Apuntes de siembra

¡Nos mudamos! ¿Cómo acompañar a los más chicos a transitar la mudanza?

Mudarse está entre las situaciones más estresantes que podemos vivir. Por lo que implica logística, física y emocionalmente por todos los movimientos que implica. ¿Qué pasa cuando la mudanza ya implica a nuestra familia, con niños incluidos? ¿Cómo podemos acompañarlos a transitarla mejor?

Lic Magdalena Clariá y Mercedes Gontán domingo, 3 de abril de 2022 · 20:03 hs
¡Nos mudamos! ¿Cómo acompañar a los más chicos a transitar la mudanza?
Foto: Rodnae Productions en Pexels

Los chicos, que son como esponjas, absorberán todo lo que pesquen en el aire relacionado con este gran cambio antes de que se avecine. Por eso, siempre es bueno estar atentos a lo que les transmitimos a los más chicos sobre este cambio. 

Este último mes había sido una locura para toda la familia. La repentina decisión de mudarse que surgió cuando se desocupó un departamento familiar hizo que Claudia y Rodolfo se pusieran en acción. Albañiles, mudadoras, buscar cochera, poner en alquiler el departamento donde vivían antes, trámites y más trámites. En medio de todo esto, los chicos desde el más grande (13 años) hasta la más chiquita (4 años), seguían con su rutina escolar sin entender mucho lo que pasaba. Cuando en medio de una comida familiar los papás les comunicaron felices la noticia, la respuesta fue unánime: “A nosotros nos gusta esta casa, no queremos dejarla”. La primera tentación de los padres fue intentar convencerlos con argumentos detallando las bondades del nuevo hogar, más metros, mejor ubicación, un balcón terraza, etc. Pero justo a tiempo, decidieron poner el pie en el freno, y escuchar a los chicos. Después de varias conversaciones donde ellos pudieron expresar el cariño que tenían por su casa actual (en la que todos vivieron desde que nacieron), de a poquito, los papás con habilidad fueron incorporando algunos comentarios sobre el nuevo hogar, y así los chicos se fueron interesando y preguntando más cosas. 

Es muy importante poder conectar con el lado emocional y no atropellar con argumentos lógicos y racionales. Cuando los chicos se sienten escuchados y comprendidos, después pueden abrirse a nuestras explicaciones. No se trata de dejarlos hacer lo que quieren, como a veces se confunde. Claramente, este tipo de decisiones como mudarse estará a cargo de los adultos que buscan lo mejor para la familia. Sin embargo, hace una gran diferencia el modo de comunicarla, y el respeto por cómo impacta en cada uno. 

En el caso de esta familia que mencionábamos, el cambio era “para mejor” a la vista de la lógica y aún así presentaba resistencia de parte de los más chicos. Imagínense cuánto más complejo es cuando la mudanza es el rostro visible de un cambio muchísimo más grande. La punta del iceberg de alguna situación familiar: mudanza de ciudad o país, separación de los padres, problemas económicos. En estos casos, la mudanza es solo el comienzo, luego de ella en realidad es cuando empiezan los verdaderos cambios. Como adultos, intentemos transmitirles seguridad a los chicos, en medio de nuestros propios miedos, frustraciones, quejas. Seguramente de este modo, la adaptación al nuevo lugar será más fácil de lo esperado. 

Algunas ideas prácticas para transitar mejor la mudanza

  • Todo el proceso de guardar y embalar los distintos ambientes de la casa, puede ser vivido como un enorme trabajo a cumplir, con ansiedad y nerviosismo, o como una excelente oportunidad de revisar nuestras pertenencias y divertirse charlando de anécdotas, fotos y recuerdos. Podemos aprovechar para contar todas esas historias familiares, e incluso recordar mudanzas de nuestra propia infancia. También es una excelente ocasión para dar aquello que ya no usamos, fomentar la solidaridad y generosidad, y enseñarles a los chicos a desprenderse de lo material, que es sólo un instrumento para nosotros. 
  • A los más chiquitos les cuesta entender el concepto abstracto de “mudarse”, y suelen pensar que sus juguetes y cosas queridas quedarán en la casa vieja, y en la nueva, todo va a cambiar y ser desconocido. Al dejarlos guardar sus propios juguetes y pertenencias, van comprendiendo de a poco el proceso, saben dónde están sus cosas (que ellos mismos guardaron), pueden dibujar algo y pegarlo en esa caja para identificarla, ver que fueron empacadas con todo lo demás, y eso puntualmente es fundamental verbalizarlo. 
  • En caso que la mudanza sea al exterior, y que no puedan llevar todas sus cosas, acompañarlos a elegir sus objetos predilectos, que sean transportables, y en caso de ser posible, si alguna abuela o familiar tiene espacio para guardar algunas de sus cosas, es lindo también para los chicos reencontrarse con ellas cuando vienen de visita. 
  • Una vez en la nueva casa, podrán ayudar también a desembalar, y así reencontrarse con todo lo propio, y constatar que efectivamente todas sus cosas que mudaron siguen ahí. Esto que para los adultos es una obviedad, no lo es para los más chiquitos. 
  • Que el nuevo cuarto de los chicos sea el primero en quedar listo, en la medida de lo posible, y en los tiempos esperables. Esto los ayuda a sentir que es su nuevo lugar, con lo del antiguo cuarto ya conocido. 
  • Generar momentos familiares para conversar sobre lo que están viviendo. Algo difícil en medio del caos que significa mudarse, y el sinfín de pendientes por hacer que solemos tener en esas situaciones. Pero vale la pena hacer el esfuerzo, y darles espacio para expresar sus emociones, y por supuesto, compartir también las nuestras. 
  • Reforzar la idea de que nuestro hogar es donde está nuestra familia, y de a poco ir construyendo nuevos recuerdos en este nuevo espacio. Cambia el escenario, pero los protagonistas de esta historia familiar seguimos siendo nosotros. 

A todos nos cuestan los cambios, y como decíamos, la mudanza está entre las situaciones más estresantes de la vida, implica nada más ni nada menos que cambiar el espacio en el que vivimos. Cuando intentamos atravesar los cambios que nos tocan con calma, alegría y entusiasmo, adultos y chicos los vamos a vivir como una oportunidad de crecer. 

 

*Magdalena Clariá es Licenciada en Psicología y Mercedes Gontán, abogada, Mediadora y Orientadora Familiar. Juntas hacen Apuntes de siembra

 

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