El vergonzoso canto racista de los hinchas del Valencia a Vinicius y su gesto al estadio tras ser expulsado

Vinicius es uno de los jugadores que más divide las aguas en el fútbol mundial. Muchos dudan de su calidad, mientras que estos señalan que sus virtudes dan y darán mucho de qué hablar. Sin embargo, el gusto futbolístico nunca debería desembocar en los episodios raciales que vive el brasileño cada vez que el Real Madrid visita una cancha del fútbol español. 

Antes fue con el Atlético de Madrid, esta vez fue en Mestalla. Allí, el Merengue visitó al Valencia, un grande urgido en la pelea por no descender. Cuando al partido le quedaban 15 minutos y el equipo Che estaba 1-0, Vinicius quiso gambetear en el área, pero se dio una situación insólita: el defensor Comert tomó una pelota que cayó desde la tribuna, la pateó hacia donde estaba el brasileño y esta impactó el balón que sí estaba en juego.

Esto derivó en un reclamo ferviente por parte de Vini. En consecuencia, los hinchas detrás del arco le dijeron algo y el brasileño explotó, al punto de apuntar con el dedo al fanático en cuestión y recurrir al árbitro: "Ese señor, él fue", dijo reiteradas veces mientras Antonio Rudiger, otros compañeros y rivales intentaban calmarlo. Pero no había caso.

Carlo Ancelotti lo llamó al banco de suplentes y el brasileño parecía estar más tranquilo. Sin embargo, la gente del Valencia tuvo un gesto totalmente desagradable: "Mono, mono, mono", fue el cántico racista que bajó desde las tribunas del Mestalla. Vergonzoso.

Luego de esto, el partido siguió con los humos caldeados. En el tiempo de descuento, el brasileño del Real Madrid se cruzó con el arquero Giorgi Mamardashvili y, en la trifulca, un defensor del Valencia lo tomó por el cuello para sacarlo del problema. Increíblemente, el árbitro expulsó a Vinicius y la hinchada Che comenzó a cantar gritar "mono, mono" nuevamente.

Ya fuera de sí, el delantero de 23 años reaccionó. Primero fue una sonrisa irónica, luego aplausos en la misma sintonía y, finalmente, un gesto polémico. Vinicius señaló el piso un par de veces y después levantó dos dedos, en referencia al descenso a Segunda División del Valencia. Con su mano en alto, el brasileño le mostró el número dos a todo el estadio. 

Esto desató la bronca del banco de suplentes local, que se le fue al humo. Al cruce salieron Thibaut Courtois y Eder Militao, quien sacaron a Vinicius del enésimo embrollo. Finalmente, fue victoria del Valencia, pero las canchas del fútbol español volvieron a mostrar su peor cara.