Historias de vida

La historia de Rosa, la mujer que se transformó con la palabra

Rosa Sánchez es una vecina del oeste de Godoy Cruz que, a pesar de tener sólo segundo grado completo, encontró en radio El Aguaribay un espacio de contención y expresión. Su programa, Rosa espacio punto corazón, es el programa insignia de la emisora desde hace 5 años.

Juan Ignacio Blanco
Juan Ignacio Blanco jueves, 25 de agosto de 2022 · 13:32
La historia de Rosa, la mujer que se transformó con la palabra
Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ

Cuando la señal del operador llega y la luz que indica “aire” se enciende, el mundo de Rosa se transforma dejando atrás angustias del pasado, y actuales. Al menos por una hora, en un pequeño espacio del oeste de Godoy Cruz, su vida tiene otro sentido.

La cortina musical de bienvenida no es otra que Rosa, Rosa de Sandro. Y mientras la voz del Gitano inunda el éter, Rosa Sánchez respira, cierra los ojos, se concentra y empieza a esbozar las primeras palabras de bienvenida al programa que se emite todos los jueves, desde las 11.30, por radio educativa y comunitaria El Aguaribay, espacio que pertenece a la Fundación Coloba.

Rosa espacio punto corazón (así llamó a su programa allá por el 2017) es el programa insignia del espacio godoicruceño. Y no es solo por ser el más escuchado de la grilla, sino por el trasfondo social que conlleva.

Rosa es una mujer que siempre recibió cachetazos de la vida. Es una mujer que muchas veces no encuentra contención en el mundo, pero que si la encuentra en esa hora semanal de radio. Es una mujer que pide a gritos derechos, aunque no muchas veces llegan.

Rosa se concentra, está a punto de salir al aire en radio educativa y comunitaria El Aguaribay. Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ

Las marcas de su rostro son el designio de la vida, una vida que muchas veces le dio, y le da, la espalda. Pero cuando entra al Centro Educativo Arcoíris (donde se encuentra la radio) su vida se transforma: transmite optimismo, alegría y ganas de saber que se puede salir adelante. Sabe que está en un lugar donde la palabra de la comunidad es respetada.

Su programa se basa en algo tan simple, y complejo a la vez, como el amor. Rosa, a sus 48 años, lo prepara con tiempo y lo produce en compañía de los y las profes que llevan adelante el espacio. Uno de sus hijos, Cristian, muchas veces le hace de productor. Busca poesías de amor, las lee con énfasis y las hace llegar a los corazones de los oyentes de la 107.3, quienes se vuelcan a la línea de la radio para hacerles llegar sus mensajes de aliento y pedidos de temas musicales.

Rosa es creyente. Cree en un Dios que muchas veces le da contención. No lo esconde. Cada vez que escucha o lee un mensaje al aire lo agradece y cierra con un “bendiciones”. Se libera de la presión diaria, esa que le genera el muchas veces no saber cómo salir adelante.

"Hago mi programa en la radio pero en el día a día salgo a barrer veredas. Estoy desocupada", explicó Rosa tras terminar el programa de los jueves. Y sobre sus entretenimientos, se animó a decir que le gusta "leer y escribir".

"Hay mucha gente que me colabora cuando voy a barrer veredas. Me dan ropa, zapatillas. Yo siempre les encargo para los chicos sobre todo. La gente es muy solidaria. Siempre me ayudan. Pido desde los 7 años porque no había otra manera de salir adelante. Siempre lo hice con respeto", dijo.

"Hacen 7 años que hago radio. Me gusta este espacio. Me hace sentir bien, me genera mucha alegría. Además, saber que a la gente le gusta que yo lea poemas (muchos son de su autoría) y la música que elijo, me hacen sentir maravillosa", dijo Rosa Sánchez, sumando que "es un lugar que me genera contención. Muchas veces estoy bajoneada y al llegar acá me olvido de todo lo malo, es como si se me levantara el autoestima".

Rosa es una mujer que cree y sueña con un mundo mejor. En su programa semanal trata de transmitírselo a los oyentes. Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ

Rosa hace siete años que tiene su lugar en El Aguaribay, aunque todo comenzó mucho antes, cuando fue parte de los talleres de comunicación que proponía la Fundación Coloba para los vecinos de los barrios Sol y Esperanza, Campo Papa y Sol y Sierra, entre otros. "Siempre voy a estar agradecida con Lili Sevilla y Victoria Zabala; con el profe Sebastián (Juliá), el profe Chapa (Rodrigo Olmedo), el profe Nacho (Ignacio Aguilar) y la gente del Centro Arcoíris", agregó.

"Mi vida ha sido muy difícil. Pero todo cambió cuando conocí el Arcoíris, un espacio muy lindo para todos. Mis hijos lo han aprovechado. Yo lo he hecho porque hasta estuve estudiando un tiempo", recordó la conductora de Rosa espacio punto corazón. "Me cambió la vida. Nunca imaginé que iba a hacer un programa de radio. Es una experiencia muy linda. Me encanta lo que hago", agregó.

"Mi infancia fue muy triste. Me crié en el barrio San Martín y llegué hasta segundo grado. Éramos siete hermanos. Pasaron muchas cosas que no quiero recodar, me cuesta mucho recordarlo. Lo único lindo es el recuerdo de mis padres. Él vendía helados y eso era muy lindo para mí", declaró con cierto dejo de angustia.

Respecto de lo que espera para su vida, Rosa expresó que "uno siempre espera lo mejor" y que "me gustaría ser escritora y llegar a tener un trabajo fijo. Además quiero que mis hijos sean alguien en la vida. Con eso me conformo. No quiero que ellos pasen lo que yo pasé. Además me gustaría ayudar a la gente que más lo necesita". 

Sobre la situación del país explicó que "hoy, según escuché el otro día, se necesitan cerca de 100.000 pesos para poder vivir. Yo hay meses que no llego ni a 20.000. Por eso hay que salir a la calle a buscar ayuda. En el Arcoíris me ayudan, y nos ayudan a los vecinos, muchísimo".

"Trato de lucharla día a día. Algunas veces hasta armo una feria americana en la puerta de mi casa y es muy gracioso porque las vecinas se pelean por tener las cosas que vendo. Ahí yo les digo ´tranquilas que hay para todas y se calman un poco. Cuando llego parezco la vieja de la bolsa", agregó entre risas.

La luz de "Aire" se apaga. El micrófono se silencia. La música sigue sonando. Rosa saluda, choca los puños con el profe Chapa y se va a su casa a soñar con un mundo mejor y esperar al próximo jueves para cuando el operador le de el pase para comenzar con una nueva edición de Rosa espacio punto corazón.

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