Historia de vida

Dejó la gran Ciudad para probar suerte en un pequeño pueblo

Distinto a tantas figuras que llegaron del Interior a Buenos Aires para triunfar en el fútbol, Santiago Martínez decidió dejar el ruido porteño por la tranquilidad de Pigüé y así poder combinar su pasión con su empleo.

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MDZ Sociedad viernes, 26 de agosto de 2022 · 17:52 hs
Dejó la gran Ciudad para probar suerte en un pequeño pueblo
Martínez jugando para la primera de Deportivo Argentino de Pigüé Foto: Instagram Santiago Martínez

Son muchas las historias de jóvenes que llegan a Buenos Aires con la ilusión de jugar al fútbol en alguno de los clubes más grandes del país. EN la lista hay figuras de diversas épocas, desde Bernabé Ferreyra y los hermanos Onega en River Plate hasta Oscar Ruggeri en ambos grandes o Alberto Márcico en Ferro y Boca Juniors

Con esos antecedentes, la de Santiago Martínez parece ser la historia del revés. Es un joven porteño de 26 años que, en su afán de jugar al fútbol, eligió irse al Interior. Creció en el barrio porteño de Belgrano, fue a un colegio privado, egresó del secundario en 2013 y empezó a trabajar para un broker de seguros mientras pensaba en seguir alguna carrera universitaria. "Pensaba en estudiar de todo pero nada me gustaba", comentó Santiago.

El plantel de Deportivo Argentino con Martínez, abajo a la derecha.

Comenzó a pensar en dejar esa comodidad porque "para trabajar de algo que no me gustaba o me daba igual, preferí trabajar de lo que sea pero entrenando todos los días, en lugar de esperar al fin de semana para poder jugar". Entonces, habló con un primo y emprendió con él este nuevo camino: jugar al fútbol de forma profesional.

Primero pensaron en Bahía Blanca y se comunicaron con varios clubes de allá para empezar la pretemporada con el plantel pero, cuando llegaron a la ciudad, se encontraron con que tenían una sola prueba entre unos 60 jugadores y solo tendrían 15 minutos para mostrar sus habilidades. Entonces tuvieron que buscar otras opciones para poder cumplir su objetivo.

Santiago y su primo encontraron una nueva oportunidad a 135 kilómetros de Bahía Blanca, más precisamente en Pigüé, a mitad de pretemporada: "Terminamos probándonos ahí porque mi tío es de Saavedra, un pueblito a 27 kilómetros y era factible instalarnos en su casa y hacer ese recorrido para jugar", dijo.

Los festejos de Argentino tras la victoria en el clásico regional.

Deportivo Argentino, el club en el que juega, es un club que compite a nivel regional y detiene al pueblo en cada partido pero lejos está del profesionalismo. "Al principio, parábamos en lo de mi tío e íbamos a entrenar todos los días a dedo", relató Martínez y contó porqué cambio el ruido de Cabildo y Juramento por la tranquilidad de Pigüé: "No me importaba irme a algún lugar recóndito para poder dedicarme al fútbol".

Yéndose a Pigüé, logró combinar su pasión con la vida laboral. Durante las mañanas se mantuvo trabajando para el broker de seguros, con la modalidad de trabajo remoto y entrena durante el mediodía, para luego trabajar como mozo durante la tarde. Mientras tanto, también está haciendo un curso de técnico en seguros que le dará la posibilidad de matricularse como productor.

Luego de haber cumplido su sueño de jugar al fútbol, la distancia con la familia hace difícil continuar y planea volverse a Buenos Aires a fin de año y dedicarse 100% a los seguros. "Extraño mucho a mi familia, a mis amigos e ir a la cancha", comentó Santiago Martínez.

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