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Alberto Fernández agravó la crisis institucional con una causa y un medio ajenos

El presidente Alberto Fernández le dio rango institucional a la causa "Lago Escondido". Cuestionó a la Justicia un día antes de la sentencia en la causa donde Cristina es la principal acusada. Una agenda y un medio que no le son propios.

Pablo Icardi
Pablo Icardi lunes, 5 de diciembre de 2022 · 16:39 hs
Alberto Fernández agravó la crisis institucional con una causa y un medio ajenos
Foto: Twitter Alberto Fernández

El presidente Alberto Fernández subió la tensión institucional al darle ese rango a la polémica visita de un grupo de funcionarios judiciales, políticos y empresarios a Bariloche. Lo hizo un día antes que se conozca la sentencia en el juicio donde está acusada la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en la causa en la que está acusada de asociación ilícita y administración fraudulenta, cuestión que no pasa desapercibida. 

Alberto usó un medio que no le es propio: es un presidente que se expresa públicamente, habla con periodistas de manera frecuente y tiene espacios para hacerlo. Ese método es mucho más afín a Cristina, que usaba la cadena nacional para expresarse, marcar posturas o incluso denunciar. Por eso, el presidente parece haber oficiado más de vocero, que de primer mandatario; de ejecutor de una estrategia ajena, que de defensor de las instituciones. Lo más insólito: un Presidente que habla usando toda la infraestructura comunicacional oficial, pero habla en potencial; relativizando todas sus afirmaciones.

Al hablar en cadena nacional quiso poner sobrerelieve la denuncia pública por el viaje que habrían hecho a Lago Escondido ese grupo, supuestamente financiado por el Grupo Clarín. De ese viaje participaron, según la denuncia,  Julián Ercolini, Pablo Yadarola, Pablo Cayssials, Carlos Mahiques, el ministro de Seguridad y Justicia porteño Marcelo D'Alessandro, Juan Batista Mahiques, y Leonardo Bergroth. Esa especulación surgió por la aparición de mensajes de un grupo de Telegram donde hablaban del viaje y de la estrategia para bloquear una denuncia periodística y judicial. 

Sin mediar filtros, el presidente ordenó cuatro medidas que ponen en tema a los tres poderes del Estado con el Congreso, el Consejo de la Magistratura y tribunales. No parece ajeno a la realidad argentina, pues los que denuncian y los denunciados en este caso conviven con la interferencia de un poder sobre el otro. La pelea, entonces, es por quién controla la justicia, no por la independencia. 

La sentencia en la llamada "causa Vialidad" tiene una enorme trascendencia porque la principal acusada es la vicepresidenta y dos veces presidenta. Pero además se agregó tensión extra con las amenazas de protestas, presiones y desbordes. El timón de un gobierno tiene un solo rumbo; responder a la agenda judicial. Por eso el mismo Presidente que hace tiempo no tiene protagonismo en temas económicos, sociales y políticos, instruye al Ministerio de Justicia, al Consejo de la Magistratura y al Congreso que se avoque a la causa Lago Escondido. 

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