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Precio vs. valor: cuál es la diferencia al momento de invertir

Muchos inversores confunden estos dos conceptos y los toman por sinónimos, pero son muy diferentes y entenderlos ayudará a ganar dinero en la bolsa.

Inversor Global
Inversor Global martes, 19 de julio de 2022 · 22:20 hs
Precio vs. valor: cuál es la diferencia al momento de invertir
Foto: Pexels

Por Diego Matianich*

En el ámbito bursátil circulan numerosos conceptos que sirven para hablar sobre finanzas de forma precisa. Muchos de ellos son intuitivos y no necesitan ser explicados, como “tendencia bajista” o “ganancia real”, mientras que otros pueden utilizarse como sinónimos, tales como “fondo de inversión” y “fondo mutuo” o “bonos corporativos” y “obligaciones negociables”.

Sin embargo, existen dos en particular que se confunden constantemente: precio y valor. Como dice el legendario inversor Warren Buffett, “precio es lo que pagas, valor es lo que recibes”. ¿Qué significa esto realmente?

Warren Buffett enfatiza en que hay que aprender a diferenciar el precio de un activo de su verdadero valor. Fuente: Pexels.

Precio es lo que se paga

El precio de un activo financiero es un dato exacto. Simplemente al observar una plataforma de información financiera como Bloomberg, Reuters o TradingView se puede averiguar fácilmente. Por ejemplo, en este momento, una acción de Apple cotiza a USD 151,05.

A lo sumo variará el costo final dependiendo de las comisiones del agente utilizado, los impuestos, etc., pero el precio “original”, la cotización a la que se encuentra la acción en el mercado, es uno solo, en cualquier parte del mundo.

Valor es lo que se obtiene

En cambio, el valor de un activo es subjetivo y depende de muchas variables. En las finanzas, el resultado final puede estar vinculado a los flujos de fondos futuros, el mercado en el que se encuentra, su potencial de crecimiento y un largo etcétera.

Determinar el verdadero valor de un activo no es una tarea sencilla. Además, un inversor puede analizarlo de una determinada forma contemplando ciertos factores y terminar con un resultado muy diferente al conseguido por otro individuo.

El precio de un activo es lo que se paga; su valor, lo que se obtiene. Fuente: Pexels.

Analizando el precio

Ahora bien, luego de conocer la diferencia entre precio y valor, es importante saber cómo analizar cada aspecto para así poder tomar decisiones de inversión sensatas y rentables.

En primer lugar, para estudiar el precio de un activo, se suele utilizar el famoso análisis técnico, una metodología que consiste en interpretar los movimientos de la oferta y la demanda en base a las cotizaciones históricas.

Las bases del análisis técnico

El análisis técnico tal y como se conoce se basa en tres principios fundamentales:

  • El precio se mueve por expectativas: si los inversores esperan que en el futuro un evento económico, social, político o psicológico cambie la demanda o la oferta de un activo, buscarán anticiparse a este hecho y alterarán hoy el precio del activo. El análisis técnico expone las consecuencias de un acto, independientemente de cuáles sean sus causas.
  • El precio se mueve en tendencias: el segundo principio clave del análisis técnico es que todos los precios tienen una tendencia, ya sea alcista o bajista, por lo que es importante identificarla para aprovechar su movimiento.
  • La historia se repite: al igual que en otros aspectos de la vida, el análisis técnico indica que los participantes del mercado reaccionan de la misma manera ante eventos de características similares. “La historia no se repite, pero rima”, se suele decir, y este principio también se aplica al utilizar este método de análisis.

Es esencial entender que el análisis técnico no busca predecir el futuro, ya que es imposible. El objetivo de esta herramienta es conocer la situación actual de un mercado para saber cómo actuar en consecuencia y así mitigar los riesgos y explotar las oportunidades.

El análisis técnico sirve para estudiar el comportamiento de la oferta y demanda de un activo. Fuente: Pexels.

Analizando el valor

Por otro lado, resulta esencial saber cómo llegar al “valor” real de un activo. Para esto, se suele hacer uso del análisis fundamental.

Analizar fundamentalmente un activo resulta algo más complejo, ya que hay numerosas variables más en juego, no una sola como sucede en el análisis técnico. En este caso, hay dos métodos para comenzar a buscar el valor de un activo.

Método top-down

Este análisis “de arriba hacia abajo” primero estudia las variables más grandes, las macroeconómicas, y luego va avanzando hacia las más específicas, las microeconómicas. Por ejemplo:

  1. Estudiar la situación económica mundial.
  2. Estudiar los países con más potencial.
  3. Dentro de cada país, elegir los sectores que más futuro tienen.
  4. Dentro de cada sector, escoger las compañías más interesantes.

Método bottom-up

En cambio, el método “de abajo hacia arriba” es exactamente inverso al anterior:

  1. Se buscan empresas con aparente potencial.
  2. Se analizan los sectores a los que pertenecen.
  3. Se analizan los países en los que se encuentran.
  4. Se estudia todo el panorama económico mundial.

