Qué es "el muro", por qué tensa la relación Bullrich-Melconian y cómo incide factor Milei
La asistencia del Banco Central al Tesoro y el avance hacia el déficit cero lideran la agenda económica para un eventual Gobierno de Patricia Bullrich.
El único acuerdo cerrado en materia económica al que habían llegado Javier Milei y Mauricio Macri en sus largas charlas, antes y después de las PASO, quedó enterrado luego de la confirmación de Carlos Melconian como potencial titular del Palacio de Hacienda (en toda su extensión).
La reforma radical del Banco Central de la República Argentina (BCRA) en su versión light (una autonomía severa del tipo "muro") o hard (su eliminación como entidad financista del Poder Ejecutivo), no está en el plan de acción primaria del hombre de la Fundación Mediterránea. Al menos, no en un primer momento o en una primera etapa.
Si bien Melconian y su equipo creen que la autonomía es necesaria, no sólo no consideran que se trate de un proyecto urgente y necesario para avanzar en los primeros 100 días de reformas furibundas para cambiar la situación económica y fiscal del país, sino que además creen que si se avanzara en este sentido, sería perjudicial para el plan de acción de una gestión reformista.
El déficit cero en carpeta
La visión que comparten Melconian junto con Rodolfo Santángelo, Daniel Artana, Jorge Vasconcelos, Enrique Szewach y el resto de los economistas que acompañan a Melconian, es que en los primeros meses (quizás el primer año), de gestión, el ministro de Economía debe controlar también el Banco Central, ya que los problemas fiscales y financieros del Poder Ejecutivo tardarán un tiempo en solucionarse.
En especial, la búsqueda del tan ansiado déficit cero, una meta de la que Melconian y su gente abrevan pero que, se sabe, es imposible de lograr en los primeros meses de gestión, salvo un ajuste feroz que consideran imposible de ejecutar. Aun mirando la situación desde la ortodoxia.
Por otro lado, el potencial equipo de Patricia Bullrich cree que es imposible pensar en una apertura absoluta del cepo cambiario y las restricciones al acceso a los dólares desde el primer día de gestión (o incluso desde el primer año), y que se debe pensar en un plan gradual de desmantelamiento de las restricciones de acceso a las divisas en un esquema "bimonetario", al mismo ritmo de recomposición de las reservas del BCRA.
Este proceso, por otro lado, debe ser coordinado desde el quinto piso del Palacio de Hacienda de manera diaria y profunda, y las autoridades que estén en la calle Reconquista deben seguir esas instrucciones del ministro de Economía y, obviamente, el secretario de Finanzas (quien sea nombrado).
El juego de Melconian
Así las cosas, el pensamiento del equipo de Melconian, está convencido de que los vasos comunicantes entre el Palacio de Hacienda y la mesa del BCRA deben ser no sólo sólidos, sino dependientes de la primera autoridad. Al menos, hasta que las reservas estén lo suficientemente sólidas como para que la idea de la economía legalmente bimonetaria sea un hecho, lo que podría ocurrir en el primer año de gestión. O aún más allá en el tiempo.
La relación directa entre Economía y el BCRA con una visión clásica del manejo de la política financiera y cambiaria del país, fue uno de los puntos conversados entre Patricia Bullrich y su eventual ministro, en el encuentro que ambos mantuvieron el lunes en privado cara a cara, para resolver y definir el ingreso del titular de la Mediterránea para que se sume a una campaña política electoral que, hasta esta semana, estaba algo errática.
Con la llegada de Melconian la candidata logró volver a la agenda y ganar un espacio que Juntos por el Cambio (JxC) había perdido ante la victoria por puntos de Milei.
La firma del contrato, sin embargo, implica el desmantelamiento, al menos temporario de la idea de avanzar rápidamente vía una ley del Congreso Nacional para construir un muro de concreto en la relación entre el BCRA y el Ejecutivo, para impedir de manera rápida, profunda e inmediata cualquier tipo de financiamiento y atención financiera (en pesos o dólares) hacia el Ejecutivo. Y el cambio además por un esquema de ministro de Economía plenipotenciario que no sólo maneja las áreas del Palacio de Hacienda en su totalidad, sino también el BCRA. A botonera completa, como se dice en política.
Todo lo contrario a lo que Milei había ya cerrado en sus conversaciones privadas con Mauricio Macri, quien le había adelantado, además, que bajo su consejo también Bullrich aceptaría la aprobación de una ley con este contenido. Incluso se habló de un Luciano Laspina como presidente de la entidad, y responsable de su desmantelamiento de poder de acción o albañil del muro de separación con el Ejecutivo.
De hecho, en ambas agrupaciones, hubo técnicos trabajando para que esta iniciativa sea el primer proyecto de ley a enviar al Congreso de la Nación, tanto si la victoria correspondiera a Milei como a la ahora ya candidata de JxC. El texto del proyecto incluía la generación de una nueva entidad rectora independiente, y limitante de la capacidad de financiamiento al Poder Ejecutivo, generando una revolucionaria relación donde el BCRA no financiara el Ejecutivo, obligándolo de prepo al "déficit cero" desde el primer día de gestión. O desde la aprobación y reglamentación de la nueva ley, ahora en archivo.
El factor Macri
Macri afirmaba en esas conversaciones que la intención de la candidata era que, si le tocaba ser presidenta, esta avanzada sobre el Central se negocie como punto de primera alianza con los libertarios. Pero que, si la victoria correspondiera a Milei, sería el texto de esta agrupación la que quedaría bajo análisis.
El expresidente nunca consideró que Milei pudiera ser presidente, con lo que no se ocupó de profundizar en la idea del vencedor de las PASO. Mucho menos en entender que la intención de Milei es más radicalizada sobre el BCRA, y que planea su propia eliminación o su reducción a la mínima expresión de poder de policía del sistema bancario (no del financiero).
Todo terminó con el acuerdo entre Melconian y Bullrich, cuyos detalles fueron adelantados ayer por este medio. Ambos solucionaron sus diferencias privadas y públicas, y comenzaron una relación que, de triunfar Bullrich, los llevará a ser quizá las dos personas que más hablarán y necesitarán consensuar en un gobierno de JxC. Más teniendo en cuenta que Melconian será una persona poderosa y con mucha capacidad de acción, y que su éxito será el de la eventual presidenta.

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