Opinión

La amenaza de lo políticamente correcto

En esta columna explicaré qué se entiende por "corrección política"; también qué rol juega dentro del marxismo cultural y, finalmente, cómo se utiliza para castigar al disidente en un occidente gobernado mayormente por la izquierda (social democracia).

Lilia Lemoine jueves, 8 de diciembre de 2022 · 10:05 hs
La amenaza de lo políticamente correcto

¿Qué es la corrección política? Es una mordaza ideológica para que predomine un tipo de pensamiento único funcional a quienes han obtenido el poder y desean mantenerlo utilizando métodos inmorales que incluyen la inversión de valores de una sociedad y la destrucción de la reputación de quienes se oponen al adoctrinamiento del partido hegemónico (marxismo cultural). Nótese que existe la “internacional socialista” de la cual participan partidos políticos de todo el mundo, siendo la UCR el capítulo Argentino. El vicepresidente es el economista de la hiper de Alfonsín, Jesús Rodríguez.

Se evidencia en la manipulación dirigida por parte de los gobiernos hacia medios, votantes, estudiantes y académicos enmascarada por una falsa virtud. Para el poder hegemónico, la corrección política es una restricción de conducta para evitar “lastimar o perjudicar” a grupos que sufren de desventajas o sean minorías desfavorecidas (como las mujeres, según la izquierda moderna occidental); se ha utilizado a lo largo de más de un siglo en distintos lugares del mundo para regular el discurso público y últimamente hasta el personal (por las redes sociales); quiero llamar la atención sobre el uso que se le dio en 1934, cuando el New York Times informó que "la Alemania nazi estaba otorgando permisos de información sólo a arios puros cuyas opiniones son
políticamente correctas”.

Una pandemia de amnesia se esparció en universidades de todo occidente, la gente se olvidó que los nazis eran socialistas (nacional socialismo, por si no tienen ganas de investigar, está en el nombre) y es sabido que el mismísimo Hitler era admirador de las políticas de Stalin. A los que tengan ganas de investigar les recomiendo el libro del escritor alemán Rainer Zitelmann titulado “El Nacional Socialismo de Hitler”; a la izquierda no le gusta que eso se recuerde e intentan por todos los medios de convencernos de que el nazismo fue de derecha; pues no. La corrección política ha sido implementada por regímenes socialistas y se encuentra más presente que nunca en la “social democracia” que gobierna casi todo el continente Americano.

Como se castiga al disidente: Hubo un senador de los EE.UU. llamado Joseph McCarthy (el más joven y querido de todo el senado) que descubrió la infiltración comunista en EE.UU., y por ello no solo fue tildado de loco y su imagen destrozada durante décadas, sino que además siendo un hombre joven y sano terminó “suicidándose” saltando por la ventana de un psiquiátrico donde lo habían ingresado; una práctica normal del marxismo cultural. Los ex comunistas (disfrazados de social demócratas) tomaron instituciones educativas de todo occidente y se dedicaron a enseñar que el capitalismo era malo y el socialismo era bueno. Que el Estado era un gran benefactor y que los empresarios eran los enemigos.

De este modo, disfrazados con una máscara de virtud, su discurso es el del “bueno” y todo aquel que no lo siga es el “malo”. El “Che” un símbolo de “libertad” cuando en realidad violaba a sus criadas, asesinaba niños y el mismo Fidel lo entregó porque era demasiado aún para los miembros de la URSS. Ellos ganaron la batalla cultural y han castigado sin piedad al enemigo; creo yo, la oleada final tuvo lugar alrededor de 2015 cuando comenzó la censura hacia la comedia y luego todo aquel que se proclamara a
favor del libre mercado o de evitar el reemplazo poblacional fuera tildado de, oh sorpresa: “Nazi”.

La muestra máxima que tenemos de que ganaron la batalla fue que borraran la cuenta de Twitter de Donald Trump en 2020, la eliminación sistemática de influencers libertarios de sitios como Youtube o Facebook o que se incluyera Ideología de Género en la ESI en Argentina. Por suerte las fuerzas comienzan a equilibrarse. Las personas se cansan de la inversión de valores del marxismo, el resentimiento y la destrucción de todo lo que es bello para el ser humano. Una batalla se perdió pero la guerra continuará mientras existan personas que no se dejen callar por lo políticamente correcto.

* Lilia Lemoine, IT Specialist

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