Elecciones

PASO 2021: la elección en la que los líderes no motivaron ni a sus propios "ejércitos"

Esta campaña, que es rechazada por la mayoría de la población por "vacía" y "limitada", sin ideas ni propuestas novedosas, cuenta con otra complejidad aún no analizada y es que los partidarios de las fuerzas mayoritarias no están de acuerdo con las estrategias definidas por sus respectivos líderes.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare viernes, 10 de septiembre de 2021 · 20:18 hs
PASO 2021: la elección en la que los líderes no motivaron ni a sus propios "ejércitos"
Foto: Prensa Diputados Nación

El domingo empieza la primera etapa de una elección que terminará en noviembre cuando se vote por los diputados, senadores y diputados provinciales y concejales, que son la verdadera preocupación del gobernador Axel Kicillof y de los intendentes de todos los partidos. Para las “grandes ligas” quedará la composición del parlamento nacional, cuestión que sí preocupa al oficialismo de Cristina Fernández de Kirchner, Alberto Fernández, Sergio Massa y Máximo Kirchner.

No es que la conformación legislativa no sea cuestión que atañe a la oposición, pero lo que se produce ahí dentro es sólo material de discurso. La verdadera preocupación de Juntos, lamentablemente, es la posibilidad de la vuelta al poder. No porque esté mal que proyecten una victoria en 2023, sino por las tensiones permanentes que van a atravesar hasta que zanjen, si lo hacen, el definitivo reparto de roles entre los principales dirigentes radicales y del PRO.

Sin embargo, hay algo que en ambos lados destacan. No sienten que sus campañas, diseñadas en otros lugares, motiven a movilizar a sus propios dirigentes y referentes. Ni el Frente de Todos ni Juntos creen que la manera en que se dio la discusión política les sirva para el futuro inmediato. 

El peronismo, en modo unidad aunque con dudas

Como ya se ha escrito, el oficialismo padece de una dualidad que trasciende el escenario donde se muestran unidos y con un discurso con dos ejes centrales. La herencia de Mauricio Macri y la pandemia que les impidió transformar la realidad recibida hace casi dos años.

Sin embargo, a la par que se promociona el plan de vacunación contra el covid como un éxito y se explicita una mejora en la actividad económica, en el propio Frente de Todos hay voces que piden la salida de varios ministros.

Todos creen que si esto se produce, cualquiera sea el funcionario tocado, debilitará al presidente. Entonces se produce una reacción de sus ministros más cercanos a los que le mostraron su escaso poder a la hora del cierre de listas de candidatos, donde el presidente sólo pudo mostrar la designación de los cabezas de lista que él propuso. Todo lo demás le es ajeno y hasta hostil.

El gobernador Axel Kicillof sigue ajeno a todo lo que pasa fuera de su circuito cerrado con la vicepresidente. No le interesa, parece, abrirse a nuevas amistades y mucho menos relacionarse con la política del territorio que conduce. Esto lo perciben no solo los intendentes, que no lo invitan a participar de la campaña, sino que también lo traducen las actitudes asumidas por los principales jefes políticos de la Provincia, Sergio Massa y Máximo Kirchner.

Los jefes comunales, parece, no han encendido todos los motores para la campaña del domingo. “Trabajan con el freno de mano puesto”, se quejó, aunque aceptando la situación, un importante funcionario nacional días atrás. Ellos quieren mostrar cuánto necesarios son y por eso mostrarán predisposición pero no exagerarán. Después del domingo sí, una vez que saquen cuentas y vean cómo quedarán en sus respectivos concejos deliberantes”.

En ese momento tampoco pelearán por la lista “nacional”, sino que lo harán para mejorar la oferta local. Un vecino de la zona norte, que suele tener mejores resultados que sus referentes de cúpula, aceptó los otros días que debían empezar con el delívery de boletas cortadas apenas se oficialicen las nuevas boletas.

Sin posibilidades de ser reelectos, están en una encrucijada. Saben que no pueden presionar y quedar como unos “locos sueltos”, pero al mismo tiempo necesitan mostrar cuán importante son. La distribución de boletas cortadas, con candidatos nacionales de todos los partidos políticos pero con el tramo local propio es una buena manera para marcar quien importa más y quien menos en cada localidad.

Juntos, pero distintos

La construcción política que desembocó en Cambiemos no existe más. Explotó por el aire tras el fracaso del primer Gobierno de Mauricio Macri y el paso del tiempo que le permitió a la Unión Cívica Radical proponer nuevos referentes que pasaron lejísimos de la presidencia de Fernando De la Rúa, hace que la discusión sea otra de ahora en más.

Macri, quien superó una imagen negativa inicial, cuando amanecía el siglo XXI, se consagró jefe de gobierno porque concitó la atención de una sociedad que se había siempre expresado radical o no peronista. Eso le dio volumen político y el incendio de Cromagnon corrió el velo de un gobierno porteño atravesado por la corrupción de Aníbal Ibarra.

De ahí empezó a crecer y sus amigos que se animaron a participar en política usufructuaron su crecimiento. El único que venía a la par fue su primo, Jorge, quien ya trajinaba el conurbano y asumió como diputado provincial a mediados del 2000.

Compromiso por la Ciudad y Unión Pro fueron los instrumentos utilizados por los originales radicales desencantados por la Alianza. Y la materialización de ese camino fue la PASO entre el ex presidente, Ernesto Sanz y Elisa Carrió. De aquel 3,8% que consiguió el ex presidente de la Unión Cívica Radical a la actual situación, de una buena elección bonaerense apalancada por tres gobernadores, es otra cosa.

A pesar de esta nueva musculatura, los radicales tienen sus propios problemas políticos y personales. Mientras que Martín Lousteau es acusado de ser “socio” de Horacio Rodríguez Larreta, éste responde que Gerardo Morales lo es del presidente Alberto Fernández y de Sergio Massa. Rara situación si ambos tienen razón…

En la Provincia de Buenos Aires, donde se da “la madre de todas las batallas”, tampoco hay demasiada calma. Es casi un hecho que tras la elección de noviembre se revisen varias afiliaciones, entre ellas la del intendente de San Isidro, Gustavo Posse, que está apoyando al PRO en las PASO de septiembre. También se verá que rol asumirán los hermanos Manes. Mientras que Facundo pretende realizar una gran elección para sentarse entre los presidenciales, su hermano Gastón se encamina a presidir la próxima convención nacional, ¿en alianza con Morales, Alfredo Cornejo o los porteños que conduce Enrique Nosiglia?...

En cuanto al PRO, a Horacio Rodríguez Larreta le demandará un esfuerzo mucho más importante que el que le llevó, y no fue poco, instalar su idea de “lado a lado”, cambiando los candidatos de la Ciudad a la Provincia y viceversa. Eso dejó muchos heridos y desconfiados, empezando por los propios intendentes que trabajaron a reglamento. Sólo los moviliza las ganas de volver a ser oficialismo nacional y provincial, pero las heridas abiertas demandarán mucho esfuerzo para cicatrizar.

En el medio se cuela la mini batalla entre las “viudas” de María Eugenia Vidal, autodenominados “territoriales”, que quieren demostrar su valía imponiéndose en los distritos donde hay PASO entre candidatos del propio PRO o sacando grandes diferencias donde no gobiernan, en la que la mayoría de sus referentes quedaron como candidatos.

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