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La señalan por ser "la más peronista del PRO" y asegura que Horacio Rodríguez Larreta es el "único que puede liderar a la Argentina"

La señalan como “la más peronista del PRO” y, aunque no le gustan las etiquetas, sabe que esa tiene que ver con sus ideales. Le preocupa la desigualdad, pero está lejos de creer en soluciones mágicas, al contrario, hace foco en el largo plazo. Así piensa María Migliore.

Florencia Rodríguez Petersen
Florencia Rodríguez Petersen lunes, 5 de junio de 2023 · 07:05 hs
La señalan por ser "la más peronista del PRO" y asegura que Horacio Rodríguez Larreta es el "único que puede liderar a la Argentina"
María Migliore repite una y otra vez que es urgente nivelar el punto de partida para que las personas de los sectores vulnerables tengan más oportunidades. Foto: Julian Volpe/MDZ

De perfil bajo, tono tranquilo y carácter fuerte, la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires no tiene mucho tiempo libre. Equilibra su vida familiar -es madre de 2-, su idealismo y su trabajo, al que le dedica muchísimas horas. Es difícil encontrarla en su oficina, pero muy común cruzarla en los barrios. A María Migliore la desvela la necesidad del otro. No importa si la carencia es material, intelectual o espiritual: entiende al ser humano como un todo. Y sabe que es tan importante un plato de comida como la educación o un diálogo profundo. 

Es de las personas que piensan lo que dicen. Pero eso no llama tanto la atención como el hecho de que diga lo que piensa aun cuando no sea lo que la mayoría quiere escuchar. Y en un contexto en el que abunda la crispación, defiende sus convicciones con firmeza sin siquiera levantar la voz. Al contrario, escucha y reconoce el valor del otro. Destaca los logros y conquistas de las personas con las que se cruza a diario en barrios y en los centros de inclusión. Busca darles una oportunidad y sostiene que la única salida es "nivelar el punto de partida". 

María Migliore señala que Horacio Rodríguez Larreta fue quien más impulsó la transformación profunda de los sectores populares.

- ¿Qué cambió desde tu llegada al Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires?
- Cambiaron muchas cosas. Primero, cambió el contexto de la Argentina. Yo arranqué en el ministerio antes de la pandemia. Hubo un momento -el primer año y medio- en el que nos tocó poner en marcha una estrategia social y sanitaria de mucha intervención en los grupos que iban a estar más afectados por la pandemia. Creo que se hizo un muy buen trabajo desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y estoy orgullosa de la estrategia que se implementó. Y, aparte de eso, hoy hay una situación económico-social muy crítica en la Argentina y eso pone desafíos cotidianos a lo que hacemos todos los días. 

- La sensación para los que circulan por Buenos Aires es que cada vez hay más gente en situación de calle…
- Lo que se ve -en estos días están saliendo los números de pobreza- es que hay más personas que están en situación de pobreza, más personas que trabajan en la informalidad, más personas que trabajan y son pobres y, obviamente, también hay un aumento en la cantidad de personas que están en situación de calle. Hay un aumento previsible de la cantidad de personas que están en esta situación. Nosotros lo que hacemos es profundizar y mejorar nuestras políticas para poder acompañarlas y que tengan una segunda oportunidad. Nos gusta pensar una política social y ejecutar una política social que no solamente acompañe, sino que empodere. Nos preguntamos siempre si después de la intervención que hacemos las personas tienen más capacidades para salir adelante. 

- ¿Cómo se trabaja eso desde los equipos?
- Traemos un buen equipo. Para mí es un orgullo el equipo del que soy parte en el ministerio y en el Gobierno de la Ciudad. Para mí es importante pensar la mirada de un gobierno, no solamente la de un área. Pensamos la política social como una política que transforme, que acompañe, pero que genere más capaces. Por ejemplo, con las personas en situación de calle, trabajamos articulados con el Ministerio de Salud para acompañar a una persona que tiene una problemática de salud mental o que está atravesando una situación de consumo. Nuestros equipos trabajan en la calle todos los días, poniéndole el cuerpo para estar presentes de una manera inteligente que transforme, que ayude a salir adelante.

Así es el Centro de Integración Costanera, uno de los más grandes de la Ciudad.

