Hallazgos

El Anatsui, África no conquista con violencia conquista con arte

El esplendor y la magnificencia de esculturas flexibles, coloridas y bellas como el continente del cual provienen.

María Teresa Andrés
María Teresa Andrés domingo, 3 de octubre de 2021 · 07:08 hs
El Anatsui, África no conquista con violencia conquista con arte

El estrecho de Gibraltar separa al continente africano por solo 14 kilómetros de Europa, de aquellos que se la rifaron después de la “Conferencia de Berlín” en 1884, sometiendo al continente y a sus habitantes a una aberrante violación de sus derechos cuyas consecuencias son, aún hoy, la vida sumergida en la indigencia más atroz, sin que nadie se sonroje siquiera un poco por ello. Aún se utiliza la palabra “negro” como un insulto. Algunos de nosotros sentimos impotencia y rabia y lo único que podemos hacer es apretar los dientes o escribir unas pobres líneas para que se tenga memoria. Porque África, que trágica ironía, es el origen mismo de nuestra existencia “humana” nuestro ADN.

El arte africano tradicional ha sido y es de una refinada abstracción basado en el simbolismo de la vida social, la religión y el animismo de los distintos pueblos de África, teniendo entre ellos marcadas diferencias estilísticas. Un arte abstracto a cuya comprensión la cultura occidental llegó tardíamente porque se lo llamó, en un comienzo, “primitivo”.

De toda esta triste historia, por todos conocida, que envuelve a África con el resto del mundo surgen expresiones artísticas nuevas que se nutren de ambas culturas con resultados sorprendentes. Este es el caso de El Anatsui (1944 Anyako, Ghana), el menor de 32 hermanos. Tiene en la actualidad 77 años, es uno de los más grandes artistas contemporáneos reconocido mundialmente. El Anatsui es un escultor que actualmente vive y trabaja entre Ghana y Nigeria. Estudió el Col•legi de Arte de la Universidad de Ciencia y Tecnología Kwame Nkrumah en Kumasi, Ghana, entre 1965 y 1968. Desde 1975, es profesor de Escultura en la Universidad de Nigeria de Nsukka, siendo uno de los miembros más relevantes de la Escuela de Nsukka.

Leyenda

El Anatsui comenzó en el arte con la talla en madera como un hobby dentro de la tradición heredada. Un día durante una caminata encontró tapas de licor que llamaron su atención y decidió llevarlas a su taller donde las trabajó y comenzó a unirlas entre sí como un “cosido” formando un manto parecido a lo que llamamos “arte textil”. Comenzó así lo que se convertiría posteriormente en piezas de arte en las que conjugó no solo las tapitas sino también aluminio, madera, arcilla y materiales de desecho.

En su taller da trabajo a 60 asistentes que van “ensamblando” los elementos con los que luego El Anatsui dará forma a piezas de arte únicas, que mantienen la identidad africana unida a las expresiones actuales del arte occidental.  El impacto visual y la elaboración de las obras de El Anatsui superan toda descripción que de ellas se pueda hacer en palabras.

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Es el artífice de crear esculturas, flexibles que toman formas diversas, que se adaptan a cada instalación y rompen con la rigidez de la escultura tradicional. La temática de su obra pone el foco en la historia y la experiencia colonial de África. Se destaca entre sus esculturas la serie de madera Patches of History (1993), o los telones metálicos monumentales como Adinkra Sasa (2003) o Crumbling Wall (2000).

Exposiciones, premios y reconocimientos de El Anatsui

El Anatsui logró un reconocimiento indiscutible, su obra está en grandes colecciones internacionales públicas y privadas de arte contemporáneo como el Centre Pompidou en París, The British Museum en Londres, el Metropolitan Museum of Art y en el  MoMA de Nueva York.

Ha participado en exposiciones nacionales e internacionales, incluyendo el Metropolitan Museum of Art de Nueva York (2008-09), el Museo Nacional de Arte Africano de Washington, DC (2008), la Hayward Gallery (2005), el Centro de Cultura Contemporánea Barcelona (2001) o la Trienal de Escultura de Osaka (1995), entre otros. En 2010, el Royal Ontario Museum de Toronto, Canadá, ofreció una retrospectiva de su obra, con el subtítulo When I Last Wrote to You About Africa, que itineró por Norteamérica durante 3 años.

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El Anatsui ha sido galardonado con varios premios internacionales como el Premio Príncipe Claus de Amsterdam de 2009, el Premio Kansai Telecasting Corporation de la Trienal de Escultura de Osaka de 1995 o la Mención honorífica (conjunta) de la Bienal de Venecia de 1990. En 2006 en la Bienal de Venecia como artista invitado y de nuevo en el 2007, en donde dos enormes de sus tapices de metal le fueron comisionados y colgados en el exterior del Palazzo Fortuny. En 2015 ganó el León de Oro, que es el premio más importante que otorga la Bienal de Venecia.

Según sus propias palabras: “Cuando creo una obra es, en mi opinión, una metáfora que refleja una respuesta alternativa para examinar posibilidades y ampliar los límites en el arte. Mi trabajo puede representar vínculos en la evolución de la narrativa de la memoria y la identidad”. 

Entre el cielo y la Tierra, obra en alumino y alambre de cobre

 

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