Entrevista MDZ

Marcelo Romero: “Zaffaroni es lo peor que le pasó al derecho penal argentino”

El fiscal platense afirmó que el exjuez del máximo tribunal coaptó la Justicia con su doctrina, limitando el accionar policial en beneficio de la delincuencia. Dijo que Berni está más interesado en las cámaras que en el delito. No descarto, cuando se jubile, actuar en política.

José Luis Carut
José Luis Carut jueves, 8 de diciembre de 2022 · 08:35 hs
Marcelo Romero: “Zaffaroni es lo peor que le pasó al derecho penal argentino”

El fiscal Marcelo Romero, titular de la UFI Nº6 de La Plata, se caracteriza por ser un agente del Ministerio Público Fiscal bonaerense que prioriza, ante todo, el derecho de las victimas y vela con sus investigaciones el cumplimiento de la Ley.

En una charla franca en la redacción de MDZ dijo que lo llamaron de diferentes fuerzas políticas, no descartó ser candidato en las próximas elecciones, una vez que se jubile. También habló sobre el adoctrinamiento del garantismo en la Justicia. Afirmó que Berni con su histrionismo humilla a la policía y que el delito en la provincia de Buenos Aires crece sin pausa.

Sobre el desacato de la vicepresidenta al fallo de la Corte Suprema de Justicia, Marcelo Romero aseguró que es un escándalo porque a los fallos, y más cuando son en última instancia, hay que cumplirlos.

- El nombre de Marcelo Romero siempre está presente como candidato en los despachos del poder y más en años electorales. Ahora que estás próximo a jubilarte, ¿te ves como candidato a intendente de La Plata?
- Sigo siendo magistrado hasta el 1 de marzo. No corresponde que haga ningún tipo de evaluación así. Por el momento quiero transitar este último tiempo en la Justicia. Creo que, si mi experiencia puede servirle a los funcionarios que están en el Gobierno o a aquellos aspirantes a detentar el poder, ahí estaré para brindar lo que pueda ser útil. Y si consideran que no soy útil, me dedicaré a otra cosa. No creo verme en mi casa en pijama, creo que tengo para dar todavía.

- ¿Y en política, de qué espacio te están buscando? ¿De qué espacio te llamaron?
- Me llamaron de casi todos. Menos de la izquierda, que no comparten en nada, ni yo con ellos, mi postura. Todo lo que tenga que ver con el abolicionismo penal, el odio a la policía, el odio a la institución penitenciaria, el odio al sistema penal, obviamente no va conmigo. Las demás fuerzas que tienen respeto a la institucionalidad, me han consultado y yo encantado de darles mis opiniones. Que, por supuesto, son nada más que eso, opiniones.

- Siempre que charlamos te referís a Zaffaroni, el exjuez del Máximo Tribunal de Justicia, diciendo que sus teorías le hicieron muy mal al derecho penal y fundamentalmente muy mal a la Policía y a los cuerpos de seguridad. ¿Por qué?
- Creo que es lo peor que le pasó al derecho penal argentino. Zaffaroni con su teoría y sus seguidores que continúan con la postura abolicionista. Consideran que el delincuente es la víctima del sistema capitalista neoliberal, que lo excluyó quitándole oportunidades y que ahora lo selecciona para aprisionarlo. Me lo aprendí de memoria.

- O sea que el delincuente es una víctima...
- Claro, es una víctima del sistema, que después el propio sistema selecciona, entre otros, para aprisionarlo. Encima hasta cambió  el lenguaje, hoy no se habla de detenidos, no se habla de presos, no se habla de reclusos. Se habla de individuo en contexto de encierro y no de presos. Es una expresión que tiende a romantizar el delito. Tampoco se habla de delincuente, sino de individuo en conflicto con la ley. Parece una tontería, pero no lo es, esto se viene insuflando en las facultades de derecho hace 35 años. No solamente en las cátedras de Derecho Penal se ha instaurado el abolicionismo sino también en el Consejo de la Magistratura, es decir, en las instituciones constitucionales que selecciona a los jueces y a los fiscales. Hoy tenemos jueces que son agnósticos de la pena. Sienten pena al imponer una pena. Si consideramos que el delincuente es la víctima, está todo patas para arriba.

