Arte y fútbol o Warhol y Pelé
La primera columna de arte del año debe indudablemente, a modo de balance del 2022, dedicarse al futbol.
Messi y la Scaloneta nos dieron una unánime e inmensa alegría y, a no dudar, brindaron un espectáculo digno de ser catalogado dentro de las bellas artes. Será además fuente de inspiración de otras manifestaciones de las que oportunamente nos ocuparemos.
Sin embargo, es a partir de la partida de Pelé y de la mano de Andy Warhol (1928-1987) que acometemos nuestra tercera temporada en MDZol.
De la estrella del pop-art nos ocupamos en distintas oportunidades el año pasado. Su retrato de Marilyn Monroe fue record en mayo en una subasta en NY al venderse en 190 millones de dólares, la cifra más alta para una pintura contemporánea.

Conforme a su costumbre el artista había intervenido fotografías de distintas celebridades del momento. Lo hizo también con John Lennon, Mick Jagger y Muhammad Ali quienes posaron para su polaroid.
Más tarde fue el turno de Amalita Fortabat, que quedó plasmada en varios retratos, alguno de ellos expuesto hoy en el museo de Puerto Madero. Fue a principios de la década de los ochenta cuando la dama del cemento incorporó en su colección el excepcional óleo de William Turner, “Julieta y su haya” en un precio récord y se colocó en el podio del coleccionismo internacional. La obra luce también en el museo de Buenos Aires.

A fines de la década del setenta Warhol se cruza, en Studio 54 (la discoteca más famosa de Manhattan) con “O Rei” que había concluido su temporada en el Cosmos. No se conocían pero con fino olfato comercial, el artista le propone a Edson Arantes do Nascimento una sesión fotográfica y le augura quince siglos de fama.


Otra de las fotografías tomadas por Warhol (The Andy Warhol Foundation) en la que Pelé luce los colores del Cosmos y la pelota Spalding lleva su nombre.
Conforme a su novedosa técnica habitual , Warhol imprime la imagen fotográfica en blanco y negro, sobre una tela (generalmente de un metro por un metro) y luego le da color con pinceladas sueltas de acrílico. A menudo la misma foto da origen a distintas versiones de la obra.
Complementariamente a sus pinturas el artista tiraba impresiones sobre papel que popularizaron artista, retratado y las propias pinturas.
Se trata generalmente de serigrafías o litografías de distintos tirajes, numerados y con la firma impresa.
Obviamente los valores en el mercado, de unas y otras obras difieren en forma sustancial. Los acrílicos reproducidos más arriba se han vendido en subastas por montos cercanos al millón de dólares. Litografías y serigrafías podían adquirirse en unos cientos o miles, dependiendo del largo del tiraje, la calidad y el tamaño.
Todo esto hasta el año pasado. Con la desaparición del ídolo brasileño puede suponerse que el apetito por su imagen crecerá… y los precios también.
A no dudar, si Warhol viviera ya estaría acercándose a Messi y la Scaloneta. No está y pasaron 45 años desde sus retratos de los que nos ocupamos hoy. Las técnicas han evolucionado y los artistas son otros. Sin dudar pronto veremos obras tan dignas como aquellas que rememorarán en clave artística la inmensa alegría que nos dejó el 2022.
* Carlos María Pinasco es consultor de arte.
carlosmpinasco@gmail.com