Educación

El dato que revela la crisis de la escuela secundaria en la Argentina

Especialistas llaman a poner el foco en el acceso a la educación, ya que sin formación previa no hay educación superior. Entre los 15 y los 19 años se observa un descenso marcado en la tasa de inscripción, que desciende al 76%.

Ángeles Reig
Ángeles Reig lunes, 20 de febrero de 2023 · 07:01 hs
El dato que revela la crisis de la escuela secundaria en la Argentina
Foto: Archivo

De acuerdo con el último informe realizado por el Centros de Estudios Educación Argentina (CEA) de la Universidad de Belgrano que analiza el relevamiento de OCDE “Education at a Glance” 2022, en nuestro país el 42% de las personas entre 25 y 64 años cuenta con el secundario completo, mientras que solo un 24% posee un título terciario (incluyendo universitarios y de posgrado).

Consultada por MDZ, Mónica Marquina, investigadora del CONICET y especialista en temas educativos, sostiene que “este dato es para los mayores de 25 años, pero si se mira a los que ahora están estudiando, la situación es peor. Respecto de los que entran en las universidades públicas, los que se gradúan no llegan al 20%. Tenemos un sistema de educación superior muy abierto, sin cursos de ingreso, que tiene una de las matrículas más altas de América Latina, lo que hace pensar en una universidad inclusiva, pero no gradúa suficientemente. Los más desventajados, como siempre, son los jóvenes de menores ingresos, que se quedan en el camino".

Educación y empleo

Este dato tiene una relación directa con la tasa de empleo. Si miramos la misma franja etaria, el 73% trabaja, mientras que entre aquellos que obtuvieron un título posterior, la cifra asciende al 85%. En los casos en que, además, se cuenta con un doctorado, las chances de tener trabajo son casi plenas, la tasa de ocupación llega al 93%.

“El capital educativo y profesional de las personas está asociado a mejores oportunidades laborales e ingresos y lo mismo sucede a nivel de los países. Hoy en la economía del conocimiento la competencia entre países es la competencia de sus sistemas educativos, en el sentido de que sean competentes, eficaces, que logren altos niveles educativos distribuidos en toda la población.  Argentina es pobre no sólo económicamente sino educativamente, si existieran nuevas inversiones que generaran trabajo, existirían de todos modos fuertes restricciones al crecimiento por falta de formación de los recursos humanos, tal como mostró hace poco el Caso Toyota”, comenta a MDZ Claudia Romero, Doctora en Educación y Profesora e investigadora de la Universidad Di Tella.

Acceso a la educación obligatoria

En este análisis, es importante poner el foco en el acceso a la educación, ya que sin formación previa no hay educación superior. Allí se observa que entre los niños de 6 y 14 años, la tasa de enrolamiento educativo es del 100%, de acuerdo con los datos de la OCDE que releva el estudio. Entre los 15 y los 19 años, en cambio, hay un descenso marcado: la tasa de inscripción desciende al 76% ubicando a la Argentina en el puesto 35 de 41 países relevados.

“Quienes no completan sus estudios secundarios ven fuertemente restringidas sus oportunidades de desenvolverse con éxito en el mercado de trabajo formal, porque hoy es un requisito mínimo de acceso. Pero además, al no acceder a estudios superiores, empeoran sus perspectivas ya que mayor nivel educativo suele relacionarse con mejores empleos”, agrega Romero.

Otro dato que llama la atención, son las tasas de enrolamiento en el nivel terciario para los grupos de 18, 19 y 20 años. De acuerdo con los datos disponibles, apenas alcanzan el 48, 47 y 42% respectivamente, colocando a nuestro país en el puesto 37 sobre un total de 41 países. Si además tenemos en cuenta que solo contamos con un 24% de graduados del nivel superior entre la población adulta, podemos concluir que no solo hay una falla en el ingreso al nivel superior, sino que también se percibe una importante dificultad para sostener una carrera terciaria o de grado.

Los Ni-Ni

Finalmente, el informe analiza la situación de los tristemente denominados Ni-Ni, es decir, aquellos jóvenes entre 18 y 24 años que no estudia ni trabaja. Según los datos recogidos por la OCDE y analizados por el CEA, Argentina ocupa el puesto 31 sobre un total de 38 países relevados, con un 23,8% de jóvenes que no estudia ni trabaja. El 47,3% de los integrantes de esta franja estudia y solo un 12% estudia y trabaja.

Todos estos datos llevan a concluir que el gran talón de Aquiles del sistema es el Nivel Medio, aunque seguramente esta debilidad tenga que ver con los problemas que arrastran de los niveles anteriores. De todos modos, es en el nivel secundario donde se pierde la mayor cantidad de matrícula. Además, por los datos de acceso al nivel posterior, podemos inferir que, o bien los alumnos no terminan el secundario, o lo hacen de forma deficitaria por lo que no cuentan con las herramientas necesarias para encarar un nuevo nivel de estudios o, simplemente, no sienten la motivación suficiente para seguir haciéndolo.

“La aspiración es aumentar significativamente la formación terciaria en áreas clave de nuestra economía, pero antes hay que lograr que todos los jóvenes terminen la educación secundaria habiendo alcanzado los saberes esperados en el tiempo previsto. Esto debe ser una prioridad de la política educativa para los próximos años e implica no sólo una transformación integral del nivel secundario sino garantizar la calidad de los aprendizajes en el nivel primario”, concluye Romero.

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