Alfredo Cornejo: “La mala fe de la oposición en campaña deteriora la marca Mendoza”
El precandidato a gobernador de Cambia Mendoza afirmó que el discurso del kirchnerismo permeó en otras fuerzas opositoras y advirtió que "por un voto más" son capaces de dañar la imagen de la provincia. Asimismo, destacó que cuenta con el liderazgo necesaria para "una nueva etapa" en Mendoza.
Alfredo Cornejo aspira a ser el primer mendocino en ser electo dos veces gobernador desde el retorno de la democracia. El exmandatario que encabeza la lista oficialista de Cambia Mendoza en las próximas elecciones provinciales señaló que se viene una nueva etapa para el proyecto político que lidera desde 2015 y resaltó que tiene el liderazgo político necesario para las circunstancias duras que se avecinan. Al mismo tiempo denunció que ha existido una “mala fe” por parte de la oposición durante la campaña y les achacó que “por un voto más son capaces de deteriorar la marca Mendoza”.
Entrevistado por MDZ, Cornejo advirtió que Argentina afrontará el año que viene un plan de estabilización macroeconómica que implicará un cimbronazo fuerte para la ciudadanía y que esa circunstancia requerirá un liderazgo político fuerte en la provincia. Destacó que ya ha probado que tiene la capacidad de conducir ese proceso y asegura que con un orden fiscal nacional, los indicadores económicos de Mendoza “volarán”.
Por otra parte, remarcó que la provincia tiene una alta calidad institucional, pese a los cuestionamientos del kirchnerismo acerca de este aspecto y aseguró que ese discurso ha permeado en otras fuerzas opositoras como el Partido Verde y La Unión Mendocina. En tanto, criticó la “incoherencia” de los exaliados oficialistas que ahora integran el nuevo frente opositor liderado por Omar De Marchi por no plantear los cuestionamientos actuales mientras formaban parte de Cambia Mendoza.
A su vez, señaló que el peronismo no ha construido candidatos potentes y lo atribuyó a que en las últimas décadas no han construido un proyecto político provincial, sino que han estado “colgados del proyecto nacional”.
-¿Qué le entusiasma, desde el punto de vista personal, de la búsqueda de un nuevo mandato como gobernador?
-En general me entusiasman los deseos de hacer. Me hace feliz lo que hago, me he preparado como servidor público, he estudiado, me he capacitado. Tengo mi experiencia en ello. Me entusiasman los desafíos ejecutivos, en este caso es un contexto bien difícil. El metro cuadrado de los ciudadanos está bastante difícil, la inflación alta cambia la realidad de cualquier persona. Son circunstancias duras para un servidor público que quiera hacerlo bien y que tenga compromiso por ese servicio público. Me parece un desafío interesante y creo que estoy a la altura de las circunstancias.
-¿Piensa en lo que puede pasar y cómo va a ser el año que viene?
-A pesar de las dificultades tengo esperanza. Creo que a nivel nacional tiene altas chances de ganar Juntos por el Cambio y tiene que hacer un plan de estabilización de la moneda. Si no se estabiliza la moneda acá no hay ninguna chance de crecimiento personal ni de crecimiento colectivo, de la economía y de las personas. Pero si no ganara Juntos por el Cambio yo creo que cualquier gobierno que venga va a tener que generar un orden macroeconómico, cualquiera sea el gobierno nacional va a tener que ponerle un un freno a este desorden. Y ahí yo creo que Mendoza va a crecer y va a volar en su crecimiento, porque ya ha ocurrido, cuando ha habido orden macroeconómico, Mendoza es de las provincias que más se favorece. Cuando hay desorden macroeconómico, Mendoza tiene dificultades.
La morfología económica de Mendoza requiere orden fiscal, requiere orden macroeconómico nacional. Por eso somos dependientes de ese orden macroeconómico. Las provincias que tienen commodities, como con la minería en San Juan o el gas y el petróleo en Neuquén, esas provincias seguro que superan a Mendoza en cantidad de exportaciones. Es de mala fe compararlas y hay gente de mala fe que las está comparando en toda esta campaña. Y el fenómeno de la megaminería en San Juan lo pongo en duda en varios aspectos, por lo menos en los políticos. Si eran tan exitosos por qué tuvieron que manipular las reglas de la elección, eliminar las PASO, cambiarlas por la Ley de Lemas para tratar de ganar. Esas comparaciones capciosas de mala fe son las que deterioran la marca Mendoza sin ninguna ventaja al respecto y además no están hechas con base sólidas. Para conquistar un voto son capaces de cualquier cosa. Todas esas comparaciones con San Juan o con Neuquén son negativas y están descontextualizadas del contexto nacional macro.
-¿Apunta a algunos dirigentes opositores que señalan que hay variables provinciales que se podrían modificar para la generación de empleo?
