Inversiones

En medio de la pandemia y la crisis económica, una compañía apuesta por el mercado argentino

Azcuy, la compañía creativa de Real Estate que desarrolla, diseña, construye y comercializa edificios residenciales, inició la entrega de las primeras unidades de Donna Terra, en el barrio de Caballito, un edificio sustentable que cuenta con una obra de gran escala del artista de Diego Bianchi

Candelaria Reinoso sábado, 23 de octubre de 2021 · 07:00 hs
En medio de la pandemia y la crisis económica, una compañía apuesta por el mercado argentino

“La culminación de Terra es un gran hito para nosotros, dado que se trata, con 22 pisos, del edificio más alto que hemos construido hasta el momento. Hemos trabajado muchísimo -dos años en la mesa de dibujo y cuatro de obra- para lograr un desarrollo único con materiales que son tendencia en el mundo”, explica Gerardo Azcuy, Fundador y Director General de la constructora homónima.

“La compañía fue creciendo en los últimos cinco años al ritmo del proyecto y construcción del edificio. Dejamos de ser una compañía pequeña de barrio, este edificio tiene 10.500 metros a la venta y en este momento estamos construyendo otros 7 edificios de la serie Donna. Ese salto de escala vuelve la culminación del Donna Terra algo muy importante, frente a todas las adversidades que hemos tenido los últimos años. Desde el 18 de abril con la caída en picada de la economía argentina en el 2019, además de la pandemia y las trabas a la hora de construir en CABA”, contó el fundador.

Jardín con pileta en la terraza del edificio

Cuando le preguntan por qué mejor no construir en un país "normal" en vez de Argentina, responde que aquí ve un negocio. "Vas a cualquier lugar de Europa y está todo hecho", dice Azcuy y agrega: “Tengo amigos que les pregunto por qué no construyen, si tienen la plata y los terrenos, pero me responden que no tienen a quien venderlo. Argentina tiene cosas que están mal hechas, y falta muchísimo por hacer. Existe un mercado eterno en el país, pero hay que estar atento a todas las complicaciones”.

“Hay un gran segmento de la población que puede comprar departamentos caros, un gran negocio. En Uruguay no hay una demanda espontánea, las personas invierten y pierden. En el país está esa demanda del producto por parte de un nicho, y a su vez se genera un círculo virtuoso en la economía. El que deja un departamento para comprarse uno más grande libera un espacio que a su vez lo compra un tercero. La Argentina es muy incoherente en cuanto a los permisos, pero también es el país donde nací”, dice el fundador.

Vistas desde la terraza.

Cuenta que el negocio funciona bien porque ofrecen un producto único en un área central de la ciudad donde siempre están postergadas este tipo de construcciones. “Barrios como Flores, Caballito y Parque Chacabuco son lugares hiper aspiracionales para las personas del Gran Buenos Aires: todos quieren vivir acá”, señala el director general. “Encontramos un nicho inexplorado: gente que le va bien económicamente, que se compra un auto, viaja, y sin embargo están en la disyuntiva de dejar sus casas, muchas veces hechas por ellos mismos, donde habían criado a sus hijos, y mudarse a un barrio donde no había una oferta de departamentos a la altura de ese podio”, expresó.

“Es por esa razón que decidimos crear un muy buen producto, además de una forma de salvaguardarnos de la economía argentina. Hay etapas donde nadie vende, porque aumentó el dólar o por elecciones, pero nosotros tenemos la responsabilidad de vender igual, porque la gente que te dio el ahorro de toda su vida, porque puso el dinero y tuvo que esperar dos años a la aprobación de planos por los desastres que tenemos en la municipalidad de Buenos Aires en el área de aprobaciones”, explica Azcuy.

Salón de usos múltiples en la terraza del edificio. 

Además, cuenta que a causa de la Pandemia las personas buscan el contacto con la naturaleza, la presencia de espacios verdes y la conexión con el exterior a la hora de elegir dónde vivir. “Proponemos ese re-acercamiento a la naturaleza y al exterior sin irse lejos de la ciudad. Es por esa razón que el edificio cuenta con jardines verticales, maceteros con sistemas de riego automático en todo el edificio, con pesticidas y fertilizantes en forma unificada para bajar el mantenimiento, 30 metros de ventanales y balcones aterrazados de hasta 28 metros cuadrados con vegetación integrada.

Este edificio fue concebido desde sus inicios como un edificio sustentable, el equipamiento, tanto de las unidades como de los espacios comunes, permite un gran ahorro energético. A esto se agrega un sistema de recolección de agua de lluvia a fin de reutilizarla para tareas de limpieza y de riego y un sistema de paneles solares TIER 1 instalados en la azotea que alimentan los espacios de uso común con energía renovable y reduce hasta un 35% la demanda de la red eléctrica.

Paneles solares

Otro aspecto distintivo del proyecto es la combinación de esta impronta sustentable con el Arte, y que se expresa en la presencia de una obra del reconocido artista Diego Bianchi, ganador de la Primera Edición del Premio Azcuy, en alianza con el Museo de Arte Moderno. La pieza, denominada “Mutanti”, es una escultura de acero con forma tubular, que en partes se ondula como una lombriz y posee un sector que funciona como receptor de desechos orgánicos para generar compost. De este modo, los residuos de los habitantes del edificio se transformarán en un recurso para la regeneración del suelo. La misma se emplazará en la planta baja del edificio y será parte del patrimonio de los propietarios.

 

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