Un argentino en África

El argentino que exploró rincones remotos de África y se detuvo en la frontera de Malawi y Zambia

Federico Highton continúa su aventura en África. Ya instalado en un rincón remoto del continente comenzó a explorar los alrededores de Chisenga, en la frontera de Malawi y Zambia.

P. Federico Highton domingo, 1 de agosto de 2021 · 09:27 hs
El argentino que exploró rincones remotos de África y se detuvo en la frontera de Malawi y Zambia
El Padre Federico Highton en África
ver pantalla completa

Por gracia de Dios, la Orden San Elías está plantando la Iglesia en aldeas tan remotas como ignotas ubicadas en los alrededores de Chisenga, en la frontera de Malawi y Zambia -en las periferias del África Oriental.

Hay mucho para contar y trataremos de irlo haciendo a lo largo de breves crónicas hechas en el fragor de la batalla. Escribimos esto para suscitar vocaciones misionales y para promover el ideal misionero… para que más almas se salven.

Luego de llegar a Roma, la Ciudad Eterna, hablar con el Papa Francisco y recibir su apoyo, aliento y agradecimiento, hemos venido a Malawi a misionar, invitados por el Nuncio Apostólico y un Obispo del lugar. Les dejamos bien clara nuestra intención: ir a donde no haya católicos.

Su Excelencia nos recibió con los brazos abiertos y la Misión ya empezó. Todo comenzó hace menos de un mes. El Obispo le encomendó a la Orden San Elías la evangelización de una zona llamada Chisenga Rural Trading Area, que abarca seis áreas, treinta y un aldeas y casi nueve mil almas. Él nos pidió que inicialmente nos concentrásemos en el área de Chindamba y eso es lo que venimos haciendo.

Hace semanas que estamos haciendo expediciones apostólicas por la zona de Chindamba, visitando los ranchos de los nativos. Por pura misericordia de Dios, nos reciben felizmente todas las casas.

Alguno se preguntará cuál es nuestro modus operandi en estas aventuradas visitas. Nuestro acercamiento es muy simple y, por el momento, generalmente tiene el mismo estilo: llegamos saludando y alabando a Jesucristo, nos reciben acercándonos un asiento bajísimo -que nos rompe la espalda-, les decimos que Dios nos envía a bendecirlos y los invitamos a cantar canciones en honor de Jesucristo.

Si aceptan (siempre aceptan), pasamos un buen rato cantando himnos sagrados en lengua tumbuka, luego de lo cual los invitamos a recibir el sagrado bautismo, lo cual suele tener respuestas sorprendemente positivas y entusiastas. En resumidas cuentas, éste es nuestro modo de concreto de comenzar la tarea de extensión del Reino de Dios en estos paupérrimos confines.

Nuestro primer objetivo es visitar todos los hogares del área de Chindamba. Ya conseguimos visitar muchas familias de dos de sus aldeas: Isonjero y Yamala.

 

Archivado en