Combo perfecto

Cómo emigrar con un trabajo seguro para viajar por toda Europa

Las posibilidades de conseguir trabajo en el exterior son grandes. Muchos argentinos se van del país por este motivo. Emigrar sin un empleo genera incertidumbre. Hay formas de concretarlo con grandes chances de tener un contrato y, además, viajar por toda Europa. Una argentina cuenta cómo hacerlo.

Horacio Alonso
Horacio Alonso jueves, 4 de noviembre de 2021 · 08:00 hs
Cómo emigrar con un trabajo seguro para viajar por toda Europa

Emigrar es el objetivo de muchos argentinos por estos tiempos. No todos lo hacen con un empleo asegurado. La mayoría, seguramente, dejan el país en medio de una gran incertidumbre por su futuro laboral. Los menos, cuentan con la ventaja de tener, fuera de la frontera, un trabajo que los espera.

Natalia Ferro se fue hace casi dos años de la Argentina como una integrante del primer grupo. Sin embargo, hoy, desde Berlín cuenta que se puede llegar a Europa con un contrato para vivir la primera etapa del desarraigo con la tranquilidad de sueldo a fin de mes. Si ese trabajo, además, consiste en viajar y conocer nuevos lugares, el combo es perfecto.

Hace casi dos años, llegó a Turín, Italia, para terminar de conseguir los papeles para tener en regla un pasaporte europeo. A las pocas semanas, la pandemia paralizaba el mundo. Por suerte, contaba con familiares en ese país que permitieron soportar la cuarentena en una situación aceptable.

Ese tiempo le permitió buscar trabajo y no tardó mucho en encontrar una propuesta atractiva: la aerolínea de low cost Ryanair realizaba una búsqueda de personal. El trabajo consistía en personal de cabina, es decir azafatas o comisarios de a bordo. Con 37 años, un título en Relaciones Internacionales y un trabajo en el Estado, aplicar para un puesto de este tipo significaba un cambio tan profundo. Sin embargo, lo hizo y lo consiguió.

“Me presenté, envié un mail con el formulario y en menos de quince días me llamaron” explicó a MDZ desde la ciudad alemana.
A partir de ahí comenzó un proceso de más de dos meses para lograr el objetivo. Lo primero que tuvo que hacer fue rendir un examen de ingles. “Lo hice de forma virtual. Hay dos cosas que son fundamentales: buen manejo de idioma y tener pasaporte europeo. Esas son las únicas condiciones. El resto se aprende”, agrega.

Una vez aprobado ese paso, tuvo dos meses de capacitación que comenzó con una entrevista online desde las oficinas de Dublin, la sede de la aerolínea irlandesa.

Ahí aprendió todo lo que se necesita para ser azafata y es el filtro final para ser contratada: “Es difícil que te rechacen. Si hacés todo lo que piden y sos responsable, te seleccionan. De mi grupo, de cerca de 30 personas de todas partes del mundo, sólo quedaron en el camino dos, pero por no estudiar ni cumplir con lo que pedían”. 

En julio pasado, tuvo su “vuelo inaugural” y desde entonces no para de volar. “Trabajamos cinco días y descansamos tres. Un día puede ser Roma, otro Atenas, otro París, cualquiera. A mi me asignaron Berlín como ciudad base, pero desde ahí me muevo para todos los países”, explica.

Con esta experiencia de algunos meses se dio cuenta de dos cosas. Por un lado, que hay una gran oferta laboral. “Las empresas están pidiendo empleados y el caso de Ryanair es una muestra. Ya está abierta la búsqueda personal para la nueva temporada”. El otro punto importante es la posibilidad que abre la tecnología: “Yo hice todo el proceso desde Italia, pero lo podría haber hecho desde la Argentina. Hay que llenar un formulario y enviarlo. Una vez que te contestan, tenés que hacer el examen de ingles que es de forma virtual. Después viene la entrevista, también por internet. Una vez que se hicieron esos pasos, hay que esperar a que estén aprobados. Recién entonces te convocan para hacer la capacitación y, en la práctica, ya tenés el trabajo casi asegurado. Entonces, recién ahí hay que viajar. Yo lo hice desde Turín, pero era lo mismo hacerlo de la Argentina. Podés pedir que posterguen la fecha de la capacitación si no te dan los tiempos. Pero es muy distinto emigrar sin nada que hacerlo con 90% de posibilidades de  tener un contrato asegurado. Es una ventaja muy grande. El que está pensando en emigrar, esta es una buena posibilidad”.

Por su buena experiencia y porque sabe lo que es llegar a un lugar desconocido sin un trabajo, Natalia trata de ayuda a quienes piensan emigrar. En su cuenta de Twitter, responde las preguntas de quienes están en ese proceso y cuenta su experiencia para que otros la aprovechen.

“Trato de ayudar a los que me preguntan porque es bueno compartir mi experiencia. Hay muchas posibilidades de trabajo y todo lo que pueda hacer para ayudar a otros, lo voy a hacer”, señala a MDZ. Lo que comprobó en estos meses es que el éxodo argentino es muy grande: “En Ryanair hay argentinos en todas las bases. Acá, en Berlín, hay dos o tres, pero en cualquier lado que vayas, encontrás argentinos”.

Aparte de viajar y conocer distintos lugares, Natalia marca el contraste con la realidad que vivía en la Argentina. “Sin duda, la cuestión económica es importante, pero, en mi caso, no me fui exclusivamente por eso. Tenía un buen trabajo y vivía medianamente bien. Sin embargo, la calidad de vida es muy distinta y lo más evidente es en el tema de la seguridad. Todavía no me acostumbro a no tener que estar mirando para todos lados cuando salís. Acá no pasa eso de tener que estar cuidándote todo el tiempo. Acá vivís tranquilo. A veces, me tocan vuelos muy temprano y tengo que salir de mi casa a las tres de la mañana. Voy vestida con el uniforme, con pollerita corta, y nunca me pasó nada ni siento que pueda pasar. En la Argentina no podés andar por calle, a esa hora, sin temor a que te roben o algo peor. Esa es una diferencia tremenda”.

Con su trabajo de azafata vive bien. Alquila un departamento en Berlín por unos 700 euros, paga 100 euros por el pase de transporte, más los gastos de comida. Los sueldos van de 2.000 a 3.000 euros, según la cantidad de vuelos que se hagan. “La plata me alcanza porque acá los precios no aumentan y las cosas tienen valores lógicos. Es muy distinto a la Argentina”, concluye.

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