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Omar Palermo: "Hay una doble vara histórica en el Poder Judicial"

Las investigaciones realizadas por el actual juez de la Suprema Corte de Justicia, Omar Palermo, permitieron repensar el rol de los funcionarios judiciales durante la dictadura. Una entrevista en profundidad sobre las responsabilidades civiles, empresariales y la mirada crítica al sistema judicial.

Andrea Ginestar
Andrea Ginestar viernes, 24 de marzo de 2023 · 12:59 hs
Omar Palermo: "Hay una doble vara histórica en el Poder Judicial"
Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

Omar Palermo integra la Suprema Corte de Justicia de Mendoza y fue una figura clave en los juicios de lesa humanidad que tuvieron lugar en la provincia de Mendoza. El actual ministro de la Corte, se desempeñó como fiscal general en las causas que impulsaron la investigación sobre la complicidad del aparato judicial durante la dictadura cívico militar. A partir de las investigaciones realizadas por los fiscales que llevaron adelante las causas, se pudieron determinar los roles de los agentes del Poder Judicial y la posterior condena a los responsables del genocidio.

¿Cuál es la relevancia de los juicios de lesa humanidad realizados en Mendoza?
- El proceso de reivindicación de los valores democráticos costó mucho en Mendoza, fue un esfuerzo muy grande de todo el sistema de justicia. Cuando llegué a la Justicia Federal en el año 2008 no había detenidos, las personas eran excarceladas por delitos graves, las desapariciones eran calificadas como privaciones de libertad no como homicidio y los responsables de esos hechos eran excarcelados. Las personas que hoy están condenadas en su momento fueron liberadas por aquella cámara de apelaciones, fueron años duros porque las personas mantenían el estado de libertad.

El Poder Judicial fue cómplice de la dictadura, se pueden discutir las responsabilidades individuales de cada uno de los jueces de la dictadura pero lo que no se puede discutir es que el Poder Judicial fue cómplice de esa represión y todo el aparato.

El ex D2 fue un centro de detención clandestino

¿Cuáles serían los dilemas que atraviesa justamente la justicia en este campo?
- Son muchos los temas en los que se puede vincular memoria y Poder Judicial, pienso en los de siempre...la violencia institucional, el trato a las personas privadas de libertad y en las circunstancias que el sistema de justicia penal recae generalmente y casi exclusivamente sobre los sectores vulnerables. Ese doble estándar en el sistema de justicia histórico, recae toda la dureza del sistema para los sectores más desfavorecidos y la indulgencia del sistema con los sectores más poderosos, hay una doble vara histórica del Poder Judicial.

Esa misma doble vara estaba presente en la dictadura que perseguía a lo que denominaba la subversión política existía una impunidad para la represión. Había una máxima dureza contra los perseguidos políticos e impunidad para los asesinos y terroristas de Estado más importantes que ha tenido nuestra historia. 

¿Sigue siendo muy selectivo el sistema penal de justicia?
- Así es...el sistema penal sigue siendo selectivo, hay violencia institucional y policial e impunidad en los procesos referidos a la violencia institucional. La matriz ideológica de algún modo es una deuda pendiente en materia de violencia institucional y de protección de derechos. 

Hay mucha intolerancia y existe la sensación de que todavía el adversario es visto como un otro, hay una negación hacia el otro.  El Poder Judicial juega ese partido y está presente, tenemos que recuperar de algún modo nuestras tradiciones históricas. Los hechos de violencia que tuvieron lugar en la UNCuyo son tristísimos, si hay un lugar donde el otro tiene que estar presente y debe haber respeto de las opiniones y pluralismo es en la universidad. 

"Lo que nos puede salvar es la necesidad de reconstruir consensos mínimos y políticas de Estado mínimas sobre los valores democráticos"

Que la Facultad de Derecho no tenga actividad el Día de la Memoria en la Semana de la Memoria es una toma de postura, es invisibilizar... Entonces esa falta de memoria de la Facultad de Derecho y falta de compromiso no solo se ve allí sino en muchos ámbitos. Recuerdo una frase de un penalista español, quizás el mejor de todos, Enrique Gimbernat  que decía "en la universidad lo que tiene calidad es progresista y lo que carece de ella es reaccionario". Creo que nos estamos olvidando de la calidad y la importancia de la memoria y los derechos humanos, en este caso la falta de agenda es notable y triste.

El despacho del juez Palermo está lleno de símbolos que recuerdan la lucha de los familiares de desaparecidos en Mendoza

¿Existieron políticas públicas que hayan afectado la investigación?
- Creo que en materia de Memoria Verdad y Justicia había una política de estado formidable y cuando digo política de Estado no digo política partidaria. Todas las fuerzas políticas coincidieron en la necesidad de refutar esos hechos y refutando, negando esos hechos se afirmó la democracia, digo negar en el sentido de cuestionar lo que se hizo afirmando los valores democráticos. Aquello fue el resultado, no de jueces heroicos que persiguieron a los terroristas sino de toda una política de Estado.

Como antes y también ahora...lo que nos puede salvar es la necesidad de reconstruir consensos mínimos y políticas de Estado mínimas sobre los valores democráticos, consensos para los temas fundamentales es un ejemplo a seguir.

¿Cuál es la relación que encuentra entre lo político y lo jurídico? .
- Desde lo jurídico, cada juez tiene evidentemente sus propios lentes. No puede utilizarse el proceso sin respetar los límites de ese proceso. La prueba no es negociable, la tipicidad de los hechos no es negociable, el proceso debe ser un juicio. El contexto político en el que se llevaron adelante esos juicios fue el resultado de una política de Estado en la que intervinieron todas las fuerzas políticas y eso me parece un ejemplo a seguir para todo lo que venga en adelante.

