Nuevas medidas

El dato que muestra que va a seguir siendo difícil viajar al exterior

Después de más de un año de encierro, los anuncios de apertura de fronteras generan expectativas en los argentinos que esperan viajar al exterior. El problema es que la falta de dólares del Banco Central puede ser una traba y supone que se mantendrán restricciones

Horacio Alonso
Horacio Alonso domingo, 26 de septiembre de 2021 · 06:57 hs
El dato que muestra que va a seguir siendo difícil viajar al exterior
Foto: Telam

Los anuncios del Gobierno Nacional sobre la apertura de las fronteras generan expectativa en el sector turístico. Después de más de un año de encierro por la cuarentena, la idea de poder volver a viajar al exterior es un estímulo para muchos argentinos.
Sin embargo, hay un problema que excede a la voluntad de los viajeros y tiene que ver con las reservas de divisas del Banco Central. El turismo internacional es una fuente importante de dólares y el balance entre el flujo emisivo y el receptivo es, tradicionalmente, deficitario.

Para que los argentinos viajen a otros países se necesitan dólares y los que se generan por la llegada de turistas del exterior no alcanza a cubrir esa demanda.

El Gobierno Nacional centró los anuncios y dio precisiones para la llegada de extranjeros por ser una fuente de ingreso de dólares. Poco se sabe de cómo se va a operar para las salidas desde los aeropuertos internacionales.

La promesa es que en las próximas semanas se conocerá el nuevo esquema en materia aerocomercial, pero las aerolíneas extranjeras y las agencias de viajes no tienen información sobre los pasos a seguir. De hecho, hasta anoche, no estaban confirmados los vuelos autorizados para octubre.

Esto genera mucha incertidumbre y refuerza la idea de que no será fácil para los argentinos volar al exterior. Las sospechas se basan en que para el Gobierno Nacional, esta demanda de dólares le generará un problema de divisas y que se buscará desalentar la salida de argentinos para que esto no ocurra.

El impuesto PAÍS, el recargo por el adelanto del Impuesto a las Ganancias, la obligación de firmar una declaración jurada asumiendo el riesgo de no poder volver en la fecha programada y las demoras en aprobar los vuelos, son señales que van en ese sentido.

Para entender el problema hay que tener en cuenta que las reservas netas del Banco Central rondan, en la actualidad, u$s3.568 millones, casi la mitad de las que había tres meses atrás.

Esa es la cantidad de divisas disponibles para atender toda la demanda de los diferentes sectores como, por ejemplo, los importadores, además del flujo operativo que genera cada rubro. Está claro que por esa reducción de las reservas, la economía demanda más dólares de los que genera. Una muestra del problema son las trabas para el ingreso de todo tipo de bienes del exterior, que funciona como un desaliento a la importación.

Esta crisis de divisas no es novedad. Antes de la pandemia, todos los presidentes del Banco Central debieron lidiar con la escasez de dólares. Durante el 2020, ante el cierre total por la cuarentena, el problema se disimuló, pero la lenta apertura vuelve a ponerlo en primer plano. Cuanto más se abra, más complicada será la situación.

Los dólares que salen del país por la actividad turística se encuadran en cuatro ítems: los pagos que hacen las agencias, los que realizan las compañías aéreas, la compra de dólares de los viajeros y los pagos con tarjeta en el exterior. Este último punto representa más del 60% del total. El resto se lo reparten los otros tres rubros. Es cierto que en ese consumo “plástico”, incluyen las compras online de bienes en el exterior pero es una parte menor.

Por todo esto, la Argentina tiene un déficit de divisas crónico en este campo debido a que el flujo del turismo emisivo es mucho mayor que el receptivo. Por ejemplo, en 2019 – el último año completo sin pandemia – el “rojo” turístico representó una salida de u$s5.681 millones, muy por encima de las reservas actuales.

Hay que recordar que, si bien el coronavirus no existía en ese momento, la economía estaba en un proceso de aceleración de sus crisis, el peso se devaluó a mayor ritmo y el “efecto PASO” llevó a la reimplantación del cepo cambiario. Por ese motivo, ese desequilibrio no fue mayor, como años anteriores,

En 2018, rondó los u$s8.000 millones, con un dólar que empezó a desbordarse desde abril. En 2017, con la economía en alza y sin restricciones cambiarias, el déficit fue de alrededor de u$s12.000 millones.

Para tener una idea, desde 2012 al 2019, la salida de divisas por viajes, turismo y consumos en el exterior representaron u$s59.000 millones. En ese período, el saldo positivo que dejó la balanza comercial fue de u$s19.000 millones, apenas para cubrir un tercio de las “fuga” de dólares por turismo.

Esto muestra que, aún en un escenario de mediana apertura para los viajes al exterior, el Gobierno Nacional va a tener un problema serio en materia de divisas. Es lógico pensar que, por ese motivo, las trabas para hacer turismo fuera de las fronteras no se van a levantar con facilidad.

 

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