Carrera contra el dólar

En agosto el Banco Central perdió más de US$1.500 millones de reservas

Se viene la primavera y las verdes golondrinas parecen estar retrasadas. Su llegada es imperiosa, de una u otra forma. Sin ellas no hay ningún partido para jugar el 2023.

Jorge Herrera
Jorge Herrera jueves, 1 de septiembre de 2022 · 08:34 hs
En agosto el Banco Central perdió más de US$1.500 millones de reservas
Foto: TELAM

El Banco Central (BCRA) terminó agosto, con más de US$1.500 millones menos de reservas internacionales con las que arrancó el mes. El stock total de reservas brutas informado ayer por el ente monetario descendió a US$36.731 millones. Sin duda un resultado por demás inesperado, o más mejor dicho, fuera de los cálculos optimistas del propio Gobierno y en particular del nuevo equipo económico liderado por Sergio Massa

En lo que se esperaba, según trascendidos y manifestaciones del ministro Massa al asumir en el Palacio de Hacienda, iba a ser un mes de recuperación de reservas, de la mano de iniciativas tales como el “dólar soja”, que induciría a los productores que todavía tenían soja almacenada a venderla y así los agroexportadores pudieran satisfacer al Gobierno liquidando divisas por los nuevos embarques. No lo fue para nada. Ya se está negociando un nuevo “dólar soja” plus, dicen que a $200 (o sea, un 47% más que el actual dólar oficial). Veremos qué le depara el destino y si convencen a los productores de vender.

Por lo pronto, el stock de reservas netas del BCRA no solo quedó lejos de lo que esperaba tener el Gobierno al cierre del mes sino que además sigue estando bien distanciado de la meta pactada con el FMI en el acuerdo vigente que plantea para el trimestre en curso un nivel de US$6.425 millones.

Pero claro antes, hay que obtener el visto bueno del cumplimiento de las metas del segundo trimestre del año, clave para lograr que el FMI haga el próximo desembolso en setiembre. Al respecto, vale recordar que las metas del primer trimestre se cumplieron sin necesidad de solicitar un “waiver” al Fondo, y el organismo terminó desembolsando US$4.005 millones a fines de junio pasado sin mayores dificultades.

En cuanto al renglón de meta de “acumulación de reservas netas” que en el primer trimestre era de US$1.245 millones y se llegó a un nivel de US$1.523 millones, vale señalar que se (sobre) cumplió gracias a que el FMI accedió a que se computaran como aumento de reservas desembolsos del organismo por US$1.872 millones.

Ahora se viene la auditoria del cumplimiento de metas del segundo trimestre, examen que deberá rendir el binomio Massa-Rubinstein ante los técnicos del Fondo la próxima semana en Washington. El cumplimiento de las metas del segundo trimestre viene más complicado aunque, como descuenta gran parte de los analistas, es probable que llegue el desembolso de septiembre con un “waiver” por el incumplimiento de la meta de reservas netas. La meta pactada originalmente era de US$4.100 millones, luego fue recalibrada a US$3.450 millones y el dato real fue de US$2.005 millones.

Sobre este incumplimiento cabe destacar que ocurrió a pesar de la flexibilización de la meta, el (improvisado) apretón del cepo a las importaciones de la última semana de junio y de la ayuda extra que fue la venta de dólares de bancos oficiales al BCRA.

Los expertos más avezados en estas lides con el Fondo consideran que es probable que haya desembolso del FMI en septiembre con waiver por el incumplimiento de la meta de reservas netas del segundo trimestre, pero advierten que habrá que monitorear si Massa logra cumplir con las metas del tercer trimestre para que llegue el desembolso de diciembre que a la luz de los acontecimientos es absolutamente imprescindible.

El BCRA ya ha perdido en lo que va del año casi US$3.000 millones de reservas. En un año de un “súper” superávit comercial y con un férreo cepo cambiario. Lo que una vez más prueba la impericia de los controles y la estrategia cambiaria. Hoy en día las reservas netas, es decir, restando los swaps con China, el BIS y con otras entidades, los encajes de los argendólares (de los depósitos en dólares), el oro y los DEG del FMI, estarían rozando casi una posición muy cercana a cero. Por eso es imperativo que Massa consiga algún fondeo para recomponer reservas, ni que hablar que el FMI concrete el próximo desembolso. Sin reservas, no hay ningún partido que disputar. Y eso lo tienen en claro todos, en el mercado, en el Gobierno, y en Washington.

El primer mes de Massa, en términos de compra de reservas, mostró una primera semana tremenda, el BCRA vendió neto US$692 millones. En la segunda, se moderó la pérdida pero tampoco ganó sino que vendió US$126 millones netos. Recién en la tercera semana logró ganar, o sea, salir comprador neto de sus intervenciones por US$122 millones. Y en la cuarta, mantuvo la performance y ganó otros US$159 millones para cerrar el mes en la última con apenas US$17 millones. Para tener una idea del abismo existente, en realidad, el BCRA debería haber comprado por día no menos de US$100 millones, y no por semana. Lo visto en agosto le mete presión a lo que viene, sobre todo a la negociación con el Fondo.

Cabe recordar que en los albores de la gestión Massa, con el objetivo de conseguir reservas en el cortísimo plazo, el ministro solo anunció un acuerdo por un adelantamiento de exportaciones por US$5.000 millones provenientes de sectores primarios; US$750 millones adicionales por parte de la CAF más el ingreso de US$1.200 millones de organismos internacionales, que se sumarían a los desembolsos del FMI.

Además, dijo que había 4 ofertas para realizar operaciones de repo en dólares con bancos de inversión extranjeros que se utilizarían para recompra de títulos en moneda extranjera. Lo de los agroexportadores ya se vio que no funcionó como se esperaba y vendrá una revancha, pero del resto de las operaciones no hubo detalles adicionales. Tampoco novedades.

Ver para creer. En la medida que la caballería no llegue, los indios se acercarán más al desprotegido fuerte a sabiendas que en el BCRA hay pocas balas, o casi ninguna.

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