Entrevista MDZ

La mendocina que navega por los sitios más remotos y helados del planeta: "Cuando comencé no me lo creía"

Guadalupe Aguirre hace 20 años se fue de Mendoza y jamás imaginó que la vida la llevaría a ser parte de expediciones por las regiones polares. Se ha embarcado en los buques más imponentes y, pese a que hace una década navega, aún sigue sorprendiéndose.

Felicitas Oyhenart
Felicitas Oyhenart martes, 31 de enero de 2023 · 07:02 hs
La mendocina que navega por los sitios más remotos y helados del planeta: "Cuando comencé no me lo creía"
Guadalupe Aguirre es mendocina y desde hace 10 años trabaja como guía turística en buques que navegan los polos.

“Realmente no tenía idea de lo que iba a venir en mi vida, no me lo podía imaginar”, confiesa Guadalupe Aguirre y se dispone a contar cómo fue que dejó atrás su vida en Mendoza para dedicarse hace 20 años al turismo en la Patagonia y desde hace una década a embarcase en buques que navegan las regiones polares: Antártida y Ártico.

Si bien Guadalupe se declara una enamorada de Mendoza, su pasión por lo que hace la lleva a seguir explorando su faceta de guía turística en los sitios más remotos y helados del planeta.

Hace dos décadas atrás abandonó su carrera en Mendoza, se fue a vivir al Sur argentino y allí tuvo su primera experiencia vinculada al turismo. Fue un trabajo por pocos días en la estancia más antigua de Tierra del Fuego. “Esos 15 días iniciales se convirtieron en 20 años de carrera en turismo, que hoy por hoy es mi vida”, asegura.

"Tenía un trabajo normal, pero estaba tan cómoda que no tenía ningún desafío”. La empresa en la cual trabajaba me regaló un viaje de incentivo a Antártida, nunca me había planteado un viaje así, pero cuando estuve allí me dije: el año que viene voy a estar acá pero trabajando”.

Ese pensamiento fue clave y marcó el resto de su vida. Fue así como, tras un largo proceso, la mendocina se convirtió en guía de cruceros y buques que viajan a los Polos, una profesión fuera de lo común que la enamoró.

Trabajó para diversas empresas turísticas que hacen este tipo de viajes y que tienen reconocimiento mundial, como Quark Expedition, National Geographic, y hoy es parte del equipo de Albatros Expeditions.

guadalupe aguirre
Guadalupe desde hace 10 años trabaja en buques.

-¿Cómo fue que llegaste a convertirte en guía de estas expediciones polares?
-Cuando volví de ese viaje comencé a buscar trabajo en esto. Le escribí a una agencia que es como el Manchester United, para mi era algo casi imposible, pero pensé: el “no”, yo ya lo tengo. Fue así que les escribí.

Lo primero que me preguntaron fue: ¿sos guía de turismo? y yo no soy guía de turismo, porque yo hasta abandoné mi otra carrera. No soy guía de turismo, pero me gusta, tengo iniciativa, me gusta aprender y hace cinco años que trabajo aquí, le dije.

Ella me respondió: te voy a poner en contacto con la persona indicada, y me puso en contacto con la que fue mi jefa durante un tiempo, una alemana muy estricta de la que aprendí mucho. Ella pidió que hiciera varios cursos, como el de conductor náutico en Ushuaia en pleno invierno. Hubo momentos que yo decía qué hago acá, pero el deseo de estar ahí y lo bien que lo estaba pasando era muy grande. 

Al tiempo me llegó un email que decía "Welcome to the Quark family" (Bienvenida a la Familia Quark) y ahí empezó mi carrera en regiones polares. El contrato fue en ese momento por la temporada, 4 meses y medio, en total 12 viajes ida y vuelta sin ningún día de descanso. 

-¿Cuánto suelen durar estos viajes?
-Depende, los viajes que son Antártida Clásica duran 11 días, que es solamente Ushuaia-Península Antártica-Ushuaia. Después, está South Georgia y Malvinas que son 18 días,  sale desde Ushuaia hace Malvinas, Stanley, South Georgia y después va a Península Antártica y luego sube Ushuaia. Este último lo hice cinco veces. También hay viajes más cortos de 7 días o viajes más largos de 25 días.

-Durante todo esos días, ¿están en el barco o pueden bajar?
-Los pasajeros están a bordo del buque durante los primeros dos días que es el cruce por el Paso de Drake y después se hacen los landings, que son las bajadas en semi rígidos a tierra, a veces se baja a islas y otras veces se baja al Continente Antártico. Porque Antártida es un continente y esa es la gran diferencia entre el Ártico y Antártida, son realmente polos opuestos porque el Ártico es el mar Ártico rodeado de Canadá, Alaska, Rusia, Noruega y Groenlandia y Antártida es tierra rodeada de una masa de agua. 

