Una impactante estafa piramidal con criptomonedas hace ruido en Mendoza
Se trata de las empresas Cripto Country y We Are Capital, que aparentemente aprovechan el desconocimiento de las personas sobre el mundo de las monedas digitales para estafarlas. El modo de funcionamiento es similar al esquema Ponzi. MDZ Radio dialogó con una de las víctimas.
De la mano de la familia Caroglio se produce en Mendoza una estafa piramidal de captura de inversiones, a través de Cripto Country y We Are Capital, que aparentemente cuenta ya con varios damnificados. Actualmente ambas empresas siguen funcionando y suelen ser muy activas en las redes sociales. MDZ Radio dialogó con Hernán Martín Suarez, representante del grupo de personas estafadas.
Cripto Country ha sido promocionado por medios como Clarín y Forbes. Inclusive, según contó el damnificado, la Cámara Inmobiliaria Argentina figura como sponsor en la página.
“Esto se presenta como dos alternativas de inversión vinculadas al mundo de las criptomonedas y blockchain. Somos varios los afectados, estas empresas están lideradas por Giovanni Caroglio y sus hermanos Gitan y Genaro, pero hay otras personas involucradas en el liderazgo de estas organizaciones que son Ignacio Manduca y Federico Puente”, detalló Suarez.

Según el entrevistado, esto comienza el año 2021, cuando las criptomonedas estuvieron en auge y contaban con un buen rendimiento. “La pandemia generó que se hagan muchas inversiones de este tipo, entonces era un terreno fértil para este tipo de iniciativas. Con We Are Capital se usaba una red de revendedores y ofrecían a través de un contrato de 12 meses, un retorno mensual en dólares de la inversión, que en función del capital que se invertía, iba del 5% al 10%”, detalló.
Los contratos de mutuo que se realizaban eran firmados por Giovanni Caroglio, con su documento, firma certificada y su dirección en Mendoza. Además, según contó el entrevistado, también eran firmados por una escribana.
“A partir de enero de 2022, empezaron los retrasos. Llegó la comunicación de We are Capital o Giovanni, diciendo que iban a vender el fondo de inversión ya que no podían hacer frente a esos porcentajes, pero el capital lo iban a devolver. A algunas personas les respondía, a otras les brindaban pagos parciales. Así fue durante el resto del 2022 hasta octubre, donde directamente ya dejaron de dar respuestas”, expresó.
En paralelo, se crea Cripto Country, que consiste en la creación de una ciudad digital en el Metaverso, que eran loteadas por equipos de programadores y las daban a la venta, con promesas de futuros ingresos por alquileres de esos lotes.
"Ellos habrían presentado un roadmap del proyecto que tenía varias fases. La primera era crear el marketplace, un ambiente donde los inversores iban a poder intercambiar sus terrenos digitales. Hubo una etapa donde lo dieron de alta pero funcionó muy poco y después lo dieron de baja, a partir de este momento nunca más dieron respuesta. Según comenta Giovani la última promesa que hicieron es que se abrirá el 15 de febrero. Hay tres personas que perdieron la paciencia y prefieren ir directamente por la vía legal", agregó.
Suarez detalló que desde We Are Capital, son 60 personas las dañadas. “Tenemos un grupo donde estamos armando la causa colectiva. Hay montos que van desde los 500 dólares hasta los 70 mil dólares. El dinero total lo tendrá que investigar la fiscalía. Caroglio no tiene bienes a su nombre, evidentemente los ha ido moviendo, por esa razón decidimos ir por la vía penal para avanzar con la información que tenemos. También se encuentran afectados inversores y empleados de la empresa”, dijo.
Un testigo más
Mauricio Leone, agenciero, también dio su testimonio al ser convocado por Cripto Country para dar capacitaciones. Además detalló que Caroglio solía mostrar un modo de vida ostentoso: “Entrabas a la empresa y era un edificio lleno de computadoras y de gente. La imagen era decir que eso era el “futuro”. Cuando yo conocí a Giovanni andaba en un Camaro, nada estaba a su nombre. Lo que hacia era captar el capital, gastarlo y decirle a la gente que tenía cuentas embargadas en Estados Unidos. A los dos meses me di cuenta que la empresa no era seria. Nunca me pagaron las capacitaciones que hice”.