Sin entusiasmo, Juntos por el Cambio cuenta los días para que haya "un milagro"
"Dependemos de un Cisne Negro", confesó un importante intendente de Juntos por el Cambio que, al revés de lo que sucedió en las PASO, ahora pide que "la sorpresa" la dé Patricia Bullrich.
El clima no es el mejor en Juntos por el Cambio (JxC). Y eso, se notó con brutal claridad en la reunión que mantuvieron ayer un poco más de veinte intendentes de esta alianza política en el Comité provincial de la UCR. De este encuentro, salió un lavadísimo comunicado en el que le exigen a Axel Kicillof que libere los fondos que tenía previstos para ser distribuidos entre todos los municipios, pero que no llegaron a los que conduce la oposición.
“Esto lo podríamos haber armado por Zoom, no había tanto lío y no nos exponíamos a lo que terminó pasando, que faltaron un montón y perdimos tiempo indispensable para seguir recorriendo nuestros distritos”, expresó un intendente a MDZ.
“Lo que nace mal, termina mal. Y acá pasó esto. La convocó Julio (Garro) que es el más perjudicado con este tema, porque es al que más le deben por ser la Ciudad Capital. Él quería hacerla en la Plaza, pero los radicales ya pusieron el grito en el cielo, que no era un acto político, que era una expresión institucional… Lo terminamos haciendo en el Comité y la mitad no fue”, agregó una de las personas que más bronca tenía en la mañana del martes.
Al parecer, la preexistencia de pequeños y grandes acuerdos entre los jefes comunales radicales con el propio Axel Kicillof es uno de los elementos centrales de la discusión. Y ahí se vuelve a colar el escándalo de la Legislatura bonaerense. Según la mirada crítica de la mayoría de los jefes comunales del PRO, “ellos tienen acuerdos que nosotros no. Y eso se nota”.
Estas desconfianzas sobre pactos preexistentes entre radicales y peronistas subsisten desde hace décadas, cuando Eduardo Duhalde oficializó el manejo de independiente de la “diputadora” a través de Osvaldo Mércuri y todos participaban de una gran “cajita feliz”.
En aquel tiempo, el ahora ultra kirchnerista Leopoldo Moreau era el jefe del radicalismo bonaerense y se entendía de maravillas con Duhalde y sus ministros. Fue en aquel momento, que otro reconvertido kirchnerista, por entonces opositor a Moreau en el radicalismo y luego fundador del ARI, Carlos Raimundi, sintetizó al Pacto de Olivos, realizado en 1994, como “la concreción de los pactos preexistentes, fundamentalmente en la Provincia de Buenos Aires”.
Esa es la matriz de la existencia de Javier Milei en el centro de la escena. Para buena parte de la sociedad, no sólo los partidos mayoritarios fueron parte del problema sino, también, socios en la mayoría de los mismos. Es la mirada de Mauricio Macri que retumba ahora con mayor fiereza y que lo hace aparecer mucho más cercano al anarco libertario que a su propia candidata presidencial, Patricia Bullrich.

El PRO quedó “entrampado en este proceso. No fuimos el cambio que nos exigía la gente. Algunos, porque creíamos que no era el momento, otros, porque no se animaron. Sea como sea, estamos enfrente de Kicillof pidiendo dinero en medio del escándalo por las tarjetas de la legislatura… Todo un sin sentido”, reflexionó el mismo jefe comunal que, como muchos, ahora piensan, primero, en lo local, y luego, en ver si aparece “otro cisne negro”, en este caso, la presencia de Bullrich en el balotaje.
“Estamos totalmente decididos a limpiar, no solamente esta, sino todas las legislaturas del país. Con nosotros se acabó la joda”, dijo la candidata presidencial en una entrevista al diario La Nación en el día de ayer.
Ella fue la que le pidió a sus allegados, tal cual anticipó MDZ, que se presentaran para impugnar las resoluciones de los camaristas que liberaron a Rigau y dejaron todo lo actuado sin efecto por supuestas inconsistencias técnicas. l
“Kicillof tiene que dar explicaciones y pedir sanciones a los responsables de este mecanismo. Y, por otro lado, si él apaña que la Justicia de la provincia de Buenos Aires no actúe de acuerdo a un mecanismo transparente, bueno, eso no garantiza que exista justicia para los millones de ciudadanos”, agregó la candidata de Juntos por el Cambio.
Sin embargo, para ella, “si el gobernador se queda mudo frente a una situación así y se anula una causa de un día para otro y no hay un pronunciamiento del ministro de Justicia de Buenos Aires o, por lo menos, una respuesta de los organismos superiores... Tanto Kicillof como el ministro de Justicia tienen que dar una respuesta, aclarar si están involucrados o apañando esto”.
Sus declaraciones también son confusas. Porque cuando la política se mete en la Justicia, y le reclama por los medios a los jueces y fiscales, suele ser criticado quien lo hace, con toda razón. Las autoridades de un poder no pueden avasallar, con todo lo que eso implica, a otro con menos exposición y poder público.
Tampoco critica a sus propios legisladores que no han emitido ni un comunicado ni pidieron una pronta investigación interna. Nada de nada. En la juntada de ayer entre los intendentes quedaron flotando algunas ideas que nadie se animó a expresar en vos alta. Una, que las posibilidades de que Bullrich esté en el ballotage solo dependen de una “sorpresa” que nadie ve.
Segundo, que el futuro de Juntos por el Cambio se reconfigurará finalmente si no hay un gobierno de esta fuerza. Con media docena de gobernadores, los mismos o más intendentes y legisladores provinciales y nacionales, habrá que ver quién es el primero que sale en auxilio del próximo presidente de la Nación.
“Mirá que desconectado que estamos, que nuestro candidato a gobernador no estuvo!!!!”, exclamó uno de sus pares que presume que lo que viene será una nueva oportunidad y que sigue sin entender, como muchos, la campaña que realiza Néstor Grindetti.

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