-Me imagino que vos también has hecho estos landings. ¿Qué se siente en ese momento?
-Se baja en la mañana y en la tarde todos los días y a veces después de cenar. Yo bajaba en todos, porque era mi trabajo. Cuando comencé no me lo creía, no entendía. Después fue algo bastante natural porque trabajaba con un grupo de gente muy colaborador, todos nos ayudábamos, te van enseñando, vos vas aprendiendo a cómo comportarte con los pasajeros, con la fauna, que es lo que tenés que decir y cómo tenés que interpretar, saber sobre el hielo, historia. Todo es realmente mágico.

guadalupe aguirre
En cada viaje el buque se detiene en varias oportunidades.

-¿Cuál es tu rol ahora?
-Soy staff de tierra y me ocupo de toda la logística que tiene el buque en Ushuaia, de armar los grupos, de organizar a los pasajeros en el puerto. En junio y julio me embarcó al Ártico con nuestro nuevo buque que estamos terminando de construir.

-¿Cuántos días van a ser? 
-Voy a estar embarcada dos meses completos sin descanso, porque así es como se trabaja en el mar. Cuando empieza tu contrato no hay días off o libres y cuando termina tu contrato ahí empieza tu descanso.

-¿Cómo son los buques? 
-Los buques son confortables, eso también ha cambiado mucho a lo largo de los años. Antes eran buques realmente de expedición, chiquitos e incómodos. Ahora, como Antártida se ha popularizado y ha crecido tanto el turismo en esa zona, el pasajero busca no solamente informarse y aprender, si no tener una experiencia de lujo y una experiencia cómoda y gastronómica. Hay chef de primer nivel, jacuzzi, spa. Ahora lo que busca el pasajero es el confort, a la vez de la información y de la concientización ambiental que nosotros hacemos.

-Si bien han cambiado las comodidades de estos buques, no debe ser fácil adaptarse. Debe tener sus contras también, ¿no?
-Cuando estás a bordo compartís cabina, yo siempre he compartido cabina con una compañera. No hay privacidad, el único momento de privacidad es cuando cerrás la puerta del baño y te quedás adentro sola. Es el único momento en el cual estás con vos mismo. Es difícil, eso a mí por momentos me resultaba incómodo.
También te perdés cumpleaños, Navidad, Año Nuevo, muchos momentos con tus seres queridos, que al principio no te molesta, pero llega un momento en que te pesa. Por eso, yo ahora elijo estar menos a bordo. Me encanta, pero ahora ya desde otro punto, trabajo un poco más en el back o en el armado de los viajes.

-De todos estos lugares que has conocido en tus viajes de trabajo, ¿qué es lo que más te ha maravillado?
-Lo que más me ha maravillado siempre, me sigue maravillando y me vuelve loca y nunca me iba a cansar de ver, son los osos polares. Cuando empecé a trabajar en Antártida inmediatamente dije quiero ir al Ártico para ver un oso polar y he visto a lo largo de 10 años muchos y todavía me siguen maravillando. Cuando anuncian que hay un encuentro con un oso soy la primera en dejar de hacer lo que está haciendo para ir a ver. 

-Ha cambiado todo a partir del cambio climático, ¿lo has notado vos a lo largo de estos años?
-Hay menos hielo, el hábitat del oso es el hielo. Si bien son grandes nadadores, ahora tienen que irse más al norte para tener más hielo porque tienen menos comida. Tienen que nadar más, cuando nadan gastan una cantidad enorme de calorías de energía, se cansan y transpiran mucho.

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En el Ártico es posible observar osos polares en su hábitat. Foto: Guadalupe Aguirre.

-Ahora la pregunta del millón, ¿Antártida o Ártico?
-En Antártida hay mayor cantidad de fauna y menor variedad; en el Ártico hay más fauna, hay muchas más plantas, hay comunidades indígenas. Yo me quedo con el Ártico porque es más variado y están los osos polares, tengo una locura con ellos.

-Cuándo tenés la oportunidad de interactuar con los huéspedes, ¿qué devolución te dan de Argentina?
-Ellos de Argentina conocen poco. Cuando cada uno de la tripulación nos presentamos tenemos que decir cómo nos llamamos, de dónde somos y cuál es nuestra especialidad en el buque. Yo siempre decía que soy mendocina y decía the land of malbec (la tierra del malbec) y todos entendían de dónde. Me sentía orgullosa de mi provincia y del lugar en el que nací.

-¿Conocen Mendoza?
-¡Si! Muchos extranjeros que he conocido me dicen: Amé Mendoza, su clima, su gente, el vino, la montaña, las viñas. A mí me encanta escuchar eso. Cuando me dicen no lo conozco, pero me encantaría, les hablo de Mendoza. Empecé a valorar mucho más la provincia cuando me encontré rodeada de gente de todas partes del mundo. 

-¿Tenés pensado volver a vivir en Mendoza?
-Sí, en verdad. Me gustaría tener una base mejor armada en Mendoza, yo tengo mi departamento en Ushuaia y tengo mi base allá y me gustaría tener otra base igual acá.

-¿Tendrías un emprendimiento turístico acá en Mendoza? 
-Claro que tendría. Cuando durante la pandemia estuve casi un año acá, vi que hay muchas cosas para hacer, que hay mucho potencial y que se hacen cosas buenas acá. Me gustaría con la experiencia que tengo y con el target de personas que tengo hacer algo acá en Mendoza.

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