Transporte público

La "odisea" de trasladarse en micro en horas pico en Mendoza

En los horarios de mayor demanda, los colectivos van colapsados y hay momentos en que no suben a más personas. Hay complicaciones por las demoras que genera esperar más tiempo del necesario porque los micros sobrecargados de capacidad no pueden subir más pasajeros. Qué dice Transporte.

Zulema Usach
Zulema Usach sábado, 6 de agosto de 2022 · 14:40 hs
La "odisea" de trasladarse en micro en horas pico en Mendoza
En las paradas de colectivos de Mendoza se escuchan quejas pese a los cambios para reforzar el sistema Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

Son casi las 7.30 del viernes 5 de agosto de 2022. En la parada de colectivos ubicada a metros de calle Rivadavia y San Martín Sur, (Godoy Cruz) Ángela Benítez (37) aguarda con paciencia el ómnibus que la trasladará hacia el centro, donde debe dejar a su pequeña se seis años en la escuela y continuar su trayecto hacia el jardín de maternal de su bebé para poder iniciar su jornada laboral. Más de veinte personas se acomodan a esa hora en los asientos de la parada; algunas miran el celular mientras otro tanto habla por teléfono o prefiere mantenerse en pie por el tiempo que dure la espera. Ángela se nota cansada; lleva a su pequeños de ocho meses en brazos y depende de la puntualidad de ese micro para llegar a tiempo a todos lados. El 110, que une en su recorrido a los departamentos de Godoy Cruz y Las Heras (en unos de sus ramales) se acerca a la parada y a pesar de las señas para que se detenga, sigue de largo. Sus puertas están cerradas y ya a esa altura del recorrido no sube pasajeros.

El lamento de la mujer resuena como el eco que ilustra una buena parte de las situaciones que viven a diario quienes en Mendoza dependen del transporte público de pasajeros. Es que a tres años y ocho meses desde que el sistema en la provincia fue reestructurado casi en su totalidad, hoy las quejas por parte de una gran cantidad de mendocinos/as que se desplazan dentro del Gran Mendoza, giran sobre dos temas puntuales: la distancia entre frecuencias y la "explosión" de las unidades que en horarios pico transitan tan cargadas de pasajeros que muchos se quedan sin poder subir a bordo. La consecuencia que trae aparejada esta situación, es que aquellas personas que deben llegar a horario para llevar a sus hijos/as a la escuela e ir a trabajar, ven complejizado su día a día.

Más de 300 mil pasajeros por día

De acuerdo a los datos de la Secretaría de Transporte de la provincia, al menos 300 mil personas se trasladan a diario en 380 líneas que están a cargo de nueve grupos. A primera hora de la mañana, al mediodía, por la tarde (entre las 17 y 18 horas) y entre las 20 y las 21,30, es cuando la demanda de colectivos en el Área Metropolitana de Mendoza es mayor. Por eso, desde el área a cargo del sistema de transporte público de pasajeros aseguran que es en esos momentos cuando las frecuencias en los recorridos son más ágiles.

Las unidades que forman parte del sistema, según el Gobierno, no exceden los cuatro años de antigüedad. 

Luis Borrego, director de transporte de Mendoza, destaca en este sentido que luego de los peores momentos de la pandemia, el sistema comenzó a funcionar -desde mediados de 2021- casi al mismo ritmo que en 2019 e inclusive aclaró que la planificación del servicio se va ajustando de manera constante y dinámica para ampliar recorridos, agilizar las frecuencias y llegar a zonas donde antes no había un sistema de micros troncalizado.

Colectivos "explotados" y esperas intensas

Sin embargo, en los testimonios de mendocinos/as que dependen de este servicio público para cumplir sus obligaciones cotidianas, las quejas no están ausente. El malestar se vivencia justamente en las horas en que más se requiere del servicio. "El colectivo que tomé hoy venía muy lleno de gente; el chofer empezó a dejar subir a los pasajeros por la puerta de atrás y a mitad de camino ya no levantaba a más nadie. Realmente el servicio está colapsado", recalca Adriana (51), que trabaja en el área administrativa de una importante empresa ubicada en la ciudad de Mendoza. Como muchas otras personas, ella toma todos los días el 912 que pasa a las 7.25 desde calle Florencio Sánchez y Berutti de Dorrego, en Guaymallén, para llegar hasta calle Colón y Chile de Ciudad.

Madres con niños pequeños deben esperar de más en horarios pico porque los micros transitan al máximo de su capacidad. 