- ¿Qué es lo que más te frustra de este trabajo?
- Creo que la palabra no es “frustración” sino que me duele, me interpela, me cuestiona y, sobre todo, me compromete. Yo entré a la política con una pregunta: ¿cómo hacemos para generar un sistema más justo en el cual muchas personas no tengan que atravesar situaciones de pobreza? Y creo que podemos hacer eso todos los días y cada persona que está sufriendo alguna situación me compromete a seguir mejorando lo que hacemos. Todos los años hacemos un censo para ver cómo está la situación en la calle para asegurarnos de que todas las personas que están en esa situación, si así lo quieren, tienen un lugar para dormir en la Ciudad Buenos Aires. Garantizamos que haya un lugar para recibirlas y un equipo capacitado para acompañarlas en la problemática puntual que estén atravesando, un equipo que confíe en ellas, que apueste a acompañarlas en ese proceso de reinserción. 

- Hay otro problema que atraviesa hoy a la Ciudad o a la Argentina que es el déficit habitacional. ¿Qué estrategias tienen pusieron en marcha o tienen previsto activar ante esto?
- Es un tema enorme y creo que tiene un montón de aristas desde las que se lo puede analizar. Podríamos estar viéndolo desde la perspectiva de que con la macroeconomía  que tenemos no hay crédito disponible para que muchas personas puedan acceder a una casa. En la Ciudad sacamos algunas medidas para aliviar la situación de los inquilinos. Y para los sectores más bajos, ya hace varios años pusimos en marcha programas de integración sociourbana que lo que buscan es nivelar el punto de partida para que las condiciones iniciales de una persona le permitan alcanzar un proceso de desarrollo. Y eso tiene que ver con mejorar las situaciones de vivienda, de habitabilidad, cómo las personas están viviendo. Ahí tenemos un avance significativo en la cantidad de casas nuevas que hemos construido. Por ejemplo, en el Barrio 31 son más de mil casas nuevas que nos permitieron mudar a las familias que veían abajo la autopista en una situación muy extrema. Hoy esas familias ya están mudadas y en ese lugar hemos construido el parque público más grande de todo el barrio. Entonces, para nosotros, el trabajo tiene que ver con hacer una intervención del Estado que mejore las posibilidades, las condiciones en las que una persona vive, que tenga más herramientas para poder progresar, para poder ser libre, para aportar más libertad y elegir lo que quiera hacer.

- ¿Se hace algún tipo de seguimiento a esas familias?
- Sí. Trabajamos con las familias antes de que se mudaran y en el proceso posterior a la mudanza. Para poder acceder a eso sacan un crédito y eso hace que el contacto con el Gobierno sea permanente. Además estamos trabajando en un programa de mejoramiento de viviendas a fin de que se mejoren las condiciones del baño, de la cocina, de las habitaciones de las viviendas ya existentes. También estamos trabajando en la regularización de los servicios públicos: que llegue el agua de manera formal, mejorar el tendido eléctrico, pavimentar las calles, hacer las cloacas, los pluviales… Que todas esas cuestiones que están garantizadas en otros para la ciudad también lo estén en estos lugares, porque ese es el punto de partida básico para iniciar un proceso de desarrollo.

- Algo llamativo que ocurrió en los barrios en el último tiempo tiene que ver con la llegada o la instalación de empresas… ¿Cómo impactó esto en los barrios?
- Eso que traes es fundamental, expresa lo que nosotros creemos: sin sector privado no hay desarrollo posible y siempre lo decimos también: la mejor política social es el trabajo. Entonces tenemos que trabajar para, por un lado, fortalecer el trabajo que ya vienen haciendo los vecinos y para instalar empresas que generen nuevos puestos de trabajo y que, además, se genere una mejor interacción en la dinámica del barrio. Para fortalecer eso el año pasado sacamos la Ley de integración productiva que lo que hace es dar ciertos beneficios impositivos para promover que las empresas se instalen. Ya son más de 50 empresas en los distintos barrios de la ciudad y más del 80% de las personas que estas empresas han contratado son de cada uno de los barrios en los que se han instalado. El número es muy significativo y muestra un camino distinto de cómo pensar el desarrollo. Para nosotros el desarrollo es empoderar a las personas a través del trabajo, sobre todo del trabajo y de la educación, porque creemos en ellas y pensamos que nuestra misión tiene que ver con crear un sistema que permita que ellas puedan desarrollarse, sacar adelante todo su potencial.