-Categóricamente los instrumentos de empleo tienen que ver con los mercados. Pero así todo Mendoza no está mal de empleo. En todo caso, Mendoza tiene dificultades con el promedio salarial por sus actividades económicas diversas. La agricultura tiene un rango salarial bajo y tiene un peso fuerte. Los 'promedios son promedios' y en una provincia que hay megaminería metalífera, los salarios los levanta la actividad minera. En donde hay petróleo y gas en abundancia los levanta la actividad minera; no quiere decir que en esas provincias hayan salarios maravillosos. Mendoza puede explotar gas y petróleo, en particular de la lengua norte de Vaca Muerta con más intensidad y el gobierno lo está intentando y está explorando varios caminos y seguramente eso aumentará la media salarial. Ahí hay instrumentos de política económica con las concesiones y las licitaciones. Mendoza ha hecho muchas cosas por el empleo en sus competencias, por ejemplo reducir el litigio laboral y eso es una tarea que ha hecho la gestión de los gobiernos provinciales en el último tiempo. Ahora, ¿alguien va a decidir una inversión porque haya 50% menos de juicios laborales en la provincia? No, lo hacen por condiciones del mercado donde se desarrolla, por ejemplo la agroindustria. Pero una es competencia provincial que haya menos juicios laborales, la otra es competencia íntegramente nacional de que no haya inflación, que haya orden macroeconómico. Y el que dice lo contrario lo hace por conseguir un voto. Y además, perjudican a Mendoza con ese mensaje. Porque la clave del desarrollo regional es tener un mensaje único de atracción de inversiones y ese mensaje único en la élite política debe ser atractivo.
-Si usted gana las elecciones generales, ¿va a impulsar una modificación de la Ley 7722 como intentó hacer el gobernador Rodolfo Suárez?
-Primero hay que explotar las cosas que ya están en marcha. Hay que tener casos de éxito que están en pleno funcionamiento de exploración, como los casos de Hierro Indio, Cerro Amarillo, que están autorizados, que han reunido los requisitos que exige la legislación vigente. La explotación de potasio del sur de la provincia que está en proceso de otorgar una concesión. Todas esas cosas son minería aprobada por la legislación, aprobadas por la Legislatura en el marco de la legislación vigente. Claro que hay posibilidades de mayores proyectos. Hay riqueza minera, hay recursos humanos, hay recursos minerales. Ahora sin un contexto macroeconómico de orden y de sanidad financiera de la Argentina, ningún proyecto fuerte que realmente reúna todos los requisitos ambientales que exige Mendoza con su legislación actual, modificándose incluso, pero con mucha exigencia en temas medioambientales, ninguna empresa fuerte va a venir a Mendoza. Así que me parece que es una discusión ociosa absolutamente que divide a la sociedad e innecesaria en este momento.
-¿Cómo planea oxigenar un proyecto político que va a cumplir ocho años y que proyectan que vaya por 12 años?
-En principio esto es una nueva etapa por múltiples razones. Mendoza tiene como virtud o defecto que no tiene reelección. Junto con Santa Fe, son las dos únicas provincias que no tienen reelección. Mendoza tiene una alta calidad institucional, altísima calidad institucional. Por conseguir un voto más el kirchnerismo hace seis años que viene diciendo lo mismo sobre el proyecto de Cambia Mendoza, de la baja calidad institucional y demás, y ahora lo han asumido todos los competidores. Acá en la práctica hay justicia independiente, con varios fallos adversos al gobierno de turno. Pero no solo eso, el poder político en la provincia se ha autolimitado. En esta elección si Tadeo García Salazar pudiese reelegirse, ganaba por más del 50% de los votos, sin embargo nos autolimitamos y tenemos que llevar otros candidatos. Si en Guaymallén fuera por la reelección Marcelino Iglesias tendríamos la posibilidad de ganar por más del 50% de los votos. Sin embargo, tenemos que explorar con candidatos más nuevos, más desconocidos, como es el caso de Marcos Calvente. En Mendoza hay dos intendentes condenados por hechos de administración fraudulenta o corrupción y uno, duerme en el complejo penitenciario de Almafuerte. Acá la justicia funciona. El único lugar del país que se han hecho devolver los bienes robados por la corrupción política ha sido en Mendoza con la extinción de dominio. En Mendoza hay ficha limpia y ningún candidato puede estar en las listas si está condenado en una primera instancia. Renovar este proyecto en una nueva etapa es un desafío de nuevos problemas o de viejos problemas que han cambiado su contexto. Además esa renovación se da con un montón de gente de otra generación. Pero por supuesto que también compatibilizamos con gente con experiencia en el servicio público.
-Mencionó mucho la expresión mala fe cuando habla de los competidores, ¿se refiere a La Unión Mendocina?
