Entrenó para situaciones extremas y luego... decidió casarse
Un agente del Grupo Especial de Operaciones Penitenciarias de Mendoza (GEOP) pasó 40 días junto a sus compañeros como parte de un duro entrenamiento. En la ceremonia de egreso, pidió permiso y aprovechó para hacer un gesto que sorprendió a todos.
"Un acto heroico", anotaron en las redes sociales del Servicio Penitenciario de Mendoza. Y es que para muchos la vida en pareja es más desafiante que el entrenamiento más duro. Quizá por eso Walter Batochia decidió aprovechar la ceremonia de egreso del curso básico del Grupo Especial de Operaciones (GEOP) para proponerle matrimonio a su compañera.
La preparación fue exigente: 40 días alejado de sus seres queridos y, sobre todo, de la agente Cintia Belén Risso, que cumple funciones en la Unidad de Seguridad y Traslado. En ese lapso, el efectivo tuvo tiempo de hacer flexiones y simulacros, pero también de pensar en un futuro con la mujer que le quitaba el sueño.
En consecuencia, al concluir el acto de graduación en la base GEOP de la cárcel de Almafuerte, Batochia solicitó permiso a las autoridades para llevar adelante una valiente acción: pedirle matrimonio a su pareja. Sus compañeros -que, como él, llevaban la cara oculta por un tizne negro- rodearon a la pareja con sus diplomas en mano.
A juzgar por los retratos, parece que la novia aceptó, ya que se ve a los presentes aplaudiendo y a los protagonistas en un abrazo emocionado. Como buen penitenciario, Batochia ya tiene "esposa".