Moneda virtual

Los motivos de la revolución de las criptomonedas

El autor de esta columna asegura que la pérdida de confianza sumada al desarrollo tecnológico potencian el fenómeno cripto

Federico Zamarbide sábado, 4 de septiembre de 2021 · 22:19 hs
Los motivos de la revolución de las criptomonedas

Antes que nada, quiero comenzar aclarando que soy usuario de criptomonedas, me interesa, me gusta estudiarlo y es un gusto aprender con jóvenes que en muchos casos no tienen todavía 30 años. Estamos ante un fenómeno que implica una bisagra en la historia: por primera vez los Estados perdieron el monopolio de la emisión y la capacidad de señoreaje de la moneda. Pero, pensemos un minuto el por qué de esta revolución financiera que estamos viviendo.

Durante los últimos 2.500 años, las autoridades políticas tuvieron el monopolio de emitir (acuñar, en la jerga económica) moneda. La población necesitó un mecanismo para facilitar los intercambios sin recurrir al trueque y se encontró a los metales como una forma de representar valor. Luego llegaría el papel moneda, las tasas de interés, el patrón oro (y la salida del mismo), el mercado de valores, los futuros y un amplio desarrollo del sector financiero que sostiene la economía capitalista. Pero a pesar de la complejidad de nuestras herramientas de finanzas, el eje del sistema sigue siendo la confianza ciudadana: el dinero tiene tanto valor como la sociedad le asigna.

Así, el dólar estadounidense se constituye como una reserva de valor para la población argentina, sencillamente porque genera más confianza que el peso. La emisión descontrolada del Estado argentino deprecia la moneda nacional (al aumentar su oferta) por lo que el país no puede desarrollar mercado de capitales ni crédito a largo plazo en pesos: nadie sabe cuánto va a ser la inflación del año que viene. Ahora bien, tampoco sabemos cuántos dólares o euros estarán circulando en los próximos años.

Esa pérdida de confianza sumada al desarrollo tecnológico potencian el fenómeno cripto: proyectos privados emiten monedas que generan confianza en actores económicos. No es casual que las criptomonedas tengan tanto éxito en Argentina y Venezuela: los protocolos de Bitcoin o Ethereum son más confiables que las decisiones de política monetaria de nuestros gobiernos nacionales. Hasta aquí, los argentinos recurrían al dólar billete como reserva de valor, ahora es más cómodo comprar USDT o BUSD (criptos estables ligadas a valor dólar) desde la computadora.

También el sistema bancario está obligado a cambiar si quiere sobrevivir. De hecho, ya lo están haciendo al adoptar billeteras virtuales, por ejemplo. Pero el desafío que tienen por delante es mucho mayor: proyectos de cripto reemplazan a los bancos como oferentes de posibilidades de inversión financiera: el interés de los plazos fijos es reemplazado por el farmeo, el staking y la participación en pools de liquidez en plataformas virtuales. Los costos son menores, las transacciones veloces, y la información es transparente.

Las DEFI (finanzas descentralizadas) permiten una participación en las ganancias de las finanzas tecnológicas brindado información que los bancos tradicionales no otorgan (por supuesto, el riesgo es considerable y para nada recomendable para quienes no deseen analizarlos).

Veamos algunos datos: el PBI de Argentina es 375.624 millones de dólares aproximadamente. Mientras escribo esta columna, la capitalización de mercado global de cripto activos es de más de 2 trillones de dólares (similar al PBI de Francia) el volumen intercambiado en las últimas 24 horas en el mercado cripto global es de 125.900 millones (sí, en 3 días se mueve el PBI de la Argentina de un año).

Aún no hay datos certeros del empleo generado en la industria de las FinTech, pero claramente cada vez más gente, sobre todo jóvenes, se dedican a esto. Programadores, informáticos, economistas, personas que compran y venden criptoactivos o asesoran a quienes quieran hacerlo, inversores de pocos dólares que confían aquí sus ahorros o fondos que colocan millones. Lo cierto es que cada vez más personas y empresas trabajan en el sector.

Otra de las características del fenómeno es la democratización de la información y la participación: jóvenes que recién han pasado los 20 años realizan tutoriales informando a quienes quieran invertir dinero en esta industria. Los nativos digitales tienen mayor velocidad para adaptarse a los cambios, pero los adultos de mediana edad deberán seguirlos. No es un tema preocupante, después de todo, hace 15 años se decía que los adultos mayores jamás se adaptarían a un cajero automático.

Más allá de los cripto activos, es interesante pensar en la tecnología subyacente. BlockChain ofrece infinitas posibilidades no sólo de mejorar las condiciones de seguridad de las transacciones, sino de automatizar trámites que hasta el momento generan una carga burocrática, costosa en tiempo y dinero, para la población. Permite registrar una transacción o contrato de forma verificable, inviolable y transparente, sin necesidad de que un tercero verifique su validez (llámese escribano, Registro del Automotor, Registro de la Propiedad, etc.). 

Todo indica que pronto esta tecnología mejorará la calidad de vida de las personas, facilitando procesos de identificación personal, diciéndole adiós al papel (generando un beneficio económico y ecológico), brindando agilidad y seguridad en los trámites y registrando el historial de los mismos. Como la información está descentralizada, no puede sufrir modificaciones, evitando así posibles fraudes; por eso se está pensando usar esta tecnología en procesos electorales.

Por supuesto, toda esta revolución financiera tiene su costado negativo: estafas en internet, miles de proyectos cripto que entusiasman pero luego caen haciendo que los inversores pierdan todo su dinero. Los defensores del sistema dicen (o decimos) que sólo los proyectos serios pueden sobrevivir, dado que son los que generan confianza.

Es interesante la reciente encuesta de Deloitte ('Global Blockchain Survey'), que recopiló datos de 1.280 ejecutivos de finanzas en distintas partes del mundo. El 76% de ellos afirmaron que el fin del dinero físico está cerca. La encuesta también mostró que casi el 80% de los líderes globales de finanzas cree que los activos digitales serán muy / algo importantes para sus diversas industrias en los próximos dos años. Además, el 73% de los encuestados admitió tener el temor de que sus diversas organizaciones perderían una ventaja competitiva si no adoptaban los activos digitales y la tecnología blockchain.

Las expectativas definen la economía, por lo cual la opinión de expertos y agentes destacados suele marcar tendencia. Según Gary Gensler, presidente de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, “las criptomonedas son demasiado grandes para existir fuera de las políticas públicas”. Es una opinión discutible. Por el momento, creo que lo mejor es aprovechar las enormes ventajas de la tecnología BlockChain para mejorar la calidad de vida de la población y potenciar la industria de las Fintech como generadoras de nuevos empleos. Nadie sabe cómo seguirá esta revolución cripto, hoy la historia se está escribiendo.

* Federico Zamarbide, diputado nacional por Mendoza

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