-Me refiero a varios. El kirchnerismo hizo mucho foco en la calidad institucional de Mendoza. Son unos caraduras importantes, porque si alguien se ha caracterizado por manosear la institucionalidad ha sido el kirchnerismo en la Argentina, intentando manipular la justicia y demás. Y si alguien le ha puesto un freno al kirchnerismo en la Argentina ha sido la justicia, no ha sido el poder político. Buena parte de la sociedad ha tolerado los atropellos del kirchnerismo y ha votado al kirchnerismo y lo ha traído de vuelta al poder político, a pesar de su mala praxis económica, de sus mentiras, de su relato mentiroso y ficcionado de buenos y malos. Ese mensaje del kirchnerismo en la provincia de Mendoza permeó en las otras fuerzas. Lo dice el Partido Verde y lo dice La Unión Mendocina también. Y la mala fe radica en decir cosas que rompen la marca Mendoza. He escuchado decirles que Mendoza tiene tanta pobreza como el conurbano bonaerense o que tiene más pobres que tal provincia. Y eso es mala fe porque en la pobreza el aspecto que más influye es la inflación. Entonces hacerle cargo a la provincia del nivel de pobreza es de mala fe. Y seguir teniendo esa mala fe en el relato es hacer cualquier cosa por conseguir un voto.
Buena fe sería que todos peleáramos de cualquier facción política para que no se discrimine a Mendoza. Los kirchneristas cuando están en el gobierno deberían pelear no por defender a su gobierno nacional sino por traer recursos genuinos a Mendoza, como lo hice yo. Teníamos un gobierno del mismo signo entre 2015 y 2019 y yo me puse firme y conseguí 1023 millones de dólares. En la historia de los últimos 40 años nadie le ha sacado ese dinero a un gobierno nacional.
-¿Le molesta más cuando esas críticas que señala de mala fe vienen de exaliados políticos, como los casos de Omar De Marchi o Daniel Orozco?
-Son unos incoherentes porque eso lo deberían haber opinado hace cuatro años atrás u ocho años atrás y no deberían haber sido aliados o lo deberían haber opinado hace un año atrás, no en el proceso electoral. Ellos son los que cambiaron y cambiaron categóricamente de discurso. Ellos no tenían la crítica a la institucionalidad, la tenía el kirchnerismo. Ellos son los que por un voto más de oposición, porque están buscando el voto opositor acá en Mendoza, son capaces de romper la marca Mendoza con sus discursos. Además, es incoherente con su propia trayectoria de tres meses atrás.
-¿Le sorprendió la decisión de Daniel Orozco de irse de Cambia Mendoza para ser precandidato a vicegobernador de De Marchi?
-Sí, me sorprendió. Uno seguía por lo que las personas le dicen en privado y por lo que dicen en público, así que cómo no me va a sorprender. Me decepcionó. Era muy elogioso de que yo fuera gobernador y fuera candidato. Para mí es una pena y una gran defraudación. El municipio de Las Heras ha entrado en un proceso de bancarrota, desde hace un mes y medio a esta parte. Ha designado a más de trescientas personas. No las ha publicado en el Boletín Oficial y ha echado unas cien. Con lo cual tiene un neto de mucho más personal. El municipio hasta el año 2022 que era aliado nuestro tenía 60 funcionarios políticos y hoy tiene más de 200. Y paralelamente tiene paralizada una obra clave como es acueducto del Pedemonte que se está haciendo tras un convenio con el ENHOSA para proveer a toda la zona de El Challao de agua. Y el municipio tiene un par de desembolsos impagos porque se lo gasta en sueldos de funcionarios políticos. Esta bancarrota en la que está entrando el municipio de Las Heras tiene consecuencias negativas para los vecinos de El Challao porque no paga los certificados de obra. Por conseguir un voto más, porque designan personal político para que trabajen para ellos en las campañas, son capaces de frenar un acueducto como este.
-¿Cómo fue la última conversación que tuvo con Omar de Marchi?
-No la recuerdo porque es de hace mucho tiempo pero son de temas nacionales, él era un aliado de Juntos por el Cambio, es diputado del PRO.
-¿Después de la ruptura no volvieron a tener diálogo?
-No, no, no. Esto no es un problema de diálogo, es un problema de conducta. O sea, él tenía todas las chances de competir al interior del frente Cambia Mendoza y él decidió irse del frente Cambia Mendoza. Él tomó esa decisión y estuvo dando vueltas todo el tiempo. En la opinión pública hizo una novela de eso. Imagínense que alguien del radicalismo a nivel nacional hubiese dicho que nosotros no estamos en Juntos por el Cambio porque los frentes electorales se constituyen cuando hay elecciones nada más, y estamos o no estamos según si nos conviene o no nos conviene. Hubiese sido un descalabro Juntos por el Cambio en todo este proceso y sin embargo a nivel nacional funciona como una coalición de oposición con sus desavenencias, con sus diferencias, pero nadie amaga con irse.
-¿Cómo ve la campaña electoral del peronismo? ¿Coincide con algunos dirigentes oficialistas que afirman que hay un sector que está jugando a perder en estas elecciones?
-Me cuesta creer que alguien juegue a perder, pero yo creo que han cometido muchísimos errores durante todo este tiempo. Primero, no han sido colaborativos con el gobierno de Rodolfo Suárez. No han sido colaborativos con Mendoza, con lo cual el peronismo ha ido decayendo en su preferencia popular. Y creo que el error que cometen desde el desde hace ya más de 20 años en Mendoza es que el peronismo no tiene un proyecto provincial, está colgado al proyecto nacional. Cuando tienen éxito a nivel nacional y arrasa Cristina como en el 2011, ellos van colgados de la boleta de Cristina. Cuando tienen dificultades con el proyecto nacional, como en esta oportunidad que el Frente de Todos viene en caída libre por el mal gobierno de Alberto Fernández y Cristina, ellos se sienten afectados en la provincia. Y después no han construido candidatos potentes nunca porque no han tenido un affectio societatis entre La Cámpora y los intendentes. Pero tampoco ninguno de los intendentes se desmarcó de Cristina ni se desmarcó del kirchnerismo. Lo vimos a Jorge Giménez hasta hace, como dice un influencer, tres doritos atrás inaugurando el tren de 36 horas y ahora va de candidato a intendente de La Unión Mendocina y es K. O la vemos a Blandini que va de candidata a intendente en La Unión Mendocina y estaba siguiendo el discurso de Cristian del 25 de mayo y tuiteaba en sus redes sociales elogiándola. Y después el peronismo no muestra la más mínima renovación. En Malargüe van a llevar de candidato a intendente a Celso Jaque que ha sido gobernador e intendente de Malargüe hace muchísimos años o a Rubén Miranda de candidato a intendente en Las Heras. Al peronismo lo veo muy atado al Gobierno nacional por muchos años y ahora que viene en declive su performance en Mendoza no será buena. Y además se han quedado en un anti Cornejo, anti Cambia Mendoza todo el tiempo.
Escenarios
-¿Si no anticipaban las elecciones los intendentes peronistas podrían haber perdido?
-Creo que sí. Si no anticipaban las elecciones el peronismo perdía algún que otro municipio. Hicieron elecciones dignas, pero en ninguna arrasaron.
-¿Qué escenario imagina para la Legislatura el año que viene y está preparado para no contar con una mayoría oficialista en ambas cámaras?
-Acá va a haber una gran encuesta en las PASO y todo lo demás es puro relato de los candidatos. No sabemos cómo va a terminar. De las PASO a la general hay cambios, no hay cambios sustantivos en las elecciones, pero hay algunos cambios en la proporción. En general, quien ganó las PASO después estira la ventaja. Como no tenemos esos números muy finos no sé cómo será la representación legislativa. En lo particular estoy preparado para una Legislatura con mayoría y estoy preparado para una Legislatura propia que no tenga mayoría el oficialismo. Sí creo que va a haber una exigencia de la ciudadanía a su dirigencia política de estar muy concentrados en los intereses de Mendoza y los intereses sociales porque un plan de estabilización va a requerir mucho liderazgo político para sostenerlo en los municipios y sostenerlo en la provincia. En la primera etapa va a ser un cimbronazo, en la segunda etapa puede haber una recuperación del salario y un mayor bienestar. Y ahí se va a requerir liderazgo político y no sé si hay gente que esté en condiciones de liderar la provincia en contextos de ese tipo. Yo estoy probado, tengo la experiencia, sé cómo hacerlo y lo digo con humildad, de los cuatro años que me tocó gobernar, tres fueron con recesión económica y me fui del gobierno con un estándar de obra pública y de servicios básicos mejor que el que recibí y además con el reconocimiento popular.
-Está en marcha el proceso de licitación para la represa El Baqueano, ¿Qué planean hacer con el resto de los 1023 millones de dólares que terminará de recibir la provincia de parte de la Nación el año que viene?
-Creo que nuestro gran proyecto es utilizar ese financiamiento que prácticamente ninguna provincia tiene para obras básicamente hídricas. Necesitamos hacer cosas que mitiguen el cambio climático. Hace muchos años que tenemos dificultades con el agua y se están incrementando. Hoy se malgasta muchísimo agua en el medio y, si bien hay mucho menos agua de lo que había hace 50 años atrás o hace 40 años atrás, con obras pequeñas de canalización, con medidores industriales, residenciales, agrícolas nosotros creemos que se puede tener el agua óptima para vivir como vivimos en la actualidad y para incrementar la economía agrícola, agroindustrial y residencial fundamentalmente.

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