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La mendocina que se fue a Madrid a vivir de su pasión

El alto rendimiento deportivo siempre fue un ámbito reservado para los hombres. En esta nota, hablamos con Malen Rodriguez, preparadora física en La Liga de Honor de rugby de Madrid, sobre cómo es trabajar en este ámbito.

Brunela Villarroya
Brunela Villarroya viernes, 2 de septiembre de 2022 · 13:00 hs
La mendocina que se fue a Madrid a vivir de su pasión
Malen es una joven amante del deporte y entrenadora de la liga de rugby. Foto: Instagram.

Malen Rodríguez tiene 23 años y se dedica a deportes de alto rendimiento. Actualmente, trabaja en un gimnasio como entrenadora personal y como preparadora física en La Liga de Honor B de rugby, en el club A.D Ingenieros Industriales de Madrid, donde ella tiene un reto bastante interesante por la competitividad del mismo. En esta nota, hablamos con ella para conocer acerca del tema y sobre cómo se trabaja en un ámbito históricamente relegando para los hombres siendo mujer.

Comenzó la entrevista contando que es argentina pero vive en Madrid desde hace 5 años, porque le salió un fichaje en un club de básquet, entonces, decidió ir a estudiar Ciencias del Deporte por un año y a disfrutar del deporte que realiza desde muy chica. Luego, al vivir una experiencia increíble, decidió quedarse a vivir allí.

Desde pequeña se siente muy atraída por los deportes. Foto: Gentileza.

¿Cuál fue el pequeño paso que te llevó a estar donde estás hoy?

Claramente el no quedarme quieta, siempre intentando aprender algo con todas las personas que me fui cruzando, tanto en la carrera como en mi vida deportiva. Como también, no esperar a que las oportunidades vengan a uno sino salir a buscarlas y no tener miedo a los obstáculos o los retos que se puedan presentar porque al final, de alguna manera, hay que aprender y nunca se aprende si no nos arriesgamos. 

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo? ¿Qué es lo más difícil?

Lo que más me gusta de mi trabajo es aportar mi granito de arena a las personas que se ejercitan, empezando a notar cambios en su cuerpo, enseñándoles acerca de la importancia de la actividad física y logrando que se sientan más saludables. En el ámbito del rendimiento, me gusta la atmósfera que se forma con el cuerpo técnico y jugadores y el poder ayudar, desde mi lugar, a lograr ese objetivo en común que tenemos como equipo en general. Además, me encanta la implicación y los retos constantes porque siempre se trabaja a mil. Como también, buscar siempre el máximo rendimiento porque todos los equipos a los que te enfrentas son diferentes y la verdad que esa adrenalina e intensidad me gusta mucho.

Trabaja con niños chicos hasta con equipos adultos. Foto: Gentileza.

Lo más difícil es que el ámbito del rendimiento siempre te exige dar lo mejor, lo más actualizado y el entrenamiento que más se adapta a las exigencias del equipo y eso varía las exigencias a nivel personal. También, es complicado poner un freno cuando la competición a veces no te lo permite.

¿Cuáles son los obstáculos de trabajar en un deporte como el rugby, sabiendo que siempre estuvo relegado para los "hombres"?

Uno de los mayores obstáculos es que se carga con una mochila inicial de prejuicios que nos obligan a demostrar que esto no es así, por ejemplo, por ser mujeres somos menos o no nos adaptamos de igual manera a las exigencias y eso es algo totalmente erróneo. No deberíamos entrar con esa carga porque ese lugar es de aprendizaje y no se deberían tener esas presiones extras, como se le da a cualquier hombre en el mundo del deporte. Si bien, no pasa en todos los ámbitos laborales porque a mi no me pasa pero se que le sucede a muchas conocidas. Creo que eso es algo a mejorar y a seguir mejorando como sociedad pero es verdad que hay gente que sigue con pensamientos retrógrados que hacen que el deporte no esté 100% igualado respecto al deporte y al lugar que se le da a la mujer en el mismo.

¿Qué le recomendarías a una mujer que quiera seguir estos pasos y moverse en ese entorno?

Yo desde pequeña tuve que escuchar bastantes comentarios sobre mi participación como mujer en el deporte y creo que lo mejor que hice fue nunca escucharlos. Como consejo, oídos sordos a personas necias, como dice la frase, porque si me detenía a escuchar eso, no lograba hacer ni la mitad de las cosas que logré en el ámbito deportivo. Y, sobre todo, apoyarse en referentes y charlar con gente que pasó por situaciones parecidas, eso impulsa a seguir creyendo y confiar que cada vez se le va dando más lugar a la mujer en el deporte. Es clave no tener miedo, ser caradura y ser parte de este cambio que se está produciendo.

Muchas gracias Malen por compartir tu amor por el deporte y contar tu historia siendo parte de mujeres en el ámbito del rugby. ¡Tu historia creemos que inspirará a muchas otras!

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