Devaluación en agenda

Para el mercado, el 11 de diciembre puede llegar muy rápido

Al igual que Macri en 2018, salvando las diferencias, también el tándem Fernández-Massa se gastó la bala de plata. Ahora solo resta esperar el desenlace, que puede venir antes de lo esperado. Sumas y restas en las reservas del Banco Central que preocupan a los mercados.

Jorge Herrera
Jorge Herrera viernes, 25 de agosto de 2023 · 12:00 hs
Para el mercado, el 11 de diciembre puede llegar muy rápido
Para los mercados la devaluación del 14 de agosto no resolvió todos los problemas y hay dudas que pueda mantenerse el dólar oficial hasta octubre. Foto: Canva

Los inesperados resultados de las PASO no hicieron más que embarrar aún más la cancha electoral que de por sí ya estaba bastante anegada. Pero mientras los analistas y politólogos hacen alquimias estadísticas en pos de proyectar escenarios para el 22 de octubre, en el mercado sólo se preparan para la mañana del 23 de octubre, y si no hubiera balotaje, para el amanecer del 11 de diciembre. ¿Qué es lo que están viendo que el resto de los mortales soslaya? Veamos.

Del comunicado del Staff técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI) del 28 de julio se desprendía que venía una devaluación y otros ajustes acordados, y luego de eso el Directorio votarían los desembolsos para Argentina. En el ínterin el Gobierno ajustó tarifas, tras las PASO devaluó y el miércoles pasado el Directorio aprobó el acuerdo. De esta manera el Fondo se ganó la opcionalidad de “ver” el resultado de las PASO, demorando la aprobación tres semanas y el Gobierno se ganó dos semanas, para tener una performance aún peor. ¿Cuánto costó esto? Mucho. El Gobierno dilapidó lo que le quedaba de reservas para llegar al 13 de agosto.

Pero hay un agravante. El Fondo dará US$7.500 millones, pero de eso unos tres mil y pico de millones son para pagarle al organismo los vencimientos de setiembre y octubre. Es decir que eso no se podría tocar. Pero además hay que devolver US$1.000 millones a la Corporación Andina de Fomento (CAF), US$775 millones del préstamo puente a Qatar, y US$1.800 millones a China (porque por ahora los US$8.000 millones restantes del swap no se pueden usar).

Sergio Massa consiguió los dólares del FMI pero los mercados creen que puede haber nuevos saltos en el tipo de cambio.

Entonces, con un total de más menos US$23.000 millones de reservas, más los US$7.500 millones del Fondo, hay unos US$30.500 millones. De eso, hay que pagar casi US$3.600 millones a China, CAF y Qatar, quedan entonces US$26.900 millones y de eso hay US$10.000 millones de encajes que no se podrían usar, quedan US$16.900 millones. Si le restamos el oro, quedan US$12.900 millones, ahí están los US$8.000 millones de los chinos que no se pueden usar. Quedan entonces unos US$4.900 millones, que incluyen otros US$2.000 millones de SEDESA y otros que tampoco se pueden usar. De modo que lo que queda disponible son aproximadamente US$2.900 millones.

En tiempos normales, el mercado de cambio se lleva entre US$2.000 y US$2.500 millones por mes. Por lo tanto, a comienzos de octubre se estará en la misma situación que a principios de agosto. Porque aparte la devaluación del día después de las elecciones generales está tan descontada como la de la post PASO. Entonces, el acuerdo con el Fondo no cambió nada, solo que le permite al Gobierno llegar hasta principios de octubre.

Sin embargo, a pesar de que el Gobierno opera como si no hubiera mañana, o sea, sin horizonte, el resto de los mortales sí tiene horizonte y toma decisiones al respecto pensando en la mañana del 23 de octubre y del 11 de diciembre.

Corolario. El acuerdo con el Fondo no soluciona nada y está claro que el desembolso de noviembre no viene en estas condiciones. Así, habrá un período de unos 45 días de atrasos con el FMI donde seguro no se va a comprometer más y frenará los desembolsos. Quedará entre noviembre y diciembre un agujero de unos US$3.000 millones con el Fondo.

Escenario abierto

El problema es que, a pesar de la devaluación, la dinámica del mercado de cambios no varió. Cada vez menos gente puede comprar divisas. Y todo el ajuste cambiario se irá a precios. O sea, todo sigue igual de mal como antes de las PASO, pero con el perjuicio de que el Gobierno ya se gastó la bala de plata.

La demanda de dólares no cede, pero cada son menos los que pueden comprar.

Ahora todo el mundo sabe que no es que viene una devaluación, sino que vienen dos devaluaciones en lo que queda del año. La del día después de las elecciones de octubre que tampoco va a servir para nada y viene la del 11 de diciembre. Con lo cual no hay ninguna chance de anclar esta economía porque el mercado ya sabe lo que viene, el Gobierno ya le mostró las cartas, lo que va a hacer. Como dice el economista Juan Pazos de TPCG, el equipo económico es como jugadores de póker con lentes espejados, cada vez que levantan una carta la ven todos.

Una prueba elocuente de que el mercado desconfía de que el Gobierno sea capaz de fijar el dólar oficial en $350 hasta el 30 de octubre y le asigna aún menores chances a que pueda hacerlo hasta el 15 de noviembre, son los niveles de la tasa implícita del mercado de futuros de dólar de septiembre-octubre que se encuentra casi en 16% mensual y la de octubre-noviembre en cerca de 23% mensual. Mientras que la de noviembre-diciembre trepó al 25% de la mano de las nuevas expectativas de una salida del cepo más rápida a fin de año.

A todo esto se suma la mayor nominalización por aceleración de la tasa de inflación mensual, y el deterioro de los números fiscales y monetarios, por lo que se está en una configuración de la economía en la que el 11 de diciembre nos puede llegar lo suficientemente rápido. No hay duda que los próximos tres meses serán sumamente desafiantes, para todos.

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