Alto vuelo

Cómo creció en 2 años un millonario negocio que maneja Máximo Kirchner

La Cámpora sigue manejando la política aercomercial, a través de Aerolíneas Argentinas, La agrupación que lidera Máximo Kirchner avanza hacia el monopolio de cabotaje. Desde que asumió Alberto Fernández, la línea de bandera ganó 10 puntos de mercado y tiene más del 70% de las operaciones.

Horacio Alonso
Horacio Alonso viernes, 14 de enero de 2022 · 10:25 hs
Cómo creció en 2 años un millonario negocio que maneja Máximo Kirchner
Foto: Twitter La Cámpora

Desde hace tiempo, Aerolíneas Argentinas es una caja de ingresos para la agrupación kirchnerista La Cámpora que lidera Máximo Kirchner. La empresa estatal aérea genera un fuerte déficit que sólo se sostiene con millonarios subsidios que nadie controla.

Después del impasse que se produjo durante los cuatro años del Gobierno de Cambiemos, con una política aerocomercial de mayor competencia, desde el 2019 se agudizó el control de la compañía por parte de ese sector político. 

De la mano del senador Marino Recalde y del líder del gremio de los pilotos, Pablo Biró, el dominio del mercado por parte de la línea de bandera viene en aumento. Esto significa que también los fondos a manejar sean más grandes. Si bien el cargo de presidente lo ocupa Pablo Ceriani, se trata de un hombre de confianza de Recalde. Obviamente, también de Cristina Fernández de Kirchner y de Máximo. En 2021, la empresa estatal recibió $63.500 millones. 

Antes de que Alberto Fernández asumiera la presidencia, Aerolíneas Argentina concentraba el 62,7% del mercado de cabotaje, según los datos del 2019. El cierre de las operaciones del 2021 muestran que del total de los pasajeros transportados dentro del país, 71,2% viajaron por la compañía estatal. En sólo dos años, ganó casi 10 puntos de mercado.

Gran parte de este crecimiento se explica por la salida "forzada" del negocio de vuelos internos de LATAM, que tenía una cuota de mercado de 16%. Otra compañía que dejó de operar en el país fue Norwegian. Hasta el su salida representaba 6,5% de las operaciones. Andes y Avianca también abandonaron la pelea y dejaron vacante un poco menos de 3% de los vuelos que realizaban entre las dos empresas.

La gran ganadora de esta concentración de operaciones fue Aerolíneas Argentinas. También las low cost Flybondi y JetSMART crecieron su participación.

Quienes conocen el sector aerocomercial sugieren que el crecimiento momentáneo de estas dos aerolíneas sirve para no hacer tan evidente el camino monopólico al que apunta Aerolíneas Argentinas. La idea final sería el control total de los servicios de cabotaje.

También es cierto que Aerolíneas Argentina, por cuestiones técnicas, no tiene operativa toda su flota de 80 aviones, por lo que no puede, en la práctica, crecer más. Las low cost, con muchos menos aviones, logran un volumen operacional proporcionalmente mayor.

Este tema sería la piedra de la discordia, en los últimos meses, entre Recalde y Biró. El sindicalista tiene una posición más dura y busca la eliminación de las low cost. Hay que recordar las palabras de Alberto Fernández cuando, en la campaña del 2019, le prometió públicamente al gremialista “todos los cielos para Aerolíneas Argentinas”. Biró espera que cumpla.

Por otro lado, Recalde – que hoy está en el Senado pero nunca dejó de ser un referente en la línea aérea desde su paso por la presidencia – tiene una posición menos rígida, al menos ante los ojos del sindicalista. La Cámpora parece ser una agrupación que va diluyendo su poder y Biró cree que la sociedad con estos “jóvenes” kirchneristas ya le queda chica.

Las cancelaciones de vuelos de estos días responde a una puja gremial que refleja el estado deliberativo dentro de la compañía por el reparto de poder. Biró quiere el control total de la compañía, pero no puede, por ahora, dar una batalla abierta contra Máximo Kirchner.

Pero el avance hacia una mayor concentración aérea está en marcha y las víctimas serán las dos compañías low cost que siguen operando. La decisión de restablecer el sistema de bandas tarifarias le pone un piso al precio de los pasajes por lo que le quita a Flybondi y JetSMART la esencia de su existencia. Es decir, elimina la posibilidad de competir con precios.

Esta claro que, más allá de las formas, el camino conduce a una mayor concentración del cabotaje en manos de la compañía estatal. En el mismo sentido evoluciona el mercado internacional, aunque de manera más lenta y con menor facilidad. No es lo mismo embestir contra dos pequeñas aerolíneas que operan localmente que hacerlo con grandes compañías a nivel mundial. Sin embargo, las medidas restrictivas y el otorgamiento de frecuencia desalienta también la competencia. 

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