Prevención de daños

La revisión que necesita Mendoza para bajar el riesgo frente a terremotos

Los trágicos hechos ocurridos en Turquía y Siria llaman a poner la lupa en el estado de los edificios de la provincia y unificar criterios a la hora de autorizar construcciones. Una propuesta busca establecer un plan para evaluar a cien escuelas. ¿Qué se necesita y qué carencias persisten?

Zulema Usach
Zulema Usach domingo, 5 de marzo de 2023 · 20:35 hs
La revisión que necesita Mendoza para bajar el riesgo frente a terremotos
Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

El terremoto de 7,8 grados en la escala de Mercalli ocurrido en Turquía y Siria el 6 de febrero de 2023 dejó el trágico saldo de más de 20 mil muertes con un impacto caótico que aún perdura en aquellos lejanos países. A miles de kilómetros de distancia y más cerca de la realidad que involucra a Mendoza, este hecho vuelve a traer a escena la importancia que guarda para la provincia avanzar en materia de prevención desde una mirada más completa que involucra tanto a las construcciones como a la posibilidad de volver a las estructuras edilicias más acordes a las normas sismorresistentes estandarizadas y actualizadas. Asimismo, la educación y la concientización entre la población respecto del alto riesgo sísmico que existe en el territorio, es aún uno de los grandes desafíos por resolver.

Mientras Mendoza escribió su historia, cambió su fisonomía urbana con un extenso matiz de estilos, materiales y diseños de construcción. Edificios públicos y los destinados a viviendas particulares; escuelas, hospitales y reparticiones por las que a diario circulan miles de personas (solo por mencionar algunos ejemplos) presentan diferencias también en relación a su fecha de construcción y por lo tanto, a las normas a las que tuvieron que acomodarse los lineamientos para que fueran resistentes a los temblores. El primer marco que estableció pautas a la hora de construir bajo lineamientos específicos para que las construcciones en Mendoza fueran resistentes de los sismos fue diseñado en 1970. Luego, en 1987, la provincia creó su propio Código de Construcciones Sismorresistentes. 

Lo cierto es que en función de las reglamentaciones y estándares internacionales vigentes (y en sintonía con los avances tecnológicos) esas pautas fueron cambiando y de hecho se actualizan de manera periódica. La última actualización del reglamento de construcciones civiles fue efectuada por el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) en coordinación con el Centro de Investigación de los Reglamentos Nacionales de Seguridad para las Obras Civiles (Cirsoc) en 2018. 

Propuesta piloto

Gustavo Palazzo es ingeniero y director del grupo de investigación del Centro Regional de Desarrollos Tecnológicos para la Construcción, Sismología e Ingeniería Sísmica (Cederetec), de la Universidad Tecnológica Nacional (Facultad Regional Mendoza). Explica que una situación a la que hay que atender en Mendoza tiene que ver justamente con las diferencias en materia de construcción que hay en la provincia. "Hay construcciones que están diseñadas con nuevos criterios, que aseguran que una construcción tendrá un mejor desempeño frente a un terremoto. Si las construcciones se hacen bajo los reglamentos vigentes no hay dudas que soportarán, pero la realidad es muy disímil en la provincia", advierte el investigador.

En realidad, desde el punto de vista de Palazzo es clave para Mendoza poder obtener un diagnóstico de la situación de los edificios. "Hay pocos hospitales nuevos en Mendoza. Hay muchos edificios que han sido construidos antes de que se establecieran las pautas sismorresistentes", indica el ingeniero. Un avance posible, por ejemplo, podría ser comenzar evaluando el estado de las escuelas de la provincia. Evaluar materiales, conocer la capacidad de resistencia del diseño a los temblores como así también los materiales con los que fueron construidas, servirían de herramienta para avanzar hacia etapas siguientes, relacionadas a la mejora de esas estructuras, en el caso de necesitarlas.

En sintonía con la Unesco, para resguardar la vida

En principio, Palazzo y su equipo proponen delimitar un grupo de cien establecimientos escolares en el marco de las alianzas establecidas internacionalmente con la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). "Lo primero que se necesita es hacer una evaluación de los edificios escolares. Mendoza tiene 1.440 escuelas, podríamos comenzar por cien", explica el investigador y profundiza que a partir de allí sería posible establecer un plan de acción que implique una intervención de tan solo tres horas por colegio. De este modo, se podría, por ejemplo, evaluar el riesgo sísmico de cada establecimiento y en función de ello mejorar las estructuras conforme a los estándares vigentes relacionados a la seguridad y la prevención del impacto que podría generar en la población un terremoto de alta intensidad.

"Se podría evaluar a varias escuelas en un tiempo corto. Para ello se requiere de un plan de priorización y un financiamiento", aclara Palazzo. Para ser realizable y dar respuesta real a las necesidades de los mendocinos, esta tarea de evaluar las estructuras para efectuar un diagnóstico y planificar en función de ello, debe ser concebida con una metodología de trabajo que sea extensiva en el tiempo y que perdure como política de estado más allá del Gobierno. 

Hoy, una de las problemáticas más complejas que afronta Mendoza en relación a la prevención del daño frente a movimientos telúricos de intensidad está relacionada a la carencia de un criterio unificado que obligue a los municipios a limitarse a las reglamentaciones actualizadas establecidas por los organismos competentes: Inpres y Cirsoc. "Algunos municipios todavía se rigen con las pautas del '87 y eso es lo que debe cambiar, porque las condiciones de diseño y construcción van cambiando", explica Palazzo.

