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Tres formas de invertir en acciones para incrementar el capital en el largo plazo

Si bien hay muchas maneras de invertir en acciones a largo plazo, estas tres “filosofías de inversión” son las más rentables y fáciles de entender.

Gonzalo Andrés Castillo
Gonzalo Andrés Castillo jueves, 19 de agosto de 2021 · 08:08 hs
Tres formas de invertir en acciones para incrementar el capital en el largo plazo
Foto: Pixabay

Para incrementar el capital en el largo plazo y convertirnos en personas cada vez más ricas, no solo tenemos que reducir los gastos, ahorrar y buscar fuentes de ingresos alternativas, sino también colocar parte de nuestro dinero en el mercado de capitales, más concretamente en acciones. Aunque parezca una tarea compleja, lo cierto es que puede llevarse a cabo de forma exitosa siguiendo cualquiera de estas tres “filosofías de inversión”.

Valor y crecimiento

La primera forma de invertir en acciones es escogiendo acciones de valor y/o de crecimiento. Mientras que las de valor (value) hacen referencia al capital social de compañías sólidas, con una larga trayectoria en el mercado, una base de clientes estable y una atractiva política de dividendos, las acciones de crecimiento (growth) pertenecen a empresas nuevas, innovadoras y con mucho potencial por delante que tienen la capacidad de multiplicar su tamaño de forma exponencial.

Las acciones de valor son ideales para los perfiles más conservadores que no desean tener una alta volatilidad en su portafolio, buscan obtener una renta periódica y prefieren la estabilidad por sobre los retornos extraordinarios.

A su vez, los activos de crecimiento se recomiendan para inversores más agresivos que busquen el mayor retorno posible sin importar que esto suponga una elevada volatilidad.

Aunque según el perfil se suele optar por una u otra clase de acciones, resulta sensato combinarlas en un portafolio que esté correctamente diversificado y alineado con los objetivos personales.

Ciclo económico

Por otra parte, otra de las maneras de invertir en acciones pensando en el largo plazo es siguiendo el ciclo económico en el que se encuentre la economía local y/o global. En este caso, hay que estar atentos a las variables macroeconómicas que atraviesan los países, así como también a los factores políticos que podrían llegar a interferir en el armado de la cartera de inversión.

Cuando el ciclo atraviesa una etapa de expansión, hay que posicionarse en acciones de consumo y que protejan contra la inflación. En cambio, en ciclos de recesión, lo ideal sería optar por acciones defensivas que resguarden el capital.

Temática

Por último, los inversores más exitosos suelen confiar en invertir en acciones de forma temática. Esto significa que analizan y proyectan cómo será el futuro y cómo evolucionará la sociedad en diferentes horizontes temporales y compran activos que puedan beneficiarse de la nueva realidad.

Por ejemplo, si se cree que el mundo poco a poco utilizará cada vez más fuentes de energías renovables y vehículos eléctricos, la estrategia más inteligente sería posicionarse en compañías que salgan potenciadas en estos rubros.

Hace algunos años, muchos expertos proyectaron que el planeta correría el riesgo de una pandemia y lograron comprar acciones de grandes corporaciones farmacéuticas. Por fortuna o por desgracia, este futuro llegó y pudieron ganar mucho dinero.

 

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