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Los caminos de la vida: ¿cuándo es el momento para buscar un cuidador para un adulto mayor?

¿Qué justifica acompañar a una persona adulta?. Porque hay quienes se preparan para hacerlo? Qué implica optar por un cuidador de un adulto mayor?

José Miguel Toro jueves, 29 de diciembre de 2022 · 14:31 hs
Los caminos de la vida: ¿cuándo es el momento para buscar un cuidador para un adulto mayor?

Todos de una u otra forma sabemos que en el futuro, viviremos la experiencia de ser adultos mayores. Ello implica básicamente, asumir algunas cosas. Por un lado, la riqueza de la sabiduría que nos da el paso del tiempo vivido; por el otro, los límites que nos
presenta nuestro físico. Pero el individuo que vivencia esa etapa de la vida, por el hecho de ser una persona, tiene una dignidad y esa dignidad le viene de ser alguien único e irrepetible en la historia de la humanidad, que además de ser alguien que posee cuerpo, psiquis, también posee espíritu.

Y ese espíritu lo liga con lo trascendente, y allí se da lo específicamente humano, lo que lo distingue de los demás seres vivientes, lo que hace que sea valiosa en sí misma, lo que justifica y exige cuidado de parte de otros. Al ser, también, espíritu, tiene la posibilidad de tomar decisiones y en definitiva, de elegir voluntariamente, el ritmo y la dirección de su vida, sencillamente porque es
poseedor de libertad.

Ello implica saber, hacia donde puede dirigir sus actos, sus decisiones y el ritmo de sus movimientos, porque sabe que su cuerpo, ahora posee, menos dinamismo que antes, lo que no es un desmedro en sí mismo, sino solo un cambio de ritmo en su funcionamiento. Un gran filósofo, llamado Platón, en su obra la República, muestra una mirada positiva sobre la vejez, piensa que es una etapa en que la persona alcanza las más altas virtudes morales, tales como la prudencia, la sagacidad, la discreción y el
buen juicio.

  • Con la prudencia, que se define como la recta razón del obrar, tiene la responsabilidad de coordinar la acción de las demás virtudes, tales como la templanza, la fortaleza y la justicia haciendo que su actuación sea justa y con serenidad.
  • Templanza para poder sobrellevar los sinsabores que la vida le ofrece, con serenidad, pero a la vez poder disfrutar moderadamente de sus placeres.
  • La fortaleza para poder sobreponerse a las diversas circunstancias, debido a ser poseedor de capacidades intrínsecas que le permiten avanzar en la vida.
  • La justicia, con la cual otorga a cada uno lo que le corresponde, buscando el bien común. Es toda una mirada del mundo y de la relación entre personas, que en el adulto, se conserva y se valora.
  • La sagacidad, le permite adelantarse en su pensamiento a lo que se presenta como propuesta, por parte de otros o de las circunstancias.
  • La discreción, lo hace confiable de guardar información porque puede visualizar las consecuencias que conllevará difundirla a quien no corresponde.
  • Y el buen juicio, hace referencia a su buen criterio para poder aconsejar, fundado en su experiencia personal y experimentada a lo largo de los años.

Es por ello que es necesario que alguien esté preparado para cuidar y acompañar a una persona mayor, principalmente cuando su físico ya no responda a las necesidades de dinámica, pero sigue portando un tesoro de sabiduría que es necesario resguardar, hasta que el tiempo tome la decisión de detener su corazón, porque, como dijimos, cada uno es único e irrepetible y sus deseos, necesidades y sueños, también.

A modo de conclusión, desde este lugar deseo, valorar el trabajo de todos aquellos que se preparan para cuidar a los adultos mayores y a todos los que necesitan ser acompañados de una u otra forma, porque el trabajo que realizan tiene por objetivo
cuidar a un ser valioso que es único e irrepetible en toda la historia de la humanidad.

Lic. José Miguel Toro
Josemiguel_toro@hotmail.com
@josemigueltoro0

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