Educación financiera

Cómo enseñarles finanzas a los niños para que tengan un buen futuro

Las nuevas generaciones deben aprender a gestionar el dinero para no sufrir de estrés financiero cuando sean grandes. Tips a tener en cuenta al momento de abordar la educación financiera desde temprana edad.

Inversor Global
Inversor Global lunes, 5 de diciembre de 2022 · 18:10 hs
Cómo enseñarles finanzas a los niños para que tengan un buen futuro
Foto: Fuente: Kiplinger.

Por Bruno Perinelli *

Al llegar a la adultez, descubrimos una verdad que puede llegar a ser sumamente motivante o devastadoramente frustrante: el dinero es esencial para gozar de una buena calidad de vida.

Al descubrir su valor, empezamos a revisar nuestro pasado para analizar cómo podríamos haber ganado más o qué decisiones habrían sido las más correctas para tener un mayor patrimonio en la actualidad.

En muchos casos, el resultado de esta introspección es un claro sentimiento de tristeza, arrepentimiento y/o depresión. No obstante, podemos evitarles este disgusto a nuestros hijos enseñándoles desde pequeños cómo tratar con el dinero.

Tabúes

En primer lugar, hay que hacer que el dinero y todo lo relacionado a él deje de ser un tabú. No tiene absolutamente nada de malo hablar sobre ingresos, pérdidas, ahorro, inversiones, ganancias, regalos, costos, etc.

Si las personas normalizan desde pequeñas el valor del dinero y sus múltiples funcionalidades y características, estarán acostumbradas a manejarlo más adelante y las probabilidades de que cometan graves errores financieros serán menores.

Las personas deben aprender a manejar el dinero antes de convertirse en adultos. Fuente: Pexels.

Ahorro

Por otra parte, es indispensable que los niños conozcan lo que significa ahorrar, cómo hacerlo y cuáles son sus magníficos beneficios.

Esas monedas o billetes que reciben de regalo por parte de sus abuelos o las recompensas del “ratón Pérez” deben ser acumuladas para que juntas permitan comprar algo grande en el futuro.

Puede ser tentador comprarse algunos caramelos antes de entrar al colegio, pero hay que enseñar que un pequeño sacrificio en el presente puede, por ejemplo, permitir comprar un juguete o una camiseta de fútbol algunos meses más adelante.

Cuando crezcan, estarán tan acostumbrados a ahorrar que no les resultará difícil crear un “colchón financiero” capaz de solventar un gasto imprevisto, ya sea positivo o negativo.

Presupuestos

Y de la mano del ahorro, deben llegar los presupuestos. Simplemente hay que tomar un lápiz y papel y explicar para qué sirve anotar los gastos futuros para establecer límites.

Esta herramienta será más utilizada en época escolar, cuando haya que comprar útiles, sacar fotocopias y adquirir libros, así como también pagar la cuota de un club o salir al cine con amigos.

Si los chicos reciben una cantidad de dinero determinada mes tras mes, tendrán que aprender a gestionarlo en base a un presupuesto para cumplir con todas sus obligaciones y caprichos. De lo contrario, no podrán hacerlo.

A largo plazo, el ahorro dará sus frutos y los niños aprenderán su importancia. Fuente: Pexels.

Inversiones

Mientras sean menores de edad, los jóvenes no podrán invertir sus ahorros en el mercado de capitales ni en prácticamente otra alternativa. Sin embargo, podrán ver a sus padres hacerlo, lo que será una gran lección.

Los niños tienen que aprender en qué consiste la inversión y cómo puede potenciar los ahorros, a cambio de una espera que requiere de paciencia y disciplina, pero también asumiendo un riesgo acorde a la posible recompensa.

La mejor forma de enseñar esta actividad es, justamente, invirtiendo por ellos, tomando una porción de su dinero y colocándola en algún instrumento financiero que se revalorice, como una acción o un bono, para periódicamente hacerle un seguimiento.

De esta manera, cuando ya sean adultos y tengan sólidas fuentes de ingresos, además de ahorrar también invertirán, mejorando su futuro económico.

Largo plazo

Los más pequeños son adictos al corto plazo, quieren todo de manera inmediata y sin tener que esperar ni un minuto, en especial en la época actual en la que todo se acelera por la tecnología y el internet.

Desafortunadamente, esta cualidad es una desventaja en el ámbito del dinero, ya que los buenos resultados del ahorro y la inversión aparecen, en prácticamente todos los casos, en el largo plazo.

Gestionar las finanzas personales debe ser una tarea iniciada en la infancia. Fuente: Pexels.

 

Por este motivo, es muy importante enfatizar en lo esencial que resulta la paciencia. Hay que detallar que el caramelo no comprado por la mañana no se convertirá en el robot de juguete deseado al día siguiente, sino que “aparecerá” con el paso de los meses.

“Entrenando” la paciencia, en la adultez serán capaces de disfrutar de grandiosos beneficios económicos sin tener que padecer en el medio.

Flexibilidad

Enseñarles a los más chicos sobre la importancia del dinero y todas sus funciones está perfecto y es lo recomendable para que tengan un buen futuro, pero no hay que ser extremadamente estrictos. Al final de cuentas, siguen siendo niños.

La flexibilidad será la clave para que logren entender cómo ahorrar, invertir y armar presupuestos, para más adelante gozar de las recompensas.

Si un día no ahorran y deciden comprarse un caramelo, evidentemente no hay que retarlos ni castigarlos, simplemente dejarlo pasar o explicarles si el comportamiento se repite constantemente, aunque siempre con pedagogía.

Si los padres son muy duros en la enseñanza del dinero, los niños más temprano que tarde se hartarán y probablemente abandonen todos los hábitos, poniendo en jaque su futuro financiero.

El objetivo de enseñar finanzas desde pequeños es que eviten la frustración económica. Fuente: Pexels.

Ejemplo

Por último, pero no por ello menos importante, hay que predicar con el ejemplo. ¿Queremos enseñar a ahorrar? Entonces debemos ahorrar. ¿Queremos que aprenden a invertir? Entonces debemos invertir. ¿Queremos que usen un presupuesto? Entonces debemos usar uno.

Si los adultos no se hacen cargo de lo que dicen, ¿cómo aprenderán los más pequeños?

La buena educación económica parte desde la casa, con paciencia, compromiso, flexibilidad y, principalmente, con actos, no solo con palabras.

En la vida no existen certezas, pero si una persona aprende a dominar las reglas del “juego del dinero” antes de convertirse en un adulto, entonces las probabilidades de que alcance el éxito serán mayores.

* Bruno Perinelli es licenciado en Economía, especialista en Mercado de Capitales; analista colaborador de Cash Flow SemanalSúper Acciones Millonarias y Plan de Retiro Soñado; y columnista de Mercado en 5 minutos en Inversor Global.

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