A nivel Nacional, la Ley que regula la protección civil en el caso de amenazas es la N°27.287, vigente desde el 8 de septiembre de 2016. La norma establece el funcionamiento de un sistema que funcione de manera articulada en todo el país para la gestión integral del riesgo y la protección civil. Entre los objetivos de esa normativa es justamente, avanzar en la disminución de riesgo sísmico en el país. En Mendoza, una de las áreas a cargo de estos lineamientos es la Agencia de Ordenamiento Territorial.

El riesgo que no pasa inadvertido

Dentro del mapa Nacional, Mendoza figura entre las provincias con mayor riesgo de terremotos. Se halla pues, dentro del denominado "Cinturón de Fuego de Pacífico". Se trata de una extensa zona ubicada en las costas del Océano Pacífico y que se caracteriza por ser una las regiones sísmicas y volcánicas más importantes y activas del mundo. 

Este territorio está conformado por la zona montañosa del oeste de Argentina (Mendoza y San Juan), Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica y Nicaragua. A esos países se suman El Salvador, Honduras, Guatemala, México, Estados Unidos y Canadá. La línea que marca la extensión de la zona del "Cinturón de Fuego", luego dobla a la altura de las islas Aleutianas y baja por las costas e islas de Rusia, Japón, Taiwán, Filipinas, Indonesia, Malasia, Timor Oriental,  Brunéi, Singapur, Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón, Tonga, Samoa, Tuvalu y Nueva Zelanda.

Es fundamental en Mendoza evaluar criterios a la hora de construir.

El lecho del Océano Pacífico reposa sobre varias placas tectónicas que están en permanente fricción y por ende, acumulan tensión. Cuando esa tensión se libera, origina terremotos en los países del cinturón. Además, la zona concentra actividad volcánica constante. En este sector las placas de la corteza terrestre se hunden a gran velocidad (varios centímetros por año) y a la vez acumulan enormes tensiones que deben liberarse en forma de sismos.

Justamente por eso, el comportamiento de la tierra en estas latitudes no se puede predecir, pero sí se es posible prevenir su impacto y actuar a tiempo para mitigar posibles daños a la población.

Unificar criterios para prevenir

Desde el Gobierno provincial reconocen la necesidad de que Mendoza actualice su régimen a la hora de construir. En la actualidad, el Ministerio de Planificación e Infraestructura impulsa un proyecto para unificar los criterios de verificación sismorresistente en todo el territorio. Mario Isgró, a cargo de esta área, manifestó la intención oficial para avanzar en ese sentido. 

“Nuestra función es garantizar la protección civil y queremos avanzar en el proyecto de unificar los códigos municipales y la metodología de aplicación en un reglamento que sea común para todos los municipios pero que, a su vez, permita mantener los patrones urbanísticos de cada comuna, ya que no es lo mismo construir en Malargüe que en Lavalle o en una zona de montaña que en el llano”, dijo el funcionario. 

La propuesta se planteó en una reunión en la que participaron secretarios de obras públicas, representantes de los colegios de arquitectos, de ingenieros, de agrimensores, de Defensa Civil, del Instituto de Geología y del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (IInpres). “Cuidando la ley orgánica municipal, el objetivo es establecer un sistema que permita tener una trazabilidad respecto a un código sismorresistente que sea común para todos, pero teniendo en cuenta que no todas las áreas departamentales tienen la misma densidad poblacional, la misma cantidad de edificios ni los mismos riesgos sísmicos”, subrayó Isgró en esa reunión.

Por su parte, Raúl Delle Donne, representante del Consejo Profesional de Ingenieros y Geólogos de Mendoza, destacó que Mendoza no ha partido de cero en este sentido. "La provincia se ha preocupado por tener cierta normativa y la ingeniería mendocina siempre se ha ocupado de tener una base sólida. Por eso somos conscientes de la importancia de protocolizar las revisiones y que sean efectivas. Para eso también es necesario acompañar con capacitación, actualización y auditorias”, expresó Delle Donne.

La reunión se realizó a principios de febrero. Foto: Gobierno de Mendoza.

Laura Giambiagi, investigadora del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla) dependiente del Conicet, de la UNCuyo indicó que la entidad viene trabajando en los mapas de sectorización de las fallas geográficas y, en ese marco, exhortó a avanzar en un código que no permita construir sobre los sitios donde esas fallas están delimitadas. Alejandro Giulano, ex titular del Inpres detalló que además Mendoza necesita tener una visión clara de la potencialidad de la falla para limitar la construcción. 

Sobre la unificación del código, Giulano -quien estuvo al frente del Inpres durante 44 años- fue más allá al destacar que se trata de un tema de seguridad para la población en general y que es necesario que exista un límite en relación a la autonomía municipal en este sentido.  "La seguridad sísmica no puede estar delimitada por cuestiones geográficas o políticas. Los sismos no tienen límites geográficos”, aclaró el ex titular del Inpres y recordó que Mendoza es el núcleo urbano más importante del país sometido a riesgo sísmico. Destacó en este sentido la importancia de unificar el reglamento para la seguridad sísmica sea uniforme en todas las áreas del territorio nacional.

“Mendoza tiene un problema serio, que es el que enfrenta hoy el Gobierno, y es la existencia de reglamentos diferentes según las distintas municipalidades y estos, a su vez, tienen distintos niveles de riesgo y de seguridad. Eso no se puede permitir, porque la seguridad tiene que ser una sola en toda la provincia”, sostuvo el especialista,. 

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