- En este contexto, ¿cómo trabaja la Policía? Porque depende de cómo actúen terminan siendo víctimas de quienes deben juzgar al delincuente.
- Con lo que se topa. La Policía trabaja fundamentalmente con la flagrancia o cuando llegan inmediatamente después y los detienen a pocos metros del hecho. Hoy la Policía no tiene herramientas para trabajar en la prevención. Creen que todo puede ser suplido por la tecnología, que es una herramienta, pero nada más que eso.

- Con la llegada de Berni al frente de la Policía bonaerense, ¿hubo algún cambio o fue para peor en el accionar policial?
- El único cambio que hubo es el histrionismo de Berni. Su amor por la cámara y por salir permanentemente en la televisión diciendo algunas frases impactantes que duran 24 horas. Los policías muchas veces se sienten humillados ante una persona que se cree que sabe todo, porque no solamente dirige seguridad, sino que es militar, médico, buzo, astronauta, es todo. El policía no quiere eso, quiere un jefe de policía y ministro de Seguridad; que no tiene que estar en la calle ni en el lugar de los hechos. Tiene que estar en su despacho comandando políticamente la fuerza. Y a él le gusta aparecer donde están las cámaras.

- ¿A qué obedece el crecimiento del delito en la provincia de Buenos Aires?
- El delito creció con prisa y sin pausa. Es mentira que en determinadas épocas el delito bajó, el delito permanentemente sube. No solo aumenta en cantidad, sino que se incrementó la violencia; tenemos una delincuencia cada vez más joven, extremadamente violenta por efecto de las drogas. Estamos viendo muchos delitos con armas de grueso calibre, robadas a la Policía y a las fuerzas de seguridad. Armas que están en la calle a merced de la delincuencia. Se suma que desapareció la inteligencia criminal. Los servicios de inteligencia de la República Argentina son chusmeríos de peluquería, para saber con quién se acuesta el rival político. Inexplicablemente en la provincia de Buenos Aires, lo cual es una cosa que no puedo comprender, se eliminó el Servicio de Inteligencia del Servicio Penitenciario, una fuente permanente de información criminal útil para el propio Servicio Penitenciario y para la Justicia.

-¿Cuándo fue disuelto? ¿Durante la administración Kicillof?
- Fue una de las primeras medidas que tomó el ministro Alak, es inexplicable. Creo que también pasó lo mismo a nivel Federal. Si hay que sostener algún servicio de inteligencia son los penitenciarios, ahí esta toda la información. Vemos lo que está pasando en la provincia de Santa Fe, las bandas del narcotráfico manejan su organización desde la cárcel. No hay que ser un experto del FBI para darse cuenta que la cárcel es una fuente inagotable de información delictiva.

- Volvemos a la teoría de Zaffaroni, ¿no?
- Claro. Sobre todo, al terror, yo diría casi esotérico, que le tienen los tres poderes del Estado a los organismos de derechos humanos. No sé, hay como un terror esotérico a quedar con la etiqueta de facho. Y así estamos.

- No puedo no preguntarte esto. Sos un hombre de derecho, respetás la Constitución, respetás los fallos judiciales, especialmente los del Máximo Tribunal de Justicia. ¿Qué opinión tenés de que la vicepresidenta no acate el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que ordeno que Luis Juez sea el representante del Senado en el Consejo de la Magistratura?
- Como magistrado siento un terrible dolor, una gran vergüenza, es un escándalo institucional de proporciones. Los fallos hay cumplirlos, nos gusten o no nos gusten. Cuando hay instancias inferiores existe siempre el recurso de recurrir a un Tribunal Superior. Cuando es el último tribunal, el último guardián de la Constitución, nada más y nada menos que la Corte Suprema de Justicia, no nos queda otra que obedecer. Seamos el último vecino de la Argentina o el presidente de la República.

 

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