Independientemente del método escogido, hay que tratar de quedarse con un pequeño grupo de compañías que tengan potencial de largo plazo.

Valuación de empresas

Cuando ya se tengan las compañías seleccionadas (sus acciones), hay que comenzar a analizar la situación financiera de cada una para tratar de encontrar un “valor intrínseco”, que no es más que una cifra de lo que, en teoría y subjetivamente, debería costar el activo.

En este punto, hay que analizar cuestiones como el balance, de donde se desprende el valor contable, el activo neto real, el valor de liquidación, etc.; y la cuenta de resultados, en donde están los beneficios, las ventas, los ingresos y otras métricas.

También es posible optar por el descuento de flujo de fondos, que trata de traer al presente los beneficios que el negocio generará en el futuro, en base a una determinada tasa de interés.

En este punto, también hay que investigar el equipo de gestión, ya que, a veces, el potencial humano no está reflejado en los balances.

Nuevamente, siempre hay que tener en cuenta que nunca se podrá obtener un único valor comparable con los resultados de otro analista o inversor. Un pequeño cambio en la tasa de interés, la proyección de ganancias o la cantidad de años estudiados puede resultar en un gran cambio presente.

Para encontrar el valor de un activo, es importante estudiar la situación financiera de la empresa. Fuente: Pexels.

Cómo ganar dinero determinando el valor de un activo

Luego de establecer cuál es el valor de un activo, entonces se debe compararlo con el precio de mercado para así poder armar una estrategia de inversión (o trading).

Estrategia alcista

Si el valor es superior al precio de mercado, es decir que el activo está infravalorado, entonces lo ideal es comprar apuntando a que, tarde o temprano, el mercado se dé cuenta de esta diferencia y así obtengamos una ganancia.

Esta estrategia es la más utilizada por grandes inversores value como el propio Warren Buffett, o su mentor, Benjamin Graham, el padre del value investing. El riesgo es limitado debido a que la máxima pérdida se encuentra en el capital colocado, no más.

Estrategia bajista

En cambio, si el valor es inferior (situación de sobrevaloración), se puede apostar a la baja vendiendo en corto o a través de derivados financieros, siempre asumiendo el mayor riesgo, ya que estos instrumentos financieros son muy volátiles y, en muchos casos, necesitan de una colocación de capital superior a la inicialmente planteada.

Estrategia mixta

También es posible armar una estrategia mixta, que sea tanto alcista como bajista. Básicamente, hay que mezclar ambas, es decir que hay que comprar u operar al alza los activos infravalorados al mismo tiempo que se venden u operan a la baja aquellos que están sobrevalorados.

Es importante tener en cuenta que estas últimas dos estrategias son recomendables para inversores (o traders) más avanzados que tengan más conocimientos y experiencia que el minorista promedio.

Existen varias estrategias para aprovechar las diferencias entre precio y valor. Fuente: Pexels.

Paciencia y gestión del riesgo

Determinar el valor de un activo y compararlo con su precio de mercado para armar una estrategia de inversión o trading no tiene ningún sentido si no se gestiona el riesgo adecuadamente y/o no se tiene paciencia.

Gestionar el riesgo significa utilizar una cantidad de dinero que sea compatible con nuestro perfil de inversor. Por ejemplo, The Coca-Cola Company es una de las empresas más estables de la actualidad. Si determinamos que su valor es superior al precio de mercado, podremos decidir comprar sus acciones, pero no de cualquier forma.

Utilizar un 10% del capital destinado a inversiones podría resultar sensato. Vender la casa, tomar deuda e invertir el 100%, definitivamente no. Nótese cómo una buena visión puede convertirse en una mala estrategia.

Lo mismo sucede a la inversa. Si encontramos que una compañía está muy sobrevalorada, podremos vender en corto sus acciones con un 1% del portafolio, o menos. Si la jugada sale mal, el daño no nos arruinará financieramente.

En cuanto a la paciencia, no hay mucho que decir. Frecuentemente, el mercado tarda en “darse cuenta” del determinado valor de un activo, por lo que pueden pasar años hasta que una acción cotice al precio correcto y finalmente ganemos dinero. Si abandonamos la inversión antes de tiempo, solo perderemos tiempo y pagaremos comisiones en vano.

No obstante, no siempre es cuestión de “aguantar”. Al armar estrategias bajistas, a veces, nuestra visión puede ser errada, y cada día que pasa puede ser letal para nuestras finanzas. Como decía Keynes, “los mercados pueden mantener su irracionalidad más tiempo del que tú puedes mantener tu solvencia”.

*Diego Matianich es jefe de Investigación en Inversor Global, editor del newsletter Mercado en 5 Minutos y principal colaborador de Plan de Retiro Soñado y Super Acciones Millonarias.

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