- Imagino que el año electoral está atravesado por la evaluación. ¿Cuáles son los aspectos más fuertes de la gestión que hiciste al frente del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat?
- Son un montón de temas en los que los que trabajamos en el ministerio. Creo que hay un  valor muy grande en profundizar esta mirada creer en la persona con la que estamos trabajando y darle herramientas para que salga adelante. Y esa mirada se trasluce en todo lo que hacemos: una persona en calle, una mujer que atraviesa a una problemática de violencia, en un programa que hacemos con chicos, en un centro de primera infancia. Sí, creo que hemos hecho un gran avance en lo que llamamos integración y desarrollo, que es nivelar el punto de partida. Es muy difícil pensar en un proceso de desarrollo si te toca nacer en un lugar donde no tenés agua, vivís con tus cinco hermanos en la misma habitación en la que cada vez que llueve se inunda. Entonces, nivelar ese punto de partida es importante para que otras cosas puedan suceder después. Y en eso me parece que hemos puesto en marcha un modelo que sin duda tiene muchos desafíos, pero que ha significado un avance bien concreto en muchos barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Y lo otro que a mí me parece muy importante es vincular el desarrollo social al mundo del trabajo. Tenemos que pensar cómo hacemos para que las personas a las que acompañamos realmente tengan más herramientas para poder insertarse al mundo del trabajo y esto tiene que ver con dar capacitaciones en sectores que va a haber demanda. Para esto venimos haciendo un trabajo importante con los ministerios de Educación y Desarrollo Económico. Trabajamos mucho también para todas estas unidades de la economía informal que vienen trabajando hace años, tengan más herramientas para consolidarse y acceder a las mismas herramientas que un empresario formal: poder tomar un crédito, tener cierto financiamiento para poder invertir y tener más canales de comercialización.

Así es el Centro de Integración Costanera, uno de los más grandes de la Ciudad.

- ¿Dónde te ves en un año?
- Me veo siendo parte de un proyecto político que pueda transformar la Argentina. Yo vengo trabajando hace tiempo con Horacio Rodríguez Larreta. Estoy convencida de que es la persona que puede liderar a la Argentina en la que yo creo en la próxima etapa, que es una Argentina con oportunidades para todos y para todas. Quiero seguir siendo parte de donde me toque en la construcción de ese proyecto.

- ¿Sos la más peronista de las personas del PRO?
- Esa definición no me gusta porque intenta tipificar cosas. Yo me siento parte del gobierno que hoy en la Argentina tiene más capacidad de solucionar los problemas de los sectores populares. Me da orgullo decirlo porque veo que hace falta una discusión seria sobre cuáles son las pruebas que tenemos y cómo tenemos que invertir para poder salir adelante. Vuelvo al tema que hablábamos recién: tenemos 8 millones de personas que trabajan en la informalidad. Pongamos el tema sobre la mesa y discutamos cómo vamos a hacer para formalizarlo, para que puedan tener más derechos, para que su trabajo sea más productivo. Cuando hay 5 millones de personas que viven en barrios populares donde no tienen acceso a dos servicios básicos como agua o luz… ¿Cómo vamos a profundizar ese trabajo para que esas personas tengan más oportunidades? Entonces, a mí me gusta definirme como una funcionaria que es parte de un proyecto político que no está alejado de la gente sino que, al contrario, es el proyecto que más ha transformado en el último tiempo, especialmente la vida de los sectores populares. Horacio ha sido el jefe de Gobierno que, desde que volvió la democracia hasta hoy, más ha invertido en los sectores y lo hizo de una manera innovadora que realmente transforma. Y eso quiere decir entender lo que pasa, estar cerca de la gente y junto a ellas poder construir un camino distinto.

- Dicho esto, ¿dónde te ves en cinco años?
- No lo sé. Tengo un compromiso muy fuerte por trabajar estos temas. Realmente me gusta mucho lo que hago y creo que puedo aportar en la discusión técnica y política sobre cómo generar un camino nuevo de desarrollo, sobre cómo poder hacer para que las personas tengan más oportunidades y tengan más voz. Me apasiona trabajar de esto y aportar en esto. La vida dirá dónde nos encuentra el camino.

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