Para Ailín Marini, mamá de dos niñas de dos y cuatro años, la situación no es menos compleja. En su caso, el periplo diario incluye la espera del colectivo en la parada de calles Sobremonte y Rodríguez de Ciudad. Asegura que en horarios pico, en más de una oportunidad, le ha tocado viajar parada en medio de un colapso de pasajeros y con sus niñas a cargo. "Muchas veces el lugar falta; a veces hay gente que nos da el asiento, pero otras en que realmente el colectivo va demasiado lleno entre las 12.30 y las 13". La joven mamá agrega que a esa hora -que coincide con la salida de las escuelas, los jardines y los trabajos- "hay niños y niñas por todos lados". "El colectivo pasa cada 20 minutos; creo que lo adecuado es que la frecuencia no demore más de diez minutos porque hay mucha gente que necesita llegar a tiempo a su casa y entre las esperas que se extienden, el regreso se vuelve mucho más complejo", opina Ailín.

Carolina Quiroga (46) es otra pasajera. Dice que a diario, el colectivo que ella toma, de la línea 700, va demasiado lleno y en coincidencia con las personas consultadas por MDZ, destaca que "hay veces en que el chofer abre la puerta trasera para que suba más gente. "Lo que pasa es que los colectivos van explotados de pasajeros; a veces no suben a nadie y la gente se tiene que quedar esperando más de viente minutos", expresa la mujer, que trabaja en el área administrativa de una farmacia ubicada en el centro mendocino.

Desde Benegas a Godoy Cruz se traslada Carmen Angeloni (76), En su caso, uno de los aspectos que más valora del sistema de transporte es contar con la posibilidad de acceder a la aplicación Mendotran. "En general los horarios se respetan", expresa la mujer. Pasadas las 14 de este viernes, en la esquina de calles Colón y 25 de Mayo de ciudad. Liliana Arriagada (40), aguarda con paciencia el 532 o 533 que la trasladará hasta Guaymallén. Debe llegar primero a tiempo para buscar a su hija a la escuela. "Hay veces en que estoy esperando el micro media hora por lo menos y los fines de semana, es más complicado por las frecuencias disminuyen", plantea la mujer.

Un servicio ampliado y sobrecargado de demanda

Borrego destaca que para mejorar el servicio, se ha realizado la ampliación de trazas para llegar a numerosos barrios y que el propio sistema de geolocalización permite efectuar una evaluación permanente del servicio, chequear el cumplimento de los horarios de las diferentes líneas en sus recorridos y recibir los reclamos por parte de los usuarios a partir de la línea 148. "Con el tiempo los reclamos han disminuido; se han incorporado nuevas frecuencias para mejorar el servicio donde así ha sido necesario", dice Borrego y aclara que el sistema de colectivos de Mendoza cuenta con una de las tarifas más bajas del país (40 pesos el pasaje sin descuento, de acuerdo al último aumento) y que las unidades no tienen más de cuatro años de uso.

Todos estos cambios, detalla, figuran entre las metas previstas en el marco del Plan de Movilidad 2030. La posibilidad de realizar dos trasbordos por el mismo precio y el descuento que varía entre el 60 y el 100% sobre el total de cada viaje para estudiantes, personas con discapacidad y adultos mayores es otro de los puntos fuertes que destaca la actual gestión en materia de transporte. Haber comprado más duplas para ampliar la oferta de viajes de los ramales que incluye el Metrotranvía, es otro aspecto destacado por las autoridades a cargo del transporte en Mendoza.

Frecuencias que complican 

A bordo del 733 que en su recorrido une el centro a la altura de calle Perú, sigue hasta calle Las Heras y continúa su marcha hasta numerosos barrios de Godoy Cruz (atravesando el corazón de ese departamento), viaja Blanca Forquera (55). La mujer trabaja como empleada administrativa en un hospital pediátrico de calle Colón. Todos los días se traslada desde calle Aristóbulo del Valle y Alem de Godoy Cruz  y se baja en la parada de micros ubicada en calle Colón y Perú de ciudad. "El colectivo me deja a mano de mi trabajo; pero la verdad es que pasa muy distanciado y si se me pasa, entonces llego muy tarde", dice la mujer, mientras en los pasillos de esa unidad los pasajeros se iban acumulando a medida que el recorrido avanzaba hacia el centro de Godoy Cruz. "Creo que las frecuencias no son acordes para las personas que, por ejemplo, entramos a trabajar a las siete de la mañana", opina la mujer.

En el mismo colectivo, viaja Iván, un joven de 19 años. Cuenta que vive en el barrio La Esperanza de Godoy Cruz. En su caso, el inconveniente mayor tuvo que ver con el robo de los postes informativos en la parada de colectivos en esa barriada. "Como los choferes no ven la parada, no te levantan y hay que caminar bastante para llegar a la parada siguiente", comparte el joven al hacer una pausa en la charla que mantenía con un amigo y una amiga. "Una vez me pasó que tenía que rendir un examen y como el chofer no me dejaba subir a pesar de que le hacía seña, llegué muy tarde y la pasé muy mal", recuerda. 

 

 

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