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Cosas que no hay que hacer si se quiere beber bien un vino: hoy, las copas

En esta serie de columnas vamos a revelar algunas cuestiones que no deben hacerse para todo aquel que se está iniciando en esto de tomar vino, y para ese enófilo que busca llegar a la excelencia. ¿El tema de hoy? Las copas.

Federico Lancia
Federico Lancia miércoles, 30 de junio de 2021 · 01:50 hs
Cosas que no hay que hacer si se quiere beber bien un vino: hoy, las copas
Algunos tips sobre copas para disfrutar mejor de un vino.

Antes que nada quiero decirte de entrada que siempre la primera recomendación es no empezar con la negación. En todo en la vida. No te niegues a tomar un vino si no tenés copas como las que acá te describiré. Simplemente esta columna tiene el fin de ser útil, y de informarte de algunas prácticas que resultan contraproducentes a la hora de disfrutar el vino. 

Copas y más copas.

Vamos a comenzar con esta serie de consejos, que incluirá distintos puntos del disfrute del vino, como la degustación, la compra, las situaciones cotidianas, cómo influyen los agentes externos y las modas para que la experiencia resulte placentera. Hoy es el turno de centrarse en un aspecto muy importante: las copas. 

Quizás lo hayas visto o escuchado en algún lado: no es lo mismo tomar el vino en cualquier recipiente. Ahora... ¿Por qué? Lo primero que tenemos que saber es que la copa ayuda al vino a proyectar su aroma en la nariz, cosa que al vaso le resulta muy difícil, porque vuelve plano su aroma. 

Otro elemento importante es el material de la copa. No es lo mismo el vidrio que el cristal. Un aspecto a tener en cuenta cuando compramos una copa es este. Los distintos materiales modifican nuestra percepción con el vino, sobre todo en la textura. Los hace más sedosos o más corrugados. 

Que no hacer con las copas y el vino

Una de las costumbres habituales cuando nos servimos es llenar el recipiente donde estamos bebiendo. Lo aconsejable con los vinos, es llenar la copa hasta el Ecuador, que es donde se comienza a ensanchar. Esto es por varias razones. La primera, porque nos permitirá tener un control más preciso del líquido para poder agitarlo levemente y que suelte los aromas. Segundo, con la copa llena la situación puede volverse un desastre, cuando la giramos, volcando todo el líquido. Esto de poder "mover" el vino en la copa es importante porque así se oxigena, suelta el alcohol y podemos disfrutarlo en plenitud.

Así se toma bien una copa: desde el tallo.

Otra cosa que no hay que hacer es tomar la copa de la panza, es decir, de la parte que está en contacto con el líquido. Para eso están los tallos o el pie.

Si agarramos mal la copa, lo primero que vamos a lograr es que el vino salga de su temperatura ideal, lo calentaremos y cuando lo degustemos sólo percibiremos alcohol. Además nos va a complicar los aromas del mismo, ya que cuando llevemos la copa a la boca, también sentiremos los olores de nuestra mano. 

Datos claves

Siempre es importante recordar que el 80% del sabor de las cosas está en los aromas. Por ello, es esencial elegir una buena copa para cada tipo de vino. A continuación una datos importantes que tenés que tener siempre en cuenta:

- Los blancos es mejor beberlos en copas con aberturas angostas, que destacan de gran forma su acidez.

- Los tintos precisan una copa de mayor volumen, para el intercambio de alcohol y oxígeno y poder reconocer gustos y sensaciones.

- Podes optar por un vaso, como hacían nuestros abuelos, pero es importante que sepas que el vino se calentará. 

- La copa preferentemente tiene que ser de cristal y transparente. Es decir que no estén talladas y con color. 

- La copa, en su diseño, es importante que se curve en la boca para retener aromas. 

- El equipo básico para casa es: una copa de espumante, una de vino blanco y una de vino tinto.

- Nunca servir más allá del Ecuador.

- En el brindis ser cuidadoso, y tratar de chocar la parte más “panzona" de la copa, que es la más resistente. 

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