Mariano Di Paola habló con MDZ y reveló cuál es, en su opinión, el mejor vino
Uno de los máximos hacedores del vino en Argentina habló con MDZ en nuestros encuentros semanales. ¿Los temas? La relación con los consumidores, los nuevos profesionales de la industria y hasta su vínculo personal con el fútbol.
Mariano Di Paola es uno de los grandes referentes que tiene la industria del vino en la Argentina. El enólogo de Bodega La Rural y Rutini Wines tiene a su cargo una de las marcas de vinos más importantes.
Con más de 40 cosechas bajo el hombro y con un respeto absoluto de toda la industria del vino mundial hacia su persona, quien además de reconocido winemaker mundial ha sido docente de generaciones, habló con MDZ en una nota exclusiva.

- Mariano, hay una transformación enorme en el consumo. Si uno mira 40 años para atrás, Argentina estaba dentro de los cinco países donde más vinos se tomaba. Hoy estamos por debajo del puesto 20. ¿Qué pasó?
Estamos hablando de principios de los 80, cuando el consumo per cápita de vino llegó a los 98 litros y eran otros tipos de vinos. Varias cuestiones culturales fueron evolucionando, la gente fue cambiando, la cultura de tomar menos pero mejor llegó, y creo que ahí fue donde comenzó lo que tenemos ahora. Más calidad, si. Menos consumo también.
Mirá la nota completa acá:
- Las bodegas en donde trabajás pertenecen, en parte, a Nicolás Catena. Dentro del mundo Catena, ¿Sos el que más tiempo lleva?
- Claro, digamos el más antiguo, no viejo (risas). Este 2023 cumplo 35 años y lo cierto es que tengo que agradecer mucho, porque me han permitido soñar. Te dejan equivocarte y te dan la oportunidad para hacer cosas nuevas. Eso te da entusiasmo y ganas de seguir trabajando y seguir soñando.
- Hace diez años, en la Argentina, los vinos eran cargados de madera, sobremadurados. Hoy las mismas personas que hacían esos vinos, casi que denostan a la madera: ¿Que opinás de esto?
- La madera es un condimento excepcional para los vinos. Pero, así como sucede con la sal en las comidas, tiene que ser usada en su punto justo. Al final es el consumidor el que manda, y en un principio a los consumidores de Estados Unidos (nuestro principal mercado) les gustaban esos vinos cargados. Después eso cambió, porque es importante el equilibrio con la fruta. Pero un vino sin madera es como un asado sin sal.

- Hay algunos nuevos enólogos que dicen que lo que se hizo antes no sirve: ¿Qué te genera esta afirmación?
- Está bien el cuestionamiento, es sano cuando se platea desde una evolución natural de los vinos y buscando siempre la calidad. Hay que ser consciente de que no te podés perpetuar en un trabajo, en una posición o en un cargo, porque la vida pasa y los reemplazos vienen. Soy muy respetuoso de la opinión de los jóvenes y sobre todo al haber tenido muchos años de docencia, más. A los jóvenes que vienen buscando su oportunidad hay que permitirles que se equivoquen, como me lo permitieron a mi en su momento.
- Los vinos argentinos en los segmentos de bajo precio tienen una calidad mayúscula. ¿Coincidís con esta idea?
Sí. Claramente. Ahí nosotros hacemos una gran diferencia, junto a algunos ejemplares chilenos que están muy bien también. Y la verdad es que en el mercado mundial hay vinos de otros países importantes que no están tan bien ni compiten en ese segmento de precio. Hay países que tienen vinos más caros que los entry level argentinos, y son peores en calidad. Yo creo que son lugares donde la viña es mucho más cara, donde la mano de obra también es onerosa.
- Y sobre esa idea que ronda en algunos fanáticos del vino y grupos en donde hay especialistas en la materia, que dicen que las bodegas grandes son “industriales”, casi despectivamente… ¿Qué tenés para decir?
- Qué no (risas). El que conoce nuestra bodega, por ejemplo, se va a dar cuenta que no es así. Nosotros podríamos hacer 20.000 litros por año del mejor vino, pero tenemos uva de calidad para hacer 300.000 litros de ese mismo ejemplar. Entonces es mucho más fácil elegir y después lógicamente va enriquecer lo que viene más abajo. Si en cambio estás en un garage y tenés 10.000 kilos de uva solamente, todo te tiene que salir bien. No podes fallar. Y lo cierto es que no es tan difícil trabajar con volúmenes grandes como se cree.

- ¿Seguís con el vínculo del fútbol? Estás haciéndole el vino a Enzo Francescoli...
- Por supuesto. Creo que a mí el vino me ha dado muchos amigos y hoy disfruto de ellos. Siendo hincha de River, me siento feliz. La oportunidad de recibirlo en casa, en la bodega a Enzo, ha sido incomprable. Pero el vínculo con el fútbol es fuerte: no solo hablo de Enzo, sino de grandes personalidades y no tan solo de River, sino de otros clubes y de otros ámbitos.
- ¿Cuál es el mejor vino?
- El vino que más le gusta a la gente. Porque la verdad es que ya tenés varios: el que le gusta a la prensa, el que gusta a los críticos o el que más le gusta a la gente. Si coinciden, excelente. Sino, elijamos el vino que más nos gusta a nosotros, a la gente, a los consumidores.
- Y tu mejor cosecha, ¿cuál ha sido?
- La que viene. Y es una frase de cabecera que tenemos siempre como filosofía de trabajo. Debemos trabajar para hacer siempre lo mejor. Porque lo mejor siempre está por venir.

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