"El otro no puede ser un enemigo, cuando negamos al otro la democracia se resquebraja y me parece que en Mendoza tenemos que recuperar la tolerancia".

¿Eso ha tenido una continuidad estos años?
- Los juicios han seguido pero creo que están faltando políticas de Estado en otros ámbitos, no digo es como el aquel juicio de 1985, los fallos importantes y aquella Corte tan prestigiosa es como que no ha tenido continuidad hacia abajo. Me parece que ahora es importante reconstruir esos consensos y que volvamos a tener políticas de Estado que garanticen que la persona es la medida de todas las cosas, no puede ser de ninguna manera uno otro. El otro no puede ser un enemigo, cuando negamos al otro la democracia se resquebraja y me parece que en Mendoza tenemos que recuperar la tolerancia.

¿Se investigó la posible vinculación del sector empresarial en la dictadura?
- El Poder Judicial fue cómplice de la dictadura, fue funcional...cómo no iba a ser funcional un sistema de justicia creado por la propia dictadura. El sector civil tampoco fue extraño a eso y ha sido una deuda pendiente de estos procesos que llegaron tarde en ese ámbito. No se puede hacer todo junto y creo que es un aspecto a analizar respecto a la complicidad civil. La conclusión es que no había dictadura sin complicidad civil. Faltaron investigaciones y faltó profundizar en esos hechos pero todavía es posible aunque es más difícil ya que las víctimas se van muriendo al igual que los autores y responsables del terrorismo de Estado.

¿Qué lugar ocuparon las víctimas en los procesos de justicia que se llevaron a cabo?
- Las víctimas no claudicaron nunca ni perdieron la fuerza. Los juicios de lesa humanidad han sido una gran obra para la democracia, hay grandes responsables y figuras marginales, sin duda que nosotros como sistema de justicia hemos sido figuras marginales, las figuras centrales son las víctimas, los familiares de las víctimas y los organismos de derechos humanos no tengo ninguna duda de eso.

¿Considera que ha cambiado la percepción de la sociedad respecto de lo que fue la dictadura?
- La reacción popular en aquella decisión de la Corte Suprema en el caso del dos por uno y la reacción social por la película 1985 está demostrando que hay un consenso mínimo, pueden haber algunos desacuerdos, pero hay un reconocimiento de la tragedia,   la revalorización del Estado de derecho y de la democracia. La tarea ahora es ver cómo recuperamos la memoria para construir el futuro.

¿Cuál fue su mayor satisfacción como fiscal en los juicios?
- Recuerdo que me vinieron a ver los familiares cuando por el Cuadro 33 y tenía la sensación de que no creían en nosotros porque tenían buenas razones para no creer. En ese momento, nos unimos a los familiares y logramos todo lo que se hizo en torno al Cuadro 33, fue una satisfacción haberles devuelto la credibilidad en el sistema de justicia. Fue una gran satisfacción que no es individual sino colectiva ya que lo hicimos con un grupo de gente maravilloso y que tengo el orgullo de haber encabezado en aquel momento, ahora tengo la tranquilidad y la alegría de que hay un fiscal excelente llevando a cabo esos juicios.

El cuadro 33 es un sector del Cementerio de Capital donde hallaron a víctimas del genocidio en Mendoza

¿Qué deudas tiene el Poder Judicial en Mendoza a punto de cumplirse cuarenta años de democracia?
- Yo vengo sosteniendo desde hace mucho tiempo la necesidad de que el poder judicial reconstruya su propia legitimidad. Se ha hablado mucho en Mendoza de la importancia institucional de recuperar la autoridad del gobernador. Yo estoy de acuerdo con esa afirmación. Pero también creo que el sistema de justicia debe hacer esfuerzos para ganar en legitimidad ante la sociedad. Para ello es determinante tener en cuenta algunos aspectos que creo fundamentales. Por un lado, debe existir un vínculo entre la ciudadanía y el sistema de justicia que garantice que la solución del conflicto sea percibida por la sociedad como una decisión propia y no como algo que le viene impuesto desde fuera. Por otro lado, es imprescindible un poder judicial que se aferre mas que nunca a su independencia del poder político y del poder económico del mercado. Un poder judicial más cercano a la sociedad, especialmente los sectores sociales más desaventajados y alejado del poder de la política partidaria

¿Cómo ve la situación institucional de Mendoza en general?
- En Mendoza quizás lo que más atenta la institucionalidad es el riesgo de la concentración de un poder hegemónico en pocas manos. Eso se advierte especialmente en los organismos de control. Si el controlado también es a su vez el controlador la democracia se debilita. No hablo en términos de democracia formal sino en términos de democracia material. Quizás habría que pensar en diseños institucionales con mayorías especiales y con requisitos que garanticen la independencia y la calidad de los organismos de control.

¿Cuál sería su mensaje en este 24 de marzo?
- Quiero subrayar la importancia de la tolerancia, la importancia del respeto al otro como persona, la importancia de no negar al otro como persona ya que algunos discursos tienden a proscribir y excluir a los pueblos originarios. Hay una necesidad de respeto a las minorías, ser más tolerantes. 

El sistema democrático le ha entregado todo el poder a los representantes de la ciudadanía pero hay ciudadanos que quedan marginalizados, quedan sin voz...no le quitemos esa voz y escuchemos a esos sectores que son los sectores más desventajados. Como Poder Judicial tenemos un compromiso con los sectores más desfavorecidos, no puede ser neutral frente a la desigualdad social.  Tengamos un discurso más tolerante e institucionalista de la Mendoza histórica.

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