Miedo

Cómo el miedo de los padres afecta al desarrollo de los niños

Constanza Bonelli, licenciada en Psicología, habló en MDZ Radio sobre cómo la sobreprotección o el descuido extremo de los padres afecta a los niños.

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MDZ Radio lunes, 19 de septiembre de 2022 · 22:38 hs
Cómo el miedo de los padres afecta al desarrollo de los niños
La sobreprotección para la especialista es una manera de inhabilitar a partir de los miedos. Foto: Imagen ilustrativa

MDZ Radio conversó con la psicóloga Constanza Bonelli sobre cómo los padres transmiten sus miedos a los hijos y de qué manera esto les afecta.

“El miedo es una emoción normal que no protege de los peligros de la vida. Son normales en la infancia, en la vida adulta, pero lamentablemente, por distintas circunstancias puede volverse patológico. Cuando el miedo excede la cantidad normal puede volverse patológico por otro tipo de modificaciones que tienen que ver con la cualidad de tener miedo donde no es necesario tenerlo. Los miedos son una emoción normal y necesaria, gracias a la cual podemos vivir adecuadamente defendiéndonos de los peligros que sí existen", dijo.

En este sentido la especialista puso de manifiesto de qué forma el accionar de los padres ante el miedo influye en los hijos: “Los padres miedosos seguramente han sido educados de un modo en el que no lograron cierta seguridad o cierta autoestima adecuada para sentirse capaces y habilitados para defenderse bien en la vida. Un modo es una transmisión de desconfianza directa. Por ejemplo, una mamá asustada que cree que todo es una amenaza no puede preparar adecuadamente a los hijos, con lo cual eso se transforma también en personas que se creen incapaces de defenderse” explicó.

“Además, la sobreprotección es una manera de inhabilitar a partir de los miedos. Un ejemplo es una mamá que tiene miedo a todo y entonces protege demás. Al hijo no lo deja participar de ciertas cosas, cree que todo lo puede lastimar y entonces no lo deja actuar ni interactuar, con lo cual no permite que los niños desarrollen las herramientas necesarias para vivir, incluso para defenderse de lo que le dé miedo. Tampoco es buena la situación opuesta: madres o papás que exponen a los hijos a todo creyendo que es mejor así y es como empujarlos a incluso a situaciones peligrosas que por supuesto estaría en el otro extremo. Y no es lo adecuado” agregó.

Para  Bonelli tener miedo es normal y necesario, excedernos es anormal y patológico. Se necesita un término adecuado, y lo más importante es “ser lo más realista que pueda con aquellas situaciones que piensa que son una amenaza”.

En cuanto a los hijos, lo más importante para la especialista es transmitirles la autoconfianza, “decirles que frente a las cosas que les vayan sucediendo ellos van a poder. Mostrarles que la vida no tiene riesgos, no tiene sentido, ya que es sobreprotegerlos o guardarlos en una burbuja, es una irrealidad que los inhabilita. Permitirles que ellos se enfrenten a los miedos que todos conocemos y a los miedos personales, porque también están los miedos internos y a lo que cada uno les resulte una amenaza. Y ayudarlos a que vean que sí pueden. Está bien tener miedo, hay que transitar esas emociones, que puedan evaluar si frente a ese hecho es mejor actuar de una manera o de otra. Poder ponerle palabra a lo que nos da miedo a los grandes y a los chicos. Poder hablar de eso en lugar de taparlo. Son todas maneras de permitir que los chicos comprendan más de esta situación".

Bonelli sostuvo que las personas que no han transitado bien esto en la infancia, que han tenido miedos excesivos, que no han sido contenidos adecuadamente, que no han tenido padres que reforzarán su autoestima, "son personas que mantienen un miedo neurótico, patológico. En consecuencia, en la vida adulta pueden aparecer fobias inhabilitantes, hipocondría o ataques de pánico, que es una de las patologías actuales más vistas".

“Son personas que permanentemente están asustadas frente a todo lo que pasa en la vida y no han desarrollado bien su se estima, no han sido contenidos por sus padres, criando niños asustadizos. No solamente lo padecen como adultos, sino que lo reproducen luego porque no han desarrollado las herramientas adecuadas y por eso no las pueden transmitir. Y cualquiera de estos miedos en la niñez o en la vida adulta que sean excesivos, necesitan tratamiento con un especialista” concluyó la psicóloga.

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