Descubrimiento

De "mata caballo" a una esperanza contra el cáncer de mama, colon y ovario

Científicos argentinos determinaron que un derivado de Solanum pseudocapsicum, una planta silvestre argentina famosa por su alta toxicidad, tiene la capacidad de inducir letalidad selectiva en modelos celulares que emulan a cánceres con mutaciones en la proteína BCRA2

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MDZ Sociedad jueves, 23 de marzo de 2023 · 21:05 hs
De "mata caballo" a una esperanza contra el cáncer de mama, colon y ovario
La solanum pseudocapsicum, una planta ornamental muy conocida en la Argentina.

Un pequeño arbusto sudamericano que se extiende naturalmente desde México hasta Argentina y es tan tóxico que se lo conoce popularmente como “mata caballo” o “revienta caballo”, atesora un compuesto que ilumina un posible enfoque para desarrollar nuevos tratamientos contra ciertos tipos de tumores, según un estudio liderado por científicos argentinos y publicado en la revista Drug Resistance Updates.

Con el objetivo de identificar nuevos blancos moleculares para el tratamiento de cánceres con deficiencia en la actividad del gen BRCA2 -como los de ovario, mama y colon- que resisten a la terapia estándar, el grupo comandando por el doctor en Biología Celular Gastón Soria buscó en plantas típicas de la Argentina la presencia de moléculas con la capacidad de convertirse en futuros fármacos. Y no sólo encontró un compuesto con alta eficacia en modelos experimentales, sino también la enzima sobre la que actúa para poder frenar el avance de las células tumorales.

“Una parte diferencial de nuestra estrategia, desde su concepción, fue utilizar extractos derivados de plantas de nuestro país como fuente de inducción de letalidad sintética”, explicó a la Agencia CyTA-Leloir Soria, un científico emprendedor que cofundó la empresa OncoPrecision. Y contó que para eso se asociaron con expertos en productos naturales.

“Probamos aproximadamente 100 compuestos que se fueron purificando a lo largo de décadas de trabajo de investigación en el laboratorio de las doctoras en Química Viviana Nicotra y Manuela García, del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC)”, señaló Soria.

El más prometedor resultó ser la solanocapsina, un alcaloide aislado de Solanum pseudocapsicum, “una planta ornamental muy conocida en nuestro país, no sólo por su belleza sino también por su altísima toxicidad”, dijo Soria. En varios países se la conoce como cerezo de Jerusalén, pero en la Argentina el saber popular la bautizó de una manera menos romántica y más explícita: “revienta caballo”. En ese sentido, resulta evidente que ningún paciente debería consumir la planta de manera directa.

Una puerta que se abre

“Ya en su formato nativo, la solanocapsina mostró una toxicidad incrementada sobre células con deficiencia en el gen BRCA2, lo que nos hizo pensar en su un potencial como una estructura precursora para un fármaco, algo que hasta ahora no se había propuesto. Esa toxicidad selectiva era exactamente lo que estábamos buscando”, describió Soria. “Entonces desarrollamos derivados semisintéticos y nos enfocamos en hallar su posible blanco molecular en las células tumorales, suponiendo que podíamos abrir así nuevas oportunidades terapéuticas para los pacientes”, añadió.

Una etapa posterior de ese trabajo se realizó con Cellzome, laboratorio alemán que pertenece a GlaxoSmithKline (GSK), la empresa farmacéutica británica multinacional que financió en gran medida este avance a través de su programa Trust in Science. Con ellos se realizaron diferentes estudios que apuntaron a descubrir a qué proteínas se unía la solanocapsina dentro de las células y, en consecuencia, detectar las posibles responsables de la acción de toxicidad selectiva que se había observado. “Se identificaron las cinco proteínas más activas y nos llamó mucho la atención que solanocapsina se unía con alta afinidad a la enzima dCK, lo que nos hizo pensar que la podría estar inhibiendo”, indicó Soria.

Gastón Soria y Laura Guantay, dos de los autores del estudio publicado.

La investigación se realizó con el auspicio del Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCYT) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Argentina y el programa Trust in Science, una iniciativa de cooperación público-privada de GSK para apoyar la investigación precompetitiva en América Latina y reforzar la formación de recursos humanos altamente especializados en el país, con la meta de que se desarrollen proyectos de alto valor científico y con potencial de generación de productos transferibles al sector productivo.

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