Historias de vida

Un irlandés decidió venir a la Argentina para vivir el Mundial con la hinchada albiceleste

Devin Fiachra Meade pasa estos días en Argentina mientras la Selección pelea por un lugar en los octavos de final del Mundial. No se trata de una casualidad, este irlandés planeó su viaje para vivir en primera persona la pasión futbolera.

Enrique Pfaab lunes, 28 de noviembre de 2022 · 10:01 hs
Un irlandés decidió venir a la Argentina para vivir el Mundial con la hinchada albiceleste
Devin Fiachra Meade nació en Irlanda y espera que Argentina llegue a la final del Mundial.

Irlandés de nacimiento y radicado en Berlín hace 8 años, Devin Fiachra Meade vino a la Argentina para vivir el Mundial desde acá, fascinado por la cultura nacional y la pasión por el fútbol.

“Hace mucho que quería conocer Argentina y su cultura. Veía cosas llamativas que hacían que quisiera hacer este viaje. Entonces decidí hacerlo ahora, para escaparme del invierno y también vivir el Mundial de Fútbol con los argentinos”, dice este pelirrojo de 29 años, que tiene la cualidad de sociabilizar con facilidad y que soñaba con mirar los partidos de Qatar 2022 en la televisión de un bar argentino, rodeado del fervor nacional.

Devin nació y creció en Dublin. Allí todavía viven sus padres y sus dos hermanos, una hermana mayor y un hermano menor.

En Irlanda hizo estudios universitarios en Negocios, también aprendió alemán y cómo elaborar cervezas.

“Me fui a Berlín en 2014 y estuve trabajando en cervecerías. Allí estudié Programación y comencé a trabajar en eso”, cuenta, aunque confiesa que el mundo de la cerveza es lo que más le gusta.

La Argentina y sus costumbres lo atraían desde hacía tiempo. Comenzó a aprender y practicar su español. Para eso eligió a Maité, una tutora mendocina con la que, una vez por semana, conversan a través de una aplicación de internet. Devin no solo quería hablar castellano, sino que quería conocer las formas y modismos nacionales.

Planeó su viaje con tiempo y quiso hacerlo coincidir con el Mundial. “Pensé que era una gran oportunidad para vivir la experiencia de la cultura de este deporte, porque acá el fútbol es como una religión”, dice mientras destapa una lata de cerveza en el departamento en el que se aloja por estos días, en la Ciudad de Buenos Aires.

Dice que en Irlanda la simpatía por la Selección argentina es histórica. “Por supuesto, conocemos a Leo Messi, el mejor jugador del mundo”, dice, pero resalta que “todos recordamos a Diego Maradona, el Mundial 86 y la Mano de Dios. Esa es una historia muy popular en Irlanda, porque la relación entre nuestro país e Inglaterra es complicada. Festejamos mucho ese triunfo argentino”, dice con picardía.

El fútbol en Irlanda es popular, pero no tanto como sus dos variantes nativas. Una es el fútbol gaélico (en irlandés, Peil Ghaelach o Caid) un deporte que se juega fundamentalmente en Irlanda y Escocia y que se juega en equipos de 15 jugadores en una cancha de césped rectangular con arcos en forma de H. La otra variante es el hurling (en irlandés, iomáint o iománaíocht), de origen celta que se juega con palos (hurl/camáin) con los que se golpea una pelota (slither).

Devin dice que el fútbol que conocemos ha perdido adeptos en Irlanda porque “es solo un gran negocio y los clubes están manejados por inversionistas”. Al respeto rescata lo que ocurre en Alemania. “Allí existe la regla '50 plus 1', que significa que la mitad más uno del club es de los fans (los socios) y no es posible que alguien se haga dueño del club”. Por eso Devin disfruta ir a algún estadio alemán, cada tanto. “Es barato y entretenido, pero los fans no son como los argentinos”, cuenta.

La Selección de fútbol de Irlanda no clasifica a un mundial desde 2002, donde llegó a los octavos de final.

Todo se conjugó para que este irlandés quiera estar en Argentina en tiempo de Mundial y da su visión de Qatar 2022: “Este mundial, por primera vez, transcurre durante el invierno europeo. Normalmente en época de mundial, durante el verano, es tradición ver los partidos en los beer garden (especie de patios cerveceros) que se llenan de gente. Esta vez, con el frío, eso no está ocurriendo. Por eso muchas empresas en Europa lo están boicoteando, no por razones ideológicas sino por cuestiones financieras”.

Devin dice que su boleto de regreso está fechado para el 18 de diciembre: “Quisiera perder el avión porque Argentina esté en la final”.

Que así sea, Devin, que así sea.


 

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