Bodegueros en alerta

Por qué la producción de vino está dejando de ser negocio

La suba de costos y la caída del consumo en el mercado interno está provocando una pérdida de la rentabilidad. Algunas bodegas ya trabajan a pérdida. Las exportaciones también empiezan a complicarse. El atraso cambiario ya no permite mantener los mismos márgenes

Horacio Alonso
Horacio Alonso sábado, 21 de agosto de 2021 · 07:00 hs
Por qué la producción de vino está dejando de ser negocio
Foto: ALF PONCE / MDZ

Después del aumento del consumo de vino durante 2020, la situación del sector está atravesando un momento delicado.

En los últimos meses, se produjo un cambio de tendencia que está provocando que, en algunos eslabones de la cadena productiva, se encienda la luz de alarma por una caída de la rentabilidad o a trabajar directamente con márgenes negativos.

Hay distintos motivos que definen este escenario.

El año pasado, la cuarentena estricta impulso un cambio en la gente que repercutió favorablemente en la industria vitivinícola.

La obligación de población de permanecer en sus casas hizo que, en un segmento de la sociedad, se redescubriera un habito dejado de lado por las exigencias laborales. Esto se percibió, con mayor claridad, en niveles de poder adquisitivo medios y altos.

Los almuerzos rápidos en las oficinas o cenas a deshoras no eran un ambiente propicio para disfrutar del placer de un buen vino. Todo lo contario sucedió en las casas, donde el ritual de la comida funcionó como una compensación anímica al encierro forzado por la pandemia.

Los supermercados y las vinerías vieron crecer las ventas, en general, aunque más marcado en la etiquetas de mayor precio. Así, el “efecto pandemia” hizo que 2020 fuera el mejor año en ventas de los últimos cinco.

En los últimos meses, con el regreso a cierta normalidad y el regreso de mucha gente al trabajo presencial, ese fenómeno viene en descenso.

En los segmentos más bajos, la crisis económica también provoca una disminución del consumo.

Con una baja de la demanda, los precios de los vinos no pueden acompañar a la inflación.

Aquí entra a jugar otro factor clave que es la suba de los costos. Muchos de los insumos que se utilizan para la producción vitivinícola tuvieron aumentos de hasta 70% en dólares, según estimó Mauro Sosa, director ejecutivo del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este de Mendoza.

“Con precios estabilizados, la dolarización blue de muchos insumos impacta a pleno en la rentabilidad del negocio. A esto se suman otros factores como los aumentos de los costos laborales, los de logística, entre otros” señaló el directivo a MDZ.

También continúan los problemas de abastecimiento de botellas que provoca que algunas bodegas no puedan envasar su producción de vino. Esto implica una imposibilidad de concretar ventas.

Por el lado de la exportación, el panorama tampoco es floreciente.

Si bien, el mes pasado, las ventas al exterior crecieron en facturación, tuvieron una caída en volumen. El negocio exportador está muy concentrado y menos de diez bodegas con centran la mayor parte de las operaciones. Además, estas empresas se autoabastecen por lo que su actividad no se derrama en productores más chicos.

Con una rentabilidad en crisis, el incentivo para producir vino es bajo y puede impactar en una menor cosecha que no juega a favor para aumentar las exportaciones.

En esta parte del negocio también se está sintiendo la suba de costos que no es acompañada por una mejora del tipo de cambio. El atraso del dólar oficial se está sintiendo en todos los sectores que venden sus productos al exterior y la industria vitivinícola no es la excepción.

Un factor que pasa, por ahora, inadvertido es el problema de la Lobesia botrana, una plaga que afecta a la vid. Desde el 2009 se viene postergando, desde el Gobierno Nacional, un tratamiento a este tema que afecta a la producción vitivinícola. La preocupación es que, para el 2022, podría faltar materia prima por este causa.  

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