Gobierno bicéfalo

El albertismo, su nueva etapa y el último tiro en contra de la doble conducción

Alberto Fernández no se peleará con Cristina Fernández de Kirchner. Eso no está en duda. El tema es qué hará ella en caso de que vea que todo lo que suponía para sí y los suyos siga desvaneciéndose. El crecimiento de una corriente que le pide que gobierne sin consultar a nadie se agiganta.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare domingo, 21 de noviembre de 2021 · 19:52 hs
El albertismo, su nueva etapa y el último tiro en contra de la doble conducción
Foto: Telam

Las fuerzas se han equilibrado, no porque algún sector en particular haya crecido o tomado una musculatura superior después de la elección, sino porque todos cayeron hasta el sótano y en esa caída también está la vicepresidenta, hasta ahora la dueña única e indiscutida del espacio. 

El lema que se abrió a inicios de 2019, "Con Cristina sola no alcanza, sin ella no se puede", parece que ahora está transformándose a "Con Cristina sola no alcanza, pero con ella no se puede". Así, el nonato albertismo hace como que la vice no existe. Convoca a actos a la que ella no quiere ir y su hijo pretende que no se hagan. El del Día de la Militancia pudo haber sido el más emblemático, pero antes habían pasado cosas.

Día de la Militancia, donde el único orador fue Alberto Fernández

Una de ellas, la más importante, fue la reunificación de la CGT, cuyo confederal tampoco tendría que haberse convocado si era por el deseo del hijo de los dos presidentes. Los gremialistas se juntaron igual, armaron una nueva conducción, unificaron personería y metieron adentro a un aliado estratégico del kirchnerismo duro hasta hace un poco como lo es la familia Moyano.

Ahora viene el tiempo del PJ bonaerense, adonde debería asumir el joven Kirchner el 17 de diciembre. Seguro no habrá elecciones y las autoridades que debían elegirse antes de fin de año se postergaron para marzo del año que viene. Quizás se haga todo junto en aquel momento. No habrá fiesta si lo hace en diciembre luego de todo lo que hizo para conducir el partido que terminó derrotado el domingo pasado. 

Por ahora, en el kirchnerismo explícito se mantiene en silencio. Y todo lo que ha mostrado son algunas reacciones personales de enojo de Máximo Kirchner contra el presidente Alberto Fernández y el gobernador Axel Kicillof, con quien mantuvo una durísima discusión en la noche del 14. Que haya llegado tarde a la plaza del Día de la Militancia, rodeado para que no lo toquen, muestra que está enojado y no quiere hablar con muchos. 

Máximo Kirchner ha mostrado enojo contra el presidente Alberto Fernández y el gobernador Axel Kicillof,

La Cámpora sufrió una pérdida impensada. Facundo Tignanelli, presidente del bloque de diputados provinciales, no llegó a ser reelecto. Eso no estaba en los planes de nadie, mucho menos del legislador que fue noveno en la lista de la tercera sección electoral para "ceder" en pos de la unidad. Otra factura que quedará para que alguien la pague.

El otro que no quedó muy bien parado y tuvo que guardar sus posturas de quien sabe más que el resto es Axel Kicillof. El gobernador tuvo que hacer en dos meses lo que los intendentes le reclamaban desde antes de su asunción y durante casi dos años. No solo los tuvo que incorporar al gabinete, sino que ahora se debe montar en su criterio para hacer política en el territorio que gobierna. Hasta apoya lo que nunca quiso, como las reelecciones de los jefes comunales. El cree que deberá ser por ley, aunque de esa forma no sale. 

En el nonato albertismo hay algunos que van más rápido y otros que lo piensan más de un tiempo. En el primer lote, por supuesto, está el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta. Amante del automovilismo, cree en la velocidad pero fundamentalmente en la intrepidez. "Agarro la autopista y voy, y sí en el medio capaz me llevo un espejo propio o ajeno, le hago algún rayón al auto, pero voy", grafica siempre  sentado delante de una colección de autos en escala de todo tipo y color.

"Eso sí... No le doy nunca al radiador", certifica y se ríe. Es que sabe que a veces va tan rápido que cuando llega a un punto de la ruta trazada se queda solo. "Sí, no todos tenemos el mismo ritmo, pero por lo menos voy abriendo paso". Si bien parece que está solo, él cree que no lo está. "Somos muchos, y ahora todos se dan cuenta".

En ese lote Zabaleta cuenta a gobernadores, intendentes, la mayor parte de la dirigencia sindical y hasta "los dueños del dinero, que saben que nosotros no quemamos plata". 

Juan Manzur, como jefe de gabinete, ordena algo que a Fernández mucho parece no le gusta, como lo es la conducción directa y el minuto a minuto del trabajo del gobierno. Sabe que más de una vez sufre de alguna mala pasada por aquellos que quieren estar ahí, pero no le importa demasiado. Ni siquiera las opiniones de la vocera Gabriela Cerrutti, quien más de una vez dice cosas que el tucumano no entiende. 

Hasta ahora no hubo cambios y muy pocos creen que lo habrá. La llegada de gobernadores para ayudar y apuntalar la gestión que "ahora empieza sin pandemia" esperará algún tiempo más. Todo está enfocado en el acuerdo con el FMI y fundamentalmente si, con posterioridad o antes de la firma, habla la vicepresidenta. 

En este nuevo momento, hay espacio para alguna fantasía impensada hasta hace unos meses. No porque no lo quisiera, Gabriel Katopodis sabe que es un buen momento para exteriorizar una intención reconocida por muchos pero nunca publicitada. Ser el candidato a gobernador que represente al espacio. 

Las dudas con Martín Insaurralde son pocas. Todos saben que es hoy por hoy número puesto para reemplazar a Kicillof. No habrá unidad ni dedazo, y él es el par entre los pares intendentes. Pero si él queda representando a La Cámpora la lucha estará lista para la próxima PASO.

Por supuesto que si es por expectativas Sergio Massa nunca pierde las suyas. Siempre termina siendo el que traduce las tensiones en treguas, aunque sean momentáneas. Sin embargo, debe regenerar las dudas que dejó en los últimos tiempos entre muchos de los que hablan con él habitualmente. Sin lugar a dudas un relanzamiento de gobierno lo podría tener entre las figuras convocadas. Habrá que ver.

En tanto, después de muchas amenazas y tomarse su tiempo, Sergio Berni no se va a ningún lado. Cree que puede ser todo, pero por ahora será ministro de Seguridad, porque se lo pidieron y porque quiso. Su fuerza política no es aún una corriente y seguro que, cuando se presente, tendrá muchos más adherentes "independientes" que partidarios. 

En resumen, los intendentes con la posibilidad de estar en una lista en las próximas elecciones serán fundamentales para la remontada deseada. "Si empatamos en el peor momento, con ninguno de nosotros en la cancha, si nos dan una mas seguro que haremos una grandísima elección", se entusiasma uno de los jefes comunales consultados. 

Con esta situación resuelta, más la ayuda de la recuperación económica y la necesidad de no hacer más líos, todos creen que se abre una gran etapa.. Lo que nunca cuentan es que la mayoría de las veces los problemas no nacieron de otros, sino de la cabeza misma del gobierno nacional, que aspiran deje de ser bicéfala.  

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