Coletazos de la crisis

Alberto Fernández sigue enojado con Cristina Kirchner y dice que los cambios debieron hacerse hace un año

Sergio Massa consiguió algo que el presidente Fernández trató de hacer hace un año, cuando su exministro Martín Guzmán pidió el relevo de todos los funcionarios del área energética defendidos por Cristina y Máximo Kirchner. "Perdimos un año y US$20.000 millones de dólares", dijo.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare lunes, 8 de agosto de 2022 · 08:30 hs
Alberto Fernández sigue enojado con Cristina Kirchner y dice que los cambios debieron hacerse hace un año
Foto: Télam

Sergio Massa logró, seguramente sin quererlo ni buscarlo, reivindicar los motivos y por ende, darle la razón, al presidente Alberto Fernández y a su ministro de Economía, Martín Guzmán, en la imperiosa necesidad de ordenar las cuentas públicas, reducir el déficit y fijar una nueva política energética, con sus costos y los subsidios a distribuir.

La caída de Guzmán en la gracia vicepresidencial empezó a derrumbarse en cascada cuando pidió la renuncia de Federico Basualdo, hasta ayer subsecretario de Energía de la Nación, quien resistió en su puesto y forzó la intervención de Máximo Kirchner, quien desde ese momento también empezó a militar la resistencia a cualquier política económica medianamente sensata que pretendía encarar el exministro con el apoyo del presidente de la Nación.

Algo de eso venía notando Fernández desde hace mucho tiempo. El kirchnerismo camporista no sólo se oponía a cualquier intento de modificar el esquema de subsidios sino que dinamitó su presidencia cuando el joven Kirchner renunció a la conducción del bloque de diputados nacionales tras el acuerdo con el FMI.

El presidente de la Nación no hizo mucho para generar confianza ni siquiera entre los que se la jugaron por él a sabiendas de las reprimendas que podían sufrir de La Cámpora y de su tutora, Cristina Fernández de Kirchner. De hecho se empezó a enojar, hasta el capricho, dicen, cuando se enteraba que funcionarios de su Gabinete intentaban articular con ese sector algunas reglas de trabajo para que “no explote todo”.

“Fernando, discúlpame, pero estás totalmente equivocado", le dijo a Espinoza, el intendente de La Matanza, hace diez días. "Vos me pedís a mí que hable con Cristina, pero estoy harto que me lo pidan. No entiende lo que está pasando, me bombardeó cada propuesta y mirá ahora, todo lo que yo le decía lo va a hacer Sergio. Perdimos ocho meses tratando de que entendiera y lo único que conseguimos es que se fuera Martín”. Absortos, ministros e intendentes que participaban del encuentro en la cuasi mansión de Alejandro Granados, en Ezeiza, se sorprendieron por tal acto de rebeldía presidencial.

Este es el clima que reina hoy en el oficialismo. Saben que los caprichos de la vicepresidenta y la mansa aceptación de la mayoría de los integrantes del Frente de Todos hizo que ahora se deba trabajar no sólo contra reloj, sino contra las reservas, las perspectivas y obligó a recalcular todas las ideas anteriores.

“Fueron sus funcionarios de Energía los que provocaron que nos quedáramos sin dólares por su incapacidad para prever la compra de combustible con anterioridad…por ellos se perdieron US$20.000 millones de dólares”, siguió con su enojadísima argumentación el presidente Fernández en aquel almuerzo donde todos escuchaban cómo se iba a realizar la segunda etapa de la Autopista Presidente Juan D. Perón, que une la zona norte del Conurbano con la ciudad de La Plata.  

Sergio Massa, fruto de su extrema capacidad de disuasión, sumada al terror que tiene la vicepresidenta de que la crisis la ponga a ella como la máxima responsable, pudo cambiar el diseño del área energética, aunque queda claro que cada designación es una negociación delicada y con algún costo.

Las urgencias son ahora desesperantes. “Si le hubieran hecho caso a Martín”, expresado por Fernández, tiene cada vez más vigencia y promete que generará alguna reacción presidencial en el futuro no tan lejano.

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