Crisis o filantropía: las dos caras de la compra-venta de ropa usada
Marou Rivero, hermana de Calu Rivero; Alberto Booth, del Ejército de Salvación; y Mercedes Krom, fundadora y dueña de Limay, explican el fenómeno de la economía circular.
Devaluación, aumento de precios, baja del poder adquisitivo, nuevas tendencias de consumo, agenda verde. Muchas son las situaciones que se dan de manera simultánea en Argentina y que impulsaron el fenómeno de la economía circular, específicamente de la compra-venta de ropa usada.
Bolsillos flacos y método de ahorro
Agosto fue un mes complicado en materia económica para los argentinos. La inflación fue del 12,4% y el rubro de indumentaria continúa siendo uno de los que pica en punta. Esta situación se profundizó en el último año, y producto de ello, los argentinos viran a otras formas de consumo para poder ahorrar: la compra-venta de ropa usada -de primeras marcas y que se encuentran en buen estado-.
La dinámica es la siguiente: la persona lleva a los locales la ropa que ya no usa. Allí, se la cotizan y la ponen a la venta. Luego el vendedor se lleva un porcentaje -suele ser entre el 30% y el 40%- del precio de venta en efectivo a medida que se van vendiendo. A veces, suelen ofrecer la opción de darle crédito para que compren en ese mismo local.
Hay lugares en donde se revenden prendas de primera marca y que apuestan a un público de clase media, como es "El galpón de ropa", "Renová tu vestidor". Incluso, hay locales online publicitados en las redes sociales, que se dedican a las carteras de lujo importadas.
También hay otras opciones a un precio aún más accesible, como es el caso de los comercios "Juan Pérez" o "el Ejército de Salvación".

En esta línea, se expresó Marou Rivero, socióloga especializada en moda e influencer, en diálogo con MDZ. “Yo creo que no solo la crisis argentina, sino también la mundial. Obviamente, al ser algo usado, sale más barato. Entonces, hay todo un mercado que explota a raíz de una crisis. O sea, si vos venís comprándote ropa y de repente se te vuelve completamente inaccesible porque una prenda vale lo que un alquiler... Te decís ‘Sí, por ahí me conviene comprarme algo que no es nuevo, pero está en buen estado y que al otro ya no le gusta o no le entra’”.
Así como muchos consumidores se inclinan por la compra de indumentaria de segunda mano, también se da un fenómeno simultáneo: en lugar de donar, la gente vende para poder renovar ciertos artículos de la casa o para “ganarse unos mangos” y subsistir.
Alberto Booth, mánager del Programa de Tiendas del Ejército de Salvación, habló con MDZ y contó: “El universo de gente que viene es amplio. Desde gente humilde hasta gente que realmente tiene recursos suficientes como para comprar artículos de colección o este piano de semicola que tenemos en exhibición. El resto está todo a disposición, en precios accesibles”.
Y añadió: “Cuando hablamos de precios accesibles hablamos de precios de zapatillas que van desde los $2.000 a los $8.000; remeras para niño de $800 a $2.000, para mujer de $2.500 a $4.000 y para hombre de $3.000 a $4.000; jeans desde $2.000; campera para niño de $1.200 a $3.000, para mujer de $4.000 a $6.000 y para hombre de $4.000 a $8.000".
La idea es que con los pocos o escasos recursos económicos que la persona tenga, pueda venir a nuestras tiendas y comprar lo que le hace falta”.
Nueva tendencia de consumo
Un informe reciente de Mercado Libre, reveló que la moda con impacto positivo es una tendencia en aumento, y la compra de ropa usada es una categoría cada vez más elegida por sus usuarios: +28% de compradores vs. 2021/22. Los consumidores se inclinan por “prendas y accesorios hechos con materiales reciclados, certificados, o textiles como el bambú”.
Rivero detalló que, además de la crisis, hay toda una movida alrededor de la sustentabilidad y puesta en valor de ciertas prendas. “En el mundo en el que vivimos hoy y en el paradigma que vivimos, donde hay tanta digitalidad; el acceder es más espontáneo y no tanto de tener un guardarropa lleno. Creo que las nuevas generaciones quiere las cosas de a ratos, es más cambiante. También está esa cosa de encontrar prendas que fueron de otra época, traerlas de nuevo. Ahora pasa, incluso, con extraños, porque comprás prendas que son por ahí de otras generaciones y te gustan”.
“Lo otro que está pasando mucho, que es más novedoso, es que la gente compra ropa de todos los días o ropa de trabajo en la que ya no quiere gastar un montón de plata. Por ejemplo, en un pantalón y una camisa para ir a trabajar. Si gasta plata, quiere que sea en una prenda para salir a comer con sus amigos. La ropa para ir a trabajar es una parte de mí, pero no me define ni expresa todo mi estilo”, explicó Marou Rivero a este medio.
Ola verde: un ejemplo
Mercedes Krom, fundadora y dueña de Limay, fue entrevistada por MDZ. Su marca de ropa es novedosa por la ideología con la que fue creada: sin género, con talles reales, especializado en jeanería, en lo que es el proceso productivo, trabaja con cooperativas, y además, tiene en su ADN, una fuerte pauta social de crear distintas iniciativas para ayudar al otro y/o impulsar la economía circular.
- Me da la sensación de que Limay es mucho más que ropa, hay toda una causa detrás. Incluso, trabajan con cooperativas de la economía popular. ¿Cómo es el trabajo con ellos? ¿Cómo es el proceso?
- El trabajo con las cooperativas, a nivel formal, es bastante parecido a trabajar con un taller. Pasa que la dinámica interna es distinta y está bueno conocerla. A mí me ayudó mucho ser asociada a una cooperativa para entender la forma de trabajar o de negociar o de generar un entorno de trabajo cómodo. Y también hay una realidad que yo considero que son mis aliados. Entonces como que hay una cuestión sobre el trabajo, donde para mí es una prioridad que estén felices y cómodos.
El cooperativismo, lo que hace y que para mí está bueno, es que en los grupos de trabajo, las personas se reparten de forma equitativa las ganancias y no hay un patrón, o un jefe o alguien intermedia que saca mayor tajada o que quizás está ahí como generando situaciones desparejas sobre quién genera, quién se queda con los ingresos.
Trato de no idealizar el proceso productivo y el espíritu de la marca, porque en el día a día sigue siendo una marca. Es un poco anti, pero es una marca que está inserto en el capitalismo, que es un producto y todos nos atravesamos por la misma vara, pero dentro de eso siempre estamos tratando de generar las mejores condiciones, tanto para la gente que es parte de nuestro equipo interno como para toda la gente a la que le damos trabajo.
- Contame del espíritu de sustentabilidad de la marca
- Hay un montón de cosas. Nosotras también hicimos un ejercicio de ser cero plásticos en el uso de nuestro packaging, los envíos. Por ejemplo, nos guardamos muchísimos meses todo el descarte que genera nuestro corte y procesamos una tonelada de descarte textil.
Siempre que podemos tratamos de incorporarlo y yo creo que hay algo de ser un emprendimiento chico y de autogestión, que la charla es mucho más corta.
-Tienen roperos circulares, iniciativa que hacen periódicamente. También acciones que ustedes impulsan para ayudar a la gente. Contame cómo lo aplican.
El ropero circular es algo que nos pareció que estaba bueno para hacer y fue tan buena la primera vuelta que hicimos, que decidimos que se quede y que suceda varias veces al año en distintos momentos. Cuando se hace, la gente puede venir al local y cambiar sin ningún tipo de costo su prenda, que ya no usa porque no le gusta, porque le cambio el talle. Lo único es las prendas tienen que estar limpias y en buen estado. Es como una especie de trueque de prendas de Limay. La verdad que a nosotras no nos cuesta nada, la ropa no quede ahí muerta.
Y después, todo el tiempo estamos como pensando acciones para hacer en conjunto con otros. La primera fue que articulamos con la “Mocha Celis”, y les donamos un porcentaje de la venta de un producto que habíamos fabricado. Eso se lo quedaba la Mocha para hacer la sala de computación, y así, achicar la brecha tecnológica entre los alumnos y bueno, las búsquedas laborales después.
Hemos hecho un montón de cosas. Por ejemplo, de un ropero circular, donamos para una olla popular ropa y dinero. Cuando se hizo el HOT SALE, cerramos la web hace dos años y juntamos solo donaciones para la Mocha. También hemos juntado en invierno abrigos y donaciones para un refugio, en otra oportunidad, hicimos una línea de ropa adaptada para gente que tiene movilidad reducida para que nos enseñen cómo hacerlo.
Antes de que el aborto fuera legal, hicimos una campaña donde una parte de las ganancias se donaron para que la gente haga consultas en el embarazo no deseado y abortos. Siempre estamos pensando desde nuestra mirada, y con los ideales que tenemos, en cosas para hacer con los demás.
Mirá la entrevista completa a Mercedes Krom

El ingenioso sistema que utilizan comercios por el constante cambio de precios

El reclamo de la DAIA por los rehenes de Hamás, a dos meses del ataque terrorista

Alertan que animales del sur de Buenos Aires están muriendo por las sequías

Este es el diseño y la imagen con la que se promocionará la Vendimia 2024

Familiares de rehenes de Hamás pidieron una audiencia con Javier Milei

La nueva función de WhatsApp que lo cambia todo

El peaje en el ingreso a Chile tuvo un grosero aumento del 1000%
