Renuncias e intrigas

En otro día de furia, el presidente llega más aislado que nunca

El presidente aterrizó de su gira por Europa y de nuevo se recluirá con los "cinco ginetes del apocalipsis", como ya nombran a los únicos que lo aislan de las malas noticias: Julio Vitovello, Gustavo Béliz, Gabriela Cerruti, Vilma Ibarra y Santiago Cafiero. Mientras, todo es confusión.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare martes, 28 de junio de 2022 · 21:45 hs
En otro día de furia, el presidente llega más aislado que nunca
Foto: EFE

La de este martes fue otra jornada de furia en la Casa Rosada y adyacencias. Ministros y funcionarios que volaban por el aire, reconfiguraciones políticas y personales y un presidente decidido a no escuchar más a nadie que le de una mala noticia, son el resumen de lo que fue otro día de furia en la cima del poder.

El papa Francisco le confesó a un peregrino que lo vio en una de las audiencias públicas que él protagoniza todas las semanas en el Vaticano: “Dios es el que hace milagros, pero las personas también tienen que ayudar”.

El feligres, peronista y amigo de un par de amigos porteños del antiguo cardenal Jorge Bergoglio, no podía creer que estuviera hablando de política ante la máxima autoridad de la Iglesia Católica en los breves instantes que tuvieron en el "besamanos". "¿Le puede pedir al presidente y a la vice que arreglen esto?", le pidió el argentino. 

“La vicepresidente tiene un gran problema. Tiene un vientre infertil”, dijo. En este caso, un nuevo proyecto político, según aseguró hoy un reconocido consultor que dialogó con un intendente del conurbano que estaba preguntando por el futuro político de Cristina Fernández de Kirchner, cuando todo parece indicar que consiguió una nueva centralidad.

A la par, varios periodistas acreditados en la Casa Rosada difundían la posible renuncia de Martín Guzmán, el ministro de Economía a quien aún le prenden alguna vela. “Es el último vestigio de racionalidad económica”, dicen, inclusive, sus pares que no siempre lo valoran y respetan.

De pronto, un secretario de Estado, en diálogo con MDZ, le confía que justo en ese momento Fernando "Chino" Navarro, uno de los voceros del Movimiento Evita, se estaba juntando con Wado De Pedro y Máximo Kirchner. Sonaba demasiado ampulosa la reunión. “Los empezaron a matar para después ponerlos a negociar desde otro lugar. Ahora tienen que dar explicaciones”, revelaba este mismo funcionario que tiene buen diálogo con Navarro y su jefe, Emilio Pérsico.

Justo esta semana trascendió que Juan Francisco Navarro, uno de los hijos del dirigente de Lomas de Zamora, en una carta pública, describió a la vice como una “tía loca que nos reta desde la punta de una mesa” a la vez que describe cada uno de los errores políticos que tuvo desde Julio Cobos hasta esta parte, más la creencia que “como todo es un lawfare, nada se puede discutir”. Absolutamente cierto.

Navarro, el padre, negó haber tenido la reunión con las máximas autoridades de La Cámpora. Al hijo de los dos presidentes lo notan enojado, pesimista y en algún momento reflexionando sobre la conveniencia de qué camino a seguir. Inclusive suele manifestar pensamientos no muy en sintonía con lo que opina su madre.

“Lo de Daniel (por Scioli) duró lo mismo que un suspiro. Menos que Juan Manzur”, dejó en claro un miembro de segunda línea que no puede creer lo que está viviendo. Justo durante la jornada, el propio jefe de Gabinete lo llamaba para recibir a una representación de un pueblo de Tucumán. “Son peor que los piqueteros”, exclamó, ya con resignación.

Mientras esto sucede, algunos ya empiezan a armar el peronismo no kirchnerista nuevamente, pero ya sin el concurso de Alberto Fernández, a quien “cree que es suficiente con no atenderle el teléfono a la señora”, como expresó un importante militante del nonato albertismo.

El mayor culpable de que no haya habido un contrapoder en el oficialismo, según sostienen los que lo quieren y quienes no al presidente, es el propio Fernández. “Si acá hay un solo sector que puede decir las cosas es porque del otro lado después no te bancan un minuto. Eso no es culpa de nadie más que del presidente”, dicen, en la única coincidencia que tienen los referentes del Frente de Todos.

Hoy, el juez federal con alcance electoral en la provincia de Buenos Aires, Alejo Ramos Padilla, oficializó al Partido del Trabajo y la Equidad, PARTE, que quedó oficializado con Manuel Luaces como su presidente. Quizás parezca tarde, aunque la esperanza es lo último que se pierde.

Esta descomposición también se traduce, con otras formas pero la misma intensidad, en el Gobierno de la provincia de Buenos Aires. “En el mismo día primero te llama Martín Insaurralde para decirte que te habilitaron la obra y a los quince minutos se comunica Carlos Bianco para decirte lo mismo. Puede modificarse el orden del llamado, pero no la situación”, confesó un intendente del oficialismo.

Insaurralde ya sabe que Cristina Fernández de Kirchner volvió a elegir a Axel Kicillof como candidato a gobernador, en contra del deseo de su hijo, quien tras las PASO del año pasado la usó de intermediaria para intervenir el gobierno bonaerense y desplazar a Bianco, que sigue siendo el hombre de mayor confianza de Kicillof.

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