Travesía

Un día se animó, agarró la bici y salió de su casa para llegar a Alaska

Leonardo Duré, empezó su viaje hace un mes desde Solano. Su idea es unir su ciudad con Alaska en un tiempo de aproximadamente 5 años. Hoy se encuentra en Mendoza, donde ya hizo sus primeros amigos.

Juan Ignacio Blanco
Juan Ignacio Blanco domingo, 7 de agosto de 2022 · 19:14 hs
Un día se animó, agarró la bici y salió de su casa para llegar a Alaska
Leonardo Duré emprendió viaje desde Solano y quiere llegar hasta Alaska. Foto: Gentileza Leo Duré

El barrio de Solano, en Quilmes, lo vio agarrar la bici y animarse a lo que pocos se animan: comenzar el periplo que lo lleva desde la puerta de su casa hasta, nada más y nada menos que Alaska, en los Estados Unidos. Leonardo Duré se animó y a sus 30 años largó todo para emprender, hace casi un mes, la travesía con la que pretende recorrer cerca de 15 mil kilómetros.

Duré dejó atrás a su familia, a sus amigos y al barrio de Solano. La bici, una Zenith del año 1995 que acondicionó para el viaje, en tanto, se transformó en su compañía en lo que estima, será un recorrido de unos cinco años.

Los abrazos de despedida, las palabras de aliento y ese inicio de viaje desde el cuartel de bomberos de su ciudad, le dieron el empujón para comenzar a rodar los primeros kilómetros por rutas argentinas.

En este momento, Leo, hincha fanático de Independiente de Avellaneda y de La Renga, se encuentra en la provincia de Mendoza, donde está haciendo base en Vista Flores gracias a una familia que le abrió las puertas de su hogar. De eso se trata, de conocer gente; de vivir la experiencia con los lugareños de los lugares por los que va transitando.

Leo, que bautizó a su proyecto como Las Américas en Bici, declaró a MDZ: "Salí un 17 de julio con mi bicicleta y quiero unir las Américas. De Solano hasta Alaska, destino al que estimo llegar dentro de 4 a 5 años", y siguió como marcando una hoja de ruta: "No hay un plan, ni mapas. Voy por donde me pinte, por lugares donde la gente invita a socializar y compartir un mate".

Leo Duré y una clásica postal mendocina en el dique Potrerillos.

Respecto de lo que dejó para emprender el viaje, el joven de 30 años destacó que "tengo el aguante de mi familia y amigos. No fue fácil dejarlo todo. Aún sigo trabajando el desapego".

"Me gusta enfrentarme a estas situaciones. Fortalecer la mente, la confianza en uno mismo. Es interesante el comportamiento que uno puede llegar a tener y eso me parece fascinante", destacó el oriundo de Quilmes.

Sobre cómo nació la idea de unir a Solano con Alaska, el aventurero explicó que "siempre estuvo pensado el hecho de llegar a México pero con la mochila. Hace unos años empecé a viajar en bici, pero me tomaba un avión o micro con la bici embalada y luego la armaba una vez llegado al destino".

Si bien las ganas estaban, el click lo hizo cuando "en un viaje que hice de Río Gallegos a Ushuaia conocí a una pareja francesa que venían desde Alaska. No sabía que se podía llegar por tierra. Me quedó haciendo ruido y un sueño empezó a germinar".

Otro de los lugares que visitó en Mendoza, el puente colgante de Cacheuta.

Ante las primeras impresiones de su viaje, Leonardo declaró que "te encontrás con mucha gente linda, muy empática, con ganas de conocerme y desearme la mejor. Se entusiasman mucho y sienten ganas de colaborar. Desde un morfi, un café o un lugar donde dormir".

Sobre los momentos en los que viaja, Duré explicó que lo hace de día y por lugares poco transitados. Y agregó, ante la pregunta sobre si en algún momento siente miedo, que "el miedo no existe. Lo inventó un viejo chiflado para asustarnos. Luego se naturalizó y nos olvidamos que nacimos siendo valientes".

La Zenith modelo 95 en el Cañon del Atuel, en San Rafael.

"Se duerme en un camping, un cuartel de bomberos, el patio del colegio, un espacio municipal, una YPF o en el hogar de una familia que conociste en el día", agregó. 

Para finalizar, Leonardo Duré dejó un mensaje alentador: "El tiempo es relativo. Uno acepta estar en un trabajo por 5 años, donde se siente incómodo, desganado, donde no quiere que llegue el lunes. No te querés levantar. Siento que hay personas que están sobreviviendo. ¿Cómo no vas a tener ganas de levantarte y vivir?. El tiempo es muy corto como para que la mente siga deambulando distraída". 

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