Opinión

Ramadán, mes de ayuno y reflexión

El mes de Ramadán, es respetado por todos los musulmanes como el mes del ayudo y está considerado como uno de los cinco pilares del Islam. Ricardo Elía desde el Centro Islámico reflexiona en MDZ sobre este tiempo.

Ricardo Elía sábado, 25 de marzo de 2023 · 14:15 hs
Ramadán, mes de ayuno y reflexión
Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ

Ramadán es el noveno mes del calendario islámico. Es el único mes de los doce citado en el Corán (2:185). Es el mes del ayuno obligatorio, el cuarto de los cinco pilares del Islam. Para los musulmanes, el significado de ayunar durante el mes de Ramadán es el desapego, y compromete al cuerpo y al ego. Dios dice en un hadíz (dicho) sagrado (hadíz qudsí —un hadíz en el cual Dios
mismo es Quien habla, pero que es transmitido por el Profeta Muhammad (con él sean la Paz y las Bendiciones de Dios)—: “Todas las acciones de un ser humano son para sí mismo, pero el ayuno es únicamente para Mí, y Yo le recompensaré por ello”.

Corresponde a todos los musulmanes, hombres y mujeres, que tienen un cuerpo sano y pueden ayunar sin dañar su salud, observar un ayuno de abstinencia total durante las horas del día, desde una hora y media antes de la salida del sol hasta el crepúsculo. Durante ese período no se permite la ingestión de alimentos o líquidos, ni las relaciones sexuales. Estas reglas incluyen fumar tabaco. Existen exenciones de las restricciones del ayuno, que pueden incluir a los ancianos, los enfermos, las mujeres embarazadas y las madres lactantes, los viajeros.

Ramadán es el noveno mes del calendario islámico.

Es costumbre recuperar los días de ayuno perdidos tan pronto como sea posible. Y aquellos que no pueden llevar a cabo el ayuno, deben sustituirlo proveyendo cada día con alimentos a un necesitado. El ayuno (saun) diario de Ramadán se rompe con un desayuno (iftar) cada día, y cuando el mes concluye con la fiesta de Id al-Fitr que es la segunda más importante del Islam, después de Id-Al-Adha, la fiesta del sacrificio de Abraham (P), que tiene lugar el día diez de Dhu ul-Híyyah, el duodécimo mes que es cuando se realiza la Peregrinación a la ciudad sagrada de Meca (Arabia Saudí), y que constituye el quinto pilar del Islam. También, los creyentes y las creyentes, antes de comenzar ayunar, pueden tomar una colación frugal (as- sahûr).  Luego efectúan la oración del alba (salat al-fayr).

El ayuno, que es una de las formas visibles de adoración (ibadat), también puede romperse con conductas impropias, malos pensamientos y sentimientos (odio, egoísmo, mala intención, desviaciones, etc.), mirando lo indebido y haciendo y diciendo lo que está reprobado. Todo el beneficio espiritual que trae el ayuno se puede destruir, por ejemplo, con ofensas como mentir, calumniar, jurar en falso, sentir envidia o codicia. Durante el mes de Ramadán, los fieles concurren asiduamente a las mezquitas para hacer la oración de la noche (salat al-isha), que sigue a la oración del ocaso (salat al-magrib). Poco después, llevan a cabo una oración de introspección llamada salat al-tarawih, a la que sigue la lectura del Corán hasta altas horas de la noche.

Durante el mes de Ramadán tuvieron lugar eventos sustanciales en la historia del Islam. Se inició la Revelación del Corán que es la palabra divina (2:185, 44:3, 96:1-5, 97:1), durante la Noche del Decreto (Láilat al-Qadr); aconteció la batalla de Badr (17 Ramadán del año 2 de la Hégira, equivalente al 13 de marzo de 624), donde 313 musulmanes derrotaron un ejército de cerca de mil mequíes politeístas en los pozos de Badr (125 kilómetros al sur de la ciudad de Medina); y entre el 10 y 20 de Ramadán del 8 A.H. (enero de
630), los musulmanes guiados por el Profeta Muhammad (PyB) avanzaron y conquistaron incruentamente Meca, consolidando definitivamente el monoteísmo islámico en la península arábiga.

Hay que tener en cuenta los beneficios del ayuno, como el desarrollo del control sobre el hambre y la sed y desarrollar la conciencia para luego ejercer la solidaridad con los necesitados, especialmente con aquellos que sufren hambre y sed. Por eso, durante el mes de Ramadán se practica mucho la caridad y se realizan donaciones de alimentos a los necesitados. En Ramadán está recomendado invitar a comer a los ayunantes. Una tradición transmitida por Abu Hurayrah, un compañero (sahâbi) del Profeta Muhammad (PyB) afirma: «El Mensajero de Dios (PyB) dijo: “El ayuno es un escudo”.» Se entiende que es un escudo contra las tentaciones y toda conducta impropia.

Los musulmanes y musulmanas no sólo toman conciencia real de las necesidades que padecen los pobres y los humildes, sino que ejercitan un autocontrol sobre los deseos, pasiones y ambiciones. El Mes de Ayuno de Ramadán es un desafío para que salgamos después del ayuno mensual mejores que antes. Por todo esto, las prácticas de los musulmanes y las musulmanas durante el Mes de Ramadán benefician al conjunto de la sociedad de nuestra querida patria argentina, pues el Ramadán significa por sobre todo purificación física y espiritual y solidaridad.

* Ricardo Elía, especialista en arte y arquitectura de la civilización islámica y secretario de Cultura del Centro Islámico de la República Argentina.

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