Salud mental

Qué hay detrás de los preocupantes mensajes de Alejandro Sanz y La Princesita

Los cantantes visibilizaron a través de las redes sociales sus problemas emocionales y generaron una impensada reacción de sus fans.

Florencia Arbeleche
Florencia Arbeleche miércoles, 7 de junio de 2023 · 09:03 hs
Qué hay detrás de los preocupantes mensajes de Alejandro Sanz y La Princesita
Los cantantes vienen compartiendo en redes sus pesares. Foto: Archivo

La decisión de los cantantes Alejandro Sanz y Karina La Princesita de visibilizar sus problemas emocionales a través de las redes sociales no solo plantea una serie de interrogantes respecto a la verdadera finalidad de esos mensajes, sino que además habilita el debate sobre la importancia de abrir el diálogo y hablar abiertamente sobre los problemas mentales en nuestra sociedad.

Durante mucho tiempo, estos temas han sido estigmatizados y silenciados, lo que ha llevado a un sufrimiento innecesario y a un desconocimiento generalizado sobre la salud mental. Al hablar de problemas mentales, podemos desterrar los prejuicios y la discriminación, y fomentar la comprensión y la empatía hacia aquellos que luchan con su salud mental.

En el caso de Karina, la artista reconoció que sufre de depresión y dijo estar siendo tratada por psicólogos y psiquiatras. Lo hizo a través de una serie de publicaciones en sus cuentas de Twitter y de Instagram, en las que también se solidarizó con las expresiones del mismo tenor vertidas por el cantante español Alejandro Sanz.

Este último, sin embargo, dio en las últimas horas señales más concretas de las razones que lo llevan a compartir sus pesares con sus seguidores. El supuesto rompimiento con Rachel Valdés se suma a la preocupante teoría sobre su depresión, sumado a la presunta estafa que lo dejó en bancarrota por parte del empresario y administrador Juan Gervás García.

"No estoy bien. No sé si esto sirve de algo pero quiero decirlo. Estoy triste y cansado. Por si alguien más cree que hay que ser siempre una brisa de mar o un fuego artificial en una noche de verano. Estoy trabajando para que se me pase… llegaré a los escenarios y algo dentro me dirá que hacer. Pero a veces no quiero ni estar. Literalmente”, posteó el cantautor generando la preocupación de sus fanáticos. 

 

Pero ¿por qué o para qué visibilizar un problema emocional? 

Alejandro Viedma, psicólogo y coordinador de grupos de reflexión, habló con MDZ sobre la importancia de esta tendencia en la que los famosos hablan de su padecimiento públicamente. "Los humaniza y eso provoca que muchas personas puedan verse reflejadas en ese espejo ya no tan lejano. Esos referentes masivos que son ejemplo en algunos aspectos para tantos, generan que se ponga el foco en cuestiones comunes y humanas y encontrar a otros que sienten de manera similar a uno ya es tranquilizador", sostuvo.

Para el psicoanalista, "cuando se comparte un problema y del otro lado se vivencia que 'le sucede lo mismo' se sienten menos solos y, por ende, ya un poco mejor, acompañados aunque sea a la distancia o con desconocidos. No sentirse el único que experimenta un malestar es considerarse más cerca de la media que de la rareza. Además, admitir que uno necesita ayuda y no mostrarse siempre 'divino' también es un derecho y es una decisión publicarlo o no".

En la actualidad, asumirse vulnerable y fuerte al mismo tiempo es un acto valiente y empoderador. Tradicionalmente, la fortaleza ha sido asociada con la resistencia, la invulnerabilidad y el ocultamiento de las debilidades. Sin embargo, reconocer y aceptar nuestra vulnerabilidad es esencial para nuestro crecimiento personal y emocional.

"Parar a tiempo, tomarse una pausa o cambiar de dirección en un momento de la vida no convierte a alguien en loco, débil o enfermo, a veces ese 'stop' es lo que pide la cabeza, el cuerpo o el corazón y a todo eso debe escuchárselo para poder reencontrarse con uno mismo y luego con los demás", subrayó Viedma.

 

Entonces, ¿cómo ayudar?

Desde la clínica psicoanalítica constato que lo que no pasa por la palabra suele instalarse en el cuerpo; lo que no se dice se actúa, lo que no se tramita vía discursiva, lo que no circula simbólicamente se transforma en síntoma somático, es decir, es el cuerpo el que se expresa. Muchos de mis pacientes me han compartido que lo que les viene bien en ese momento que pueden transmitir que están mal es que los oigan o los abracen y así sentirse entendidos, no tanto las opiniones y mucho menos los reproches o las críticas. Las críticas destructivas sólo siembran más daño o que se cierre más quien esté sufriendo, en lugar de solicitar ayuda profesional o de sus cercanos. La comprensión y empatía son posturas ideales en las situaciones donde la persona que no puede con todo precisa abrirse y así empezar a mejorar la calidad de vida recuperando su bienestar.

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