Opinión

Se trata de forjar libertad

En un nuevo aniversario de la reunificación alemana, que significó un símbolo de unión y triunfo de la democracia, el mundo se encuentra convulsionado. Y el ciudadano, temeroso y preocupado.

Cornelia Schmidt-Liermann martes, 4 de octubre de 2022 · 11:30 hs
Se trata de forjar libertad
Mijaíl Gorbachov, el líder ruso nunca fue del todo querido en su propio país, en cambio en Alemania gozaba de una buen estima, aqui junto a su amigo alemán Helmut Kohl.

El 3 de octubre se convirtió en el día más feliz de la historia alemana. Y por primera vez esa felicidad se encuentra seriamente empañada. Fue como consecuencia de una revolución cívica pacífica en territorio alemán, y gracias a la habilidad y el convencimiento de grandes políticos como los alemanes Helmut Kohl, Hans-Dietrich Genscher y el ruso Mijaíl Gorbachov, que se liberó el camino para la reunificación de un pueblo. No fue una reunificación impuesta, fue resultado de un proceso integral, que impactó en Europa y en el mundo. Creó una zona de paz. La más duradera de la historia mundial.

Hoy, la preocupación y el temor por la guerra, la escasez energética que produce un encarecimiento tremendo del insumo vital del desarrollo, la “desindustrialización” de la que ya se está hablando en Alemania, el impacto del cambio climático, producen un malestar social, que hay que contrarrestar. Debemos inspirarnos en aquellos ciudadanos que no se dieron por vencidos, y forjar soluciones pacíficas y razonables a los problemas actuales.

A pesar de los más de 30 años de la unión alemana, hay gobernantes que quieren construir grietas entre hermanos, internos y externos, enfrentar regiones, reagrupar a los países. ¿con que fin?. Debemos bregar por prevenir nuevas rupturas y enfrentamientos. El desafío es ganarle a la radicalización de posturas extremas, y contrarrestar juntos iniciativas populistas, alzando claramente la bandera de la defensa de los derechos humanos, de la dignidad de las personas.

El ciclo del tiempo lleva a nuevos desarrollos, nuevos peligros, resurgimientos de fantasmas olvidados. Pero también genera posibilidades: Argentina tiene un deber moral de asegurar internamente, la seguridad alimentaria para cada ciudadano. Y también se encuentra ante una valiosa oportunidad de crecimiento, que es además una obligación fraterna con el mundo que necesita ser alimentado y suministrado con energía.

Si dejamos de hurgar en lo que nos separa del mundo, y buscamos qué nos une, la convivencia en nuestro país y en el mundo será más humana y al mismo tiempo más fecunda.

* Cornelia Schmidt-Liermann Diputada Nacional (MC)

Directora Comité de Europa del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales CARI

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