, a pesar de que el ladrón gatilló. En cambio sí salieron canciones. Y dos mujeres que ayer a esta misma hora no se conocían quedaron, de algún modo, enlazadas por el universo.  

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