Solidaridad

Quedó viuda y creó una fundación solidaria para ayudar a los más vulnerables: "Devolvemos esperanza"

Construir una vivienda para Omar es la nueva causa que mueve a Analía Colazo Bidegain, una entrerriana de 53 años que escucha necesidades y une voluntades para dar una respuesta concreta a las mismas. "Cuando vos donás sucede", repite al terminar cada campaña.

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MDZ Sociedad jueves, 9 de septiembre de 2021 · 20:17 hs
Quedó viuda y creó una fundación solidaria para ayudar a los más vulnerables: "Devolvemos esperanza"
"Devolvemos esperanzas gracias a quienes ponen su cuota de confianza y despertamos esta hermosa sonrisa de felicidad", dice Analía, feliz de poder ayudar.

"Sé que las imágenes son muy duras. Esta es la realidad de Omar, él vive en Wanda en condiciones muy tristes, quizás entre todos podríamos mejorar su casa: un corte de casa de madera, hacer un piso digno, un baño", decía el mensaje que Analía Colazo Bidegain compartió este jueves a la mañana y que se viralizó en pocas horas. 

Efectivamente, las imágenes reflejaban una cruda realidad. La de un hombre que tuvo un ACV y vive solo en el interior de la provincia de Misiones, muy cerca de las Cataratas del Iguazú. 

"Una hermana de la Iglesia vendió un auto que tenía y logró comprarle un terreno", cuenta Analía y sigue: "Pero necesita una casa con base de cemento". Esa necesidad de Omar la motivó a lanzar un mensaje pidiendo ayuda a la comunidad. No es la primera vez que lo hace: el sábado solicitó ayuda para comprar un andador a un niño que lo necesitaba y el lunes el andador llegó a destino. También compró lentes para un adolescente con problemas de visión y una silla de rueda para un joven en Pozo Azul. "¡Cuando vos donas sucede!", celebra en los tuits que escribe para agradecer a la comunidad por permitirle a ayudar a los demás

"Soy entrerriana pero vivo en Posadas (Misiones)", dice Analía Colazo Bidegain (53). Tiene un hijo con ADHD, un trastorno de déficit de atención. "Tuve que formarme para acompañarlo y ayudarlo porque era dura la palea. Hoy ya tiene 26 años, pero tuve que aprender mucho", recuerda.

Dedica una buena porción de su tiempo a ayudar a los demás. "Hoy estoy en esta vereda, creo que Dios me dio la posibilidad de expresarme y llegar a la gente. Hay muchas personas que quizás no tienen posibilidades y no saben ´como resolver determinadas situaciones. Y soy perseverante, no acepto un no como respuesta. golpeo puertas hasta que alguna se abre y trato de canalizar todo de la mejor manera posible. Quiero que haya una continuidad más allá de la respuesta a un problema específico", dice. 

En cada uno de los pedidos que comparte se ve cómo las personas suman su colaboración y también comparte el momento mágico en el que se entrega la donación: que puede ser leche, ropa, juguetes o una casa. No hay límites a la hora de ayudar

Tengo una organización, Fundación Ferrocarril del Nordeste Argentino Acciones Solidarias que tiene una página en Facebook a donde recibo pedidos de personas que me cuentan su historia. trato de responder a cada pedido. "Me escriben de muchos lados, siempre digo que he recorrido el país sin salir de mi casa", cuenta y agrega: "Si tengo la posibilidad trato de ir a visitar a la persona conocerla, observarla. No me guío sólo por lo que me dicen. Si estoy lejos trato de que alguien vaya a ver cuáles son las necesidades de las personas". 

Asegura que trata de dar respuesta a todos los pedidos que llegan. "Hace un tiempo resolví el caso de Agustín, que vive en Pozo Azul. Noté cuando llegué que pedían una silla de ruedas, pero noté que no tenían una cama, lo escuché respirar y me dí cuenta de que necesitaba un equipo. Sus padres no tenían recursos. Volví, hice una campaña para conseguir un aspirador que él necesitaba, le mandé a hacer una cama especial con un colchón especial que pueda usar tranquilo y desde entonces lo asisto con leche todos los meses y con algo de mercadería siempre que puedo porque su papá se quedó sin trabajo". 

Omar tuvo un ACV, vive solo y s urgente mejorar sus condiciones de vida: que tenga una casa con piso de material y un baño. 

Analía no recuerda cuándo empezó a hacer esto. Su recuerdo se remonta a la infancia. "Cuando vivía en Ibicuy me metía en ranchitos, siempre me gustó ayudar a los demás, conseguía remedios para los abuelos y siempre pienso que hoy estoy en esta vereda y mañana me puede tocar estar en la de enfrente. O les puede pasar algo a mis hijos y que yo no esté. Hace seis años empecé a maquinar la fundación, que tiene nombre ferroviario por mi pasión por los trenes y en homenaje a mi papá. Empecé defendiendo una causa cultural, unos barcos que son históricos y únicos en el mundo como los que navegaban el Mississippi. Después empecé a realizar acciones solidarias".

El momento clave en esta historia de solidaridad fue hace unos años. "Mi marido falleció hace tres años. Estuvo internado en Buenos Aires unos meses porque se le desató una leucemia y se fue en seis meses, mientras estaba con él ahí veía acciones de amigos y hacía pedidos para colaborar. Cuando él se fue hubo dos meses muy feos en los que no quería hablar con nadie. En febrero me levanté y decidí hacer lo que siempre había hecho que a él lo llenaba de orgullo. traje un camión lleno de cosas desde Buenos Aires y empecé a recorrer los barrios más humildes", relata y cuenta que desde entonces siempre recibió pedidos de distintos lados. 

Preocupada por la pobreza extrema en la que vive Omar, Analía lanzó una colecta

No tiene idea de la cantidad de personas a las que ayudó en este tiempo. "Son incontables. Gracias a Dios y a la gente que se suma y colabora y es muy solidaria podemos dar respuesta a muchas personas. Soy una agradecida de la gente que Dios pone en mi camino para poder seguir ayudando a los demás", concluye entre lágrimas